viernes, junio 20, 2008


Esto no es una pipa, Rene Magritte


PNL

EL MAPA NO ES EL TERRITORIO



El mapa no es el territorio”, afirman que para explicar que por más detallado que sea un mapa, siempre será una representación limitada de un territorio. En la descripción no caben todos los actores, ni los olores, ni las honduras del terreno. Siempre se tratará de una interpretación fragmentada de quien reporta. En el caso de los medios de comunicación, este recorte de la realidad se produce, en gran medida, en base al paradigma dominante que, a fuerza de repetición, moldea la opinión pública. (Alicia Cytrynblum en su libro “Periodismo Social: una nueva disciplina”).


El mapa no es el territorio, y el nombre no es la cosa nombrada (Gregory Bateson)

Este principio, hecho célebre por Alfred Korzybski (Science and Sanity, 1933), tiene referencia con muchos niveles. De un modo general, nos recuerda que cuando pensamos en cocos o en cerdos, no tenemos cocos o cerdos en el cerebro. Pero, en un sentido más abstracto, el enunciado de Korzybski nos dice que en todo pensamiento, o percepción, o comunicación de una percepción, hay una trasformación, una codificación, entre la cosa sobre la cual se informa, la Ding an sich, y lo que se informa sobre ella. En especial, la relación entre esa cosa misteriosa y, el informe sobre ella suele tener la índole de una clasificación, la asignación de una cosa a una clase. Poner un nombre es siempre clasificar, y trazar un mapa es en esencia lo mismo que poner un nombre.

Korzybski hablaba en líneas generales, como filósofo, tratando de persuadir a la gente para que disciplinara su manera de pensar. Pero llevaba las de perder. Cuando queremos aplicar su precepto a la historia natural del proceso espiritual humano, la cuestión no resulta tan simple. En realidad, tal vez sólo el hemisferio dominante del cerebro traza la distinción entre el nombre y la cosa nombrada, o entre el mapa y el territorio; el hemisferio simbólico y afectivo (que normalmente está del lado derecho) es probablemente incapaz de hacer esas distinciones. No le interesan, por cierto. Así sucede que en la vida humana estén presentes necesariamente ciertos tipos no racionales de conducta. De hecho tenemos dos hemisferios y nos es imposible zafarnos de ello, de hecho, cada hemisferio opera de un modo algo distinto que el otro, y no podemos librarnos de los embrollos que esa diferencia plantea.

Por ejemplo, con el hemisferio dominante podemos considerar que una bandera es una especie de nombre del país o institución que esa bandera representa; no obstante, el hemisferio derecho no traza ese distingo y para él la bandera es sacramentalmente idéntica a aquello que representa. Así pues, la "enseña patria" de Estados Unidos es Estados Unidos. Si alguien la pisa. Provocará la ira de los demás, y esta ira no disminuirá con una explicación de las relaciones entre el mapa y el territorio. (Después de todo, el hombre que pisotea la bandera la identifica también con aquello que la bandera representa.) Siempre habrá, necesariamente, muchísimas situaciones en las que la respuesta no está guiada por la distinción lógica entre el nombre y la cosa nombrada.

Fuente: Ecovisiones


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