miércoles, diciembre 31, 2008




¿Por qué Israel bombardea una universidad?



Por Dr. Akram Habeeb, profesor de Literatura Norteamericana


Soy becario de la Fundación Fulbright y profesor de literatura norteamericana en la Universidad Islámica de Gaza. En tal condición, siempre preferí mantenerme al margen del conflicto entre Israel y Palestina, ya que siempre entendí que mi deber es enseñar los valores de la convivencia pacífica.

Pero el ataque masivo de Israel contra la Franja de Gaza me obliga a una manifestación.

Ayer por la noche, durante la segunda jornada consecutiva de ataques de Israel a Gaza, los más violentos que se han vivido por aquí, fui despertado por el ruido estremecedor de un bombardeo continuado, cerrado. Cuando me di cuenda de que el blanco era mi universidad, destruida por aviones F-16 fabricados en los Estados Unidos, percibí que los supuestos “ataques selectivos” ya no tenían nada de selectivos.

Políticos y generales israelíes habían afirmado que la Universidad Islámica de Gaza sería un “aparato” de Hamás para formar terroristas. Esto es mentira.

Como profesor independiente, sin afiliación partidaria, afirmo que la Universidad Islámica de Gaza, así como las universidades católicas y las pontificias en todo el mundo, es una institución académica que abarca un amplio espectro de tendencias políticas. La conozco bien, como una prestigiosa universidad que estimula la libre expresión y la circulación de ideas.

Si mi declaración les resulta excesivamente personal y comprometida, los invito a visitar la página web de la UIG (www.iugaza.edu.ps/eng) y a conocer su historia, sus departamentos, los estudios que allí se desarrollan. Podrán enterarse de su presencia en numerosas redes y centros académicos de todo el mundo. Podrán conocer el trabajo de sus profesores, estudiantes e investigadores, los premios y becas de estudio que cotidianamente reciben por parte de reconocidas instituciones en todo el mundo.

¿Por qué Israel bombardea una universidad? No lo sé.

Pero Israel ayer no bombardeó apenas mi universidad. Bombardeó mezquitas, farmacias y casas de familia. En el campo de refugiados en Jabaliya, los ataques mataron a cuatro niñas pequeñas, todas de la familia Balousha. En Rafah, murieron tres hermanos: de seis, doce y catorce años. También perdieron la vida una madre y su hijo de un año, de la familia Kishko, en la ciudad de Gaza.

Son actos que nada puede justificar. Dios ordenó al pueblo elegido: “No matarás. No invadirás la casa de tu vecino”. Dios no elegiría a su pueblo, ni a pueblo alguno, para matar a sus vecinos y robar la tierra en que todos plantan y todos comen. Los blancos que Israel está adoptando son decisiones de su gobierno. Un gobierno que ha elegido deliberadamente matar palestinos. Lleva a cabo en Gaza un genocidio semejante al que otros imperios invasores ya practicaron en otras partes del mundo contra poblaciones originarias. Ningún genocidio es admisible.

Akram Habeeb
Franja de Gaza, Palestina
29/12/2008


Fuente: CLACSO
Imagen: Pavel Égüez, Grito por la Vida, 2004

martes, diciembre 30, 2008




Chile en Gaza Now


por Montserrat Nicolas


El ataque por parte de Israel a la pequeña franja de Gaza sigue sospechosamente el camino trazado por el gobierno Bush y su justificación de la invasión de Iraq. Para no repetir la historia, Chile no puede quedarse en la simple retórica y debe actuar acorde a los principios de la solidaridad internacional con medidas concretas y así, convertirse en el país escudo para la paz en el Medio Oriente. Además, pondríamos a trabajar la inversión anual de los aproximadamente 3.650 millones de dólares que depositamos en las FFAA .


Aún no se ha terminado de contar los muertos pero ya superan los 300 en Gaza. Todos muertos que serán el daño colateral de la política interna electoral de Israel y su desconfianza ante el nuevo gobierno de Barack Obama.


Se suponía que las elecciones para el parlamento (Knesset) de Israel se celebrarían en 2010. Sin embargo, los comicios se adelantan para el 10 de febrero de 2009 cuando el primer ministro Ehud Olmert renuncia al liderazgo de su partido KADIMA y su sucesora y ministra de relaciones exteriores Tzipi Livni, fracasa en formar un gobierno de coalición. De esta manera se desata una pelea por el poder donde la ministra Livni no logra subir en las encuestas en contra del Sr.Netanyahu del partido opositor LIKUD.


A esto se agrega la lucha interna en Palestina. Separada en dos territorios, Hamas logró ganar las elecciones parlamentarias en 2006 y el año pasado, le quita el control de Gaza a las fuerzas del presidente Mahmoud Abbas. Desde entonces, la ribera occidental de Cisjordania y Gaza han sido gobernados por las dos fracciones antagónicas.


Ante el asunto espinudo, y tras 4 horas de reunión de emergencia, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió un escuálido informe que pedía "el término inmediato de la violencia" y menciones -ya clásicas- sobre el "apoyo al desarrollo de Gaza". Nada se dijo sobre la Ley Internacional que fue abiertamente violada al depositar inicialmente, 100 toneladas de bombas en menos de 5 minutos sobre la población de Gaza.


Según recuentos oficiales en Israel, el ataque se comenzó a planificar cuando el ministro de defensa Ehud Barak dió la orden hace más de seis meses atrás simultaneamente que Israel negociaba un cese del fuego con Hamas, que controla la parte de Gaza de Palestina. Es decir, durante todo el tiempo que duró la pausa -que comenzó en junio de 2008- Israel se preparaba para su plan B.


Isreal no solo recabó y almacenó datos, información y modus operandi de las actividades de Hamas y otras organizaciones en Gaza, llegando a detalles minuciosos sino también implementó la estrategia de la desinformación.


Este pasado miércoles (24 de diciembre), se anuncia que el gabinete del gobierno de Olmert se juntaba para analizar la Jihad global a grandes rasgos siendo que, en realidad, los ministros eran informados sobre el iminente ataque a Gaza.


Por más de cinco horas, se entregó planes detallados de la puesta en escena y los ministros votaron unanimemente por iniciar el ataque, dejando al primer ministro Olmert, la ministra Livni y el ministro de defensa Barak para que decidieran sobre el momento exacto.


Por mientras, y dentro de la estrategia de la campaña de desinformación, Israel expresaba sus intenciones de abrir los pasos fronterizos a Gaza, puestos que llevan más de un año bloqueados y ha significado que hoy los cientos de heridos no puedan recibir una atención médica básica. También, y ante los ataques de cohetes por parte de Hamas al sur de Israel, Olmert amenazaba con una respuesta militar que sería estudiado el domingo por el gobierno. Resultó ser un día después del ataque.


Ahora, la minsitra Livni ha instruido a todos los funcionarios de su ministerio de inmediatamente terminar con sus vacaciones de fin de año para montar una contraofensiva mediática. El esfuerzo está concentrado en los medios locales para explicar la autodefensa de Israel. Asimismo, se abre un centro de comunicación internacional en Israel y se organizará viajes a Gaza para la prensa extranjera y diplomáticos residentes. Israel también busca reclutar quienes hablan Arabe, Italiano, Español y Alemán para su centro de comunicaciones.


Desde luego que las encuestas electorales en Israel dependen del nivel de respuesta que emitirá Hamas y se especula que si aumentan los lanzacohetes desde Gaza hacia el sur de Israel, se beneficia el actual gobierno y por ende, la candidata Livni.


Chile está en una posición envidiable de ofrecer ayuda inmediatamente. Ya mandó por una semana entera a un emisario, Jose Viera-Gallo, a Israel y Palestina para entregar sus buenos oficios, demostrando que Chile goza de confianza por parte de ambas partes. Y gracias a la enorme simpatía internacional que provoca la Presidenta Bachelet, nuestro país tiene una oportunidad de oro para hacerse valer y demostrar una solidaridad concreta, que va más allá de la región americana.


Chile debe poner ayuda (medicina, construcción liviana, comida, combustibles, etc) y personal militar a la disposición de Gaza y tener listo nuestro avión militar Hércules para despegar lo antes posible.


Chile no puede esperar que actue la comunidad internacional ya que la mayoría de los paises están a la espera de las movidas de EEUU. Y de ninguna forma que un apoyo humanitario puede ser reprochado, ni por Israel o EEUU. Sería la manera más pragmática y positiva de utilizar los enormes recursos de las FFAA, y además, exhibe el concepto de seguridad que aboga la presidenta Bachelet.


No hay duda que un cotingente chileno en Gaza se convertiría en escudo político para prevenir más ataques y fomentar, asimismo, el diálogo entre las partes. Sería un paso decisivo para la imagen del país y para las relaciones exteriores del gobierno Bachelet. Un regalo para la humanidad.


lunes, diciembre 29, 2008




Entrevista a Eduardo Galeano


"Toda riqueza se nutre de alguna pobreza"


por Luis Zarranz, Florencia y Francisco Silio

(Agencia Rodolfo Walsh)




El escritor y periodista Eduardo Galeano habla de los cafés, de la crisis económica mundial, de América Latina, Bagdad, las palabras traicionadas y de la poca originalidad de los medios de comunicación que tienen menos capacidad de decir lo suyo. "Nos mean y la prensa dice llueve".


Cuando era chico y ser periodista era cosa del futuro lejano, me dije que entrevistar a quien ahora baja del ascensor era mi máxima aspiración. La anécdota sirve, como pocas, para reflejar la admiración que nos despierta el entrevistado y sería totalmente injusto omitir el dato, sabiendo lo fácil que usted se dará cuenta al leer la entrevista, ajena a todo manual del entrevistador: ahí donde decía que debíamos interrumpirlo, lo hemos dejado hablar. Donde estaba escrito eso de que "un buen periodista no muestra sus sensaciones", hemos hecho el esfuerzo para que estuvieran a flor de piel.

La reflexión sobre esta experiencia, cosa que los manuales tampoco aconsejan hacer, nos arrojó una interesante conclusión: la subjetivación del hecho periodístico, ya de una manera intencionada, nos permitió no sólo saborear el momento sino merodear la esencia de quien teníamos enfrente, pero sentimos de nuestro lado.


La puerta del ascensor se abre en la planta baja de este refinado hotel de pretenciosa arquitectura y decoración, pero de escaso buen gusto. De él baja el único pasajero que transporta, procedente del décimo piso: pantalones de jeans, camisa azul turquesa. Por debajo, una camiseta negra. Por encima, un pulóver en forma de mochila, colgando sobre sus hombros y cayendo por la espalda.


Camina lento. No hay apuro en él. Las manos abrazadas por detrás, a la altura de la cintura. Un paso y otro, mirada marinero hacia el frente. Uno percibe una armonía entre ese tempo de cada paso, entre esa manera tan reflexiva de caminar y el intelectual que es, que ya, a prima vista, se siente trasladado a otro espacio y no en el anexo del Hotel Hermitage que lo hospeda en estos primeros días de la IV Feria del Libro de Mar del Plata, en la que es uno de los invitados ilustres y el encargado de la apertura.


Transitamos los quince metros que nos distancian desde el mostrador del lobby hasta su persona, es justo reconocerlo, con mucha más prisa, ansiedad y expectativa que él. Nos saludamos e intercambiamos las primeras palabras: que el tiempo está loco, que es extraño para la época el frío y el viento que hay hoy, y otras vaguedades climáticas.


Caminamos por el hotel, ya metidos en su ritmo, en busca de un lugar agradable y tranquilo donde poder sentarnos a conversar, actividad que los tiempos actuales desprecian. Ese sitio será el exclusivo café para huéspedes, donde los (pocos) que están presentes no hablan entre ellos sino con un alguien vía celular. Ninguno de ellos repara en la presencia de Eduardo Galeano. Es probable que, incluso, no sepan de quién se trata ni quieran saberlo.


Hombres de negocios, negocios de hombres: la presencia femenina es nula. Cada uno de ellos actúa tal como se espera que actúen en un ambiente como éste. El salón es, en efecto, una millonada de clichés, de poses y de gestos comunes. Somos nosotros y él los únicos que desentonamos con la geografía y eso más que una pena, genera orgullo.


Antes que el grabador se encienda, uno ya se siente complacido de estar a punto de cruzas palabras (de eso se trata) con quien ha hecho de ellas alquimia de sueños, dolores, alegrías, tristezas y las ha incorporado a la vida cotidiana. Este viaje relámpago a la Feliz con el exclusivo objetivo de entrevistar al escritor de Las Venas Abiertas de América Latina, El libro de los Abrazos, Patas Arriba y el reciente Espejos, entre muchísimos otros a través de los cuales ya hablamos con él; los intercambios de correos electrónicos, el llamado al celular para avisar(nos) que lo habían cambiado de "tapera", un decir galeanesco para referirse a estos hoteles de múltiples estrellas: todo queda en el pasado en el silencio que pregona la primera pregunta.


P. Vamos a arrancar, como diría mi abuelo, por el principio. Dicen que la vida es el reflejo de la infancia. ¿Cómo fue tu infancia, qué te acordás de aquellos años?


R. La verdad que no tengo mucho para contar de mi infancia porque fue una infancia bastante silvestre. Yo vivía en un barrio donde ahora en Montevideo hay rascacielos pero en mis tiempos eran puro descampado. Mi hermano y yo, la verdad, que tuvimos una infancia muy libre, con bandas que se organizaban para pelear, al estilo de la edad.


P. Así como cambió tu barrio, ¿cambió mucho Uruguay de aquella época a hoy?


R. Sí, cambió. Claro que cambio. Cambio todo, Uruguay y el mundo han cambiado muchísimo. El Uruguay que me formó era el Uruguay de los cafés. Yo soy hijo de los cafés de Montevideo. Yo no tuve educación formal. Todo lo que sé se lo debo a los cafés viejos de Montevideo, los que me formaron. Ahora quedó uno solo vivo, pero había muchos.


P. ¿Qué se aprende en los cafés que no se aprende en los lugares formales?


R. En mi caso una lección de vida que es saber valorar el tiempo y la posibilidad de perder el tiempo, tener siempre tiempo para perder el tiempo.


P. Esta es otra de las cosas que también se perdió.


R. Sí, se perdió porque ahora el tiempo tiene un valor de rentabilidad, que tiene un precio que es superior al valor y entonces el tiempo se vende, como todo. En mi caso en particular, aprendí el arte de narrar en los cafés, escuchando narradores orales, gente que no sé quiénes eran pero me colaba en las mesas. En aquel tiempo se podía andar por Montevideo sin documentos, sin nada. No había violencia, entonces yo en los cafés me sentaba y escuchaba: así aprendí el arte de narrar.


P. Y ahora que hay menos cafés, ¿dónde se puede aprender el arte de narrar?


R. Todavía tengo un café, que me lo habían cerrado pero ahora me lo reabrieron, el Brasilero. Es un café de 1887, de las pocas cosas que quedan así vivas. Y la verdad que el café, hablando de rentabilidad, no es rentable. Que un tipo esté tres horas en una mesa con un cortado es inimaginable en el mundo de hoy. De todos modos el arte de narrar se aprende escuchando, siempre: eso no ha cambiado. Para no ser mudo hay que empezar por no ser sordo. Si vos no sabés escuchar no vas a saber hablar o en todo caso lo que digas no va tener interés para los demás porque los laberintos de tu propio ombligo pueden ser apasionantes para vos pero para el resto de la humanidad no tienen porqué ser un tema que interese demasiado. Entonces creo que para poder hablar hay que saber escuchar y hay que recibir esas voces y aprender que las voces que valen la pena escuchar suenan, a veces, en los lugares menos presentables. Digamos, no en los foros universitarios, en los centros donde se reúnen los expertos para explicar cómo es el mundo, sino en lugares sencillos simples, por ejemplo las paredes.


P. Vos has rescatado mucho los graffitis. ¿Qué admiras de ellos?


R. Yo soy un gran lector de paredes, que es la imprenta de los pobres, el periódico abierto a todos. Y ahí, en el Río Pinturas, en Argentina, están los primeros graffitis: son esas manos, que es un modo de decir 'yo estuve ahí, yo soy algo más que una mota de polvo en el universo, yo soy algo más que un instantito de tiempo, estuve aquí'. Y un poco lo que mueve a la gente a escribir algo en una pared es eso, aparte de opinar. A veces opinan estupendamente: "Las vírgenes tienen muchas navidades pero ninguna Nochebuena" o "nos mean y la prensa dice llueve".


P. Ese es de Buenos Aires


R. Ese es de Buenos Aires, el otro es de Montevideo pero hay millares de maravillas que uno va encontrando, va rescatando, y después de lo que uno escucha, la maravilla del relato oral. Se supone que las voces del pueblo son nada más eco de las voces del poder, según los técnicos, pero no es verdad eso. Es verdad que el lenguaje popular se ha degradado mucho por obra de la televisión y de los medios masivos que imponen cierto lenguaje obligatorio. Yo tengo una amiga canaria, de las Islas Canarias, que se interesa mucho por estos temas de lenguaje y el lenguaje rural en las aldeas perdidas de las islas. Entonces andaba recorriendo por ahí con un aparatito de estos (señala al grabador) para recoger las voces de los viejos. Y muchos de los viejos les decían, 'no, mejor hablé con él que habla mucho más bonito'. Y él era el nieto, el bisnieto. Y ellos hablaban como la tele, por eso hablaban más bonito.


Galeano hunde sus labios en el cortado, los humedece, y luego, lentamente, absorbe su contenido. No habla sólo con su boca, no. Sus manos hablan también. Su mirada tiene voces, que es preciso saber escuchar y también saber mirar. La boca te mira con la misma pasión con que los ojos sueltan las palabras. Nos habla a nosotros pero casi podríamos jurar que le habla al café, a él mismo, a la historia que será, al futuro que fue.


Le preguntamos en qué cosas América Latina sigue teniendo las venas abiertas y en cuáles fue suturando las heridas y no esconde el fastidio por una pregunta que juzga reiterada en sus entrevistas. Nos lo dice con la boca pero también con los ojos, las manos, los gestos. "¿Qué te voy a contestar, lo mismo que siempre contesto?, que me encontré con el conde Drácula en una calle de Buenos Aires, que andaba buscando psicoanalista por el complejo de inferioridad que le producían las grandes corporaciones internacionales. Eso contesto siempre para evadirme", argumenta para volver a evadirse. "Lo cierto que sí, -agrega- es una región del mundo que trabaja al servicio de otra. Sí, es cierto, eso sigue siendo verdad, y que no hay ninguna riqueza inocente: toda riqueza se nutre de alguna pobreza y ahora fíjate con esta crisis mundial el mundo entero está aceptando con bastante pasividad, y hasta con aplausos, estos regalitos que van recibiendo los banqueros, los pobres banqueros que son los culpables de esta catástrofe financiera", sostiene con ironía.


Luego se explaya sobre el plan de "salvataje" con que Europa y Estados Unidos hicieron de Papa Noel: "Los banqueros son los que reciben la recompensa con que los premian, por lo menos, con 3 millones de millones, que te da una buena cantidad de ceros. A lo larga lo paga eso que llaman 'tercer mundo', o sea las naciones sometidas, que venden lo que venden cada vez más barato, pagan deudas externas que son como sogas ahí metidas en el pescuezo con una vuelta de rosca y otra y otra. Por fin se le ocurrió a alguien -Correa, en Ecuador- ver si era legítima o no. Le vamos a pagar la deuda legítima, pero primero vamos a ver qué es esa deuda. Argentina no sabe la deuda qué paga, Uruguay tampoco. Se supone que son deudas que vienen de alguna parte, que tienen un fundamento, pero nunca a nadie se le ocurrió escarbar una por una para decir 'ésta deuda no la vamos a pagar'", dice mientras escarba el aire con la mano.


"Chile no tendría que pagar los prestamos que le dieron a Pinochet para que asesinara gente, al igual que otros asesinos de países que contaron con auxilio. La mayor deuda se incrementa en la época de las dictaduras", recita dando cuenta, una vez más, que ese crisol que es América Latina tiene también, en lo más horroroso de su historia reciente, una historia presente.


Estamos tratando de entender, Galeano mediante, lo inentendible de un sistema que paga lo que no debe, debe lo que no paga, premia lo que debería castigar y castiga lo que debe premiar. Semejante esquizofrenia nos altera y las preguntas se preguntan si hubo un hecho puntual, algún suceso concreto, que impulsó a Eduardo a ponerle palabras a las injusticias, para que sean menos injustas: "Yo nunca sentí que fuera el denunciador de nada. Yo simplemente soy un enamorado de la realidad y trato de contarla, en lo que tiene de horrendo y en lo que tiene de maravilloso. Porque si contara nada más lo que tiene de horrendo, la gente se moriría de aburrimiento, que es lo que pasa con la mayor parte de la literatura bien intencionada, que en lugar de generar indignación genera sueño. No sueños sino sueño, o sea una irresistible necesidad de dormir porque es aburridísima y en efecto estas letanías de dolor incesante no conducen a ninguna parte porque aburren a todos y además, justamente, los dolientes del dolor lo que menos quieren es volver a escuchar el dolor que padecen, encima que lo están padeciendo. Entonces hay que saber cómo tratar de acercarse a estos temas a veces muy espinosos logrando que sean atractivos y que además estén siempre acompañados por una contraparte: a veces una pequeña frase, una pequeña cosita que indique que en medio de ese desierto hay un trébol de cuatro hojas, o de cinco, o de seis hojas"


En criollo, diría la abuela, mezclar una de cal con una de arena. ¿Ejemplos?: "Por ejemplo, en Espejos, hay unas cuantas referencias a la guerra de Irak, claro, lógico, una guerra que nació de una mentira y que mintiendo sigue y que ha matado no se sabe cuánta gente porque se sabe cuántos muertos hay entre los invasores pero no entre los invadidos, de eso no hay la menor idea. Entonces hay unos cuantos textos que se refieren a eso pero también hay uno que dice 'cuidado con confundirse, querido lector, mucho cuidado. En Irak nació el primer poema de amor de la historia de la humanidad, en ese mismo lugar que es ahora ese escenario de horror incesante, y que se refiere al encuentro de una diosa inmortal y un pastor mortal'. En mi versión sintetizada lo que dice ese poema es que 'la diosa amó aquella noche como si fuera mortal y el pastor fue inmortal mientras duró esa noche'".


P. ¿Como "las mil y una noches"?


R. En Irak nació la escritura, y en Irak la princesa Sherezade contó las mil y una noches que es el libro que nos enseñó a todos el arte de contar, porque yo aprendí lo que aprendí en los cafés pero también porque Sherezade me enseñó que si el rey se aburría, le cortaba la cabeza y que por lo tanto está prohibido aburrir. Y me enseñó el arte del suspenso porque siempre dejaba los cuentos sin terminar para que el sultán no la matase. Entonces para saber cómo terminaba la historia tenía que llegar a la noche siguiente. Así te enseña la técnica del tigre en el aire, cómo se puede lograr mantener la tensión del lector. Bueno, eso fue escrito en Bagdad, a partir de una cantidad inmensa de historias que circulaban en la época.


Bagdad era el cruce de todos los caminos, allí se encontraban las cosas y las palabras: las cosas porque era un centro comercial importantísimo y las palabras porque era el centro cultural más importante del mundo, por lejos. Esta misma Bagdad ahora bombardeada, despreciada, triturada por Occidente que, entre otras cosas, aniquila lo que ignora. Qué nivel de ignorancia. Seguramente Bush cree que la escritura fue inventada en Texas, estoy seguro. Qué nivel de brutalidad, qué nivel de patanería que tienen los amos del mundo, es algo que te deja visco.


Nos reímos, está claro, que para no llorar. "Tienen el complejo mesiánico de que son los salvadores del mundo, de blancos, negros, rojos, violetas. Bush hablaba con Dios, nunca aclaró si era por fax, por mail y tampoco qué días se comunicaba, pero él dijo que la orden de invadir Irak se la había dado Dios", esgrime Eduardo ya sin café que llevarse a la boca.


"Y quién nos salva a nosotros de ellos", le preguntamos y nos reímos ya sin saber si para es, o no, para evitar las lágrimas. "De ese tema Dios no dio orientaciones", apunta Galeano, marcado los "olvidos" del Señor. "Lo que quiero decir es que ellos tienen una vieja costumbre, insana costumbre, tóxica para la humanidad, peligrosa para la humanidad, de sentir que tienen que salvarte. Yo no quiero que me salven, qué mierda. Además todos los que vienen a salvarte terminan chupándote hasta la última gota de tu sangre y exprimiéndote hasta la última gota de tu sudor. Estos salvadores...", dice meneando la cabeza, que también habla, de izquierda a derecha.


"Además fíjense la importancia que tienen en Estados Unidos todas estas sectas evangélicas desde donde irradian esas ideas que insisten con la idea de la salvación. Salvar a los otros en lugar de respetarlos, de escucharlos. En lugar de decir 'señores, por ahí ustedes tienen algo interesante que decir', no: el mensaje siempre es al revés. Es unidireccional, del que manda al mandado, del que opina al opinado. 'Yo te voy a decir cómo son las cosas, te voy a explicar cómo es el mundo, te voy a dar la receta para que te vaya mejor en la vida'".


P. ¿Por eso el sistema acepta la caridad, de arriba hacia abajo, y no la solidaridad, que es entre iguales?


R. Si, además ahora con los resultados estos podrían, en un acto de sentido común, decir 'bueno al fin y al cabo esa idolatría del mercado, que hay dejar que el dinero actúe y que el Estado no joda, por lo menos es sospechosa'. El hecho es que hicieron puré el Estado en todo el sur del mundo. Los servicios públicos están desechos. Mirá lo que es Aerolíneas Argentinas. ¿Qué quedó? Un pobre resto humeante. Parece que hubiera sido victima de algún bombardeo: un avión de guerra que fue victima de un bombardeo. Yo viajaba en Aerolíneas Argentinas cuando dirigía la revista Crisis, y era la mejor línea del mundo. Mirá cómo está ahora. Mira cómo está el Correo. Yo estoy harto de mandar cartas de Uruguay a la Argentina que no llegan nunca. Son servicios religiosos: los entregan cuando Dios quiere. (Otra vez risas compartidas. Otra vez, para no llorar).


P. Bueno, con YPF nos pasó algo muy parecido


R. YPF es otro desastre. Y los trenes. Esa película, "La Próxima Estación", qué gran tarea hizo Pino Solanas con eso. Todas esas situaciones son collares de infamias por todas partes para aniquilar el Estado porque era una molestia, algo que se interponía entre el progreso y el hombre. Y lo pulverizaron y ahora que lo necesitamos, ¿qué hacemos? ¿Cómo no va a funcionar el correo? No puede ser.


Acá es especialmente desastroso pero en Uruguay, fíjense lo que me pasó con Espejos, les cuento una sola de las muchas experiencias que tuve: en Montevideo tengo una casilla de correo, la 751, donde me llegan las cartas, las revistas. Entonces yo le quería mandar el libro a un gran amigo mío que es músico y musicólogo y tiene otra casilla en el mismo lugar, que es el Correo Central de Montevideo. La casilla de él está a un metro y medio de la mía. Entonces yo voy con el libro y le digo a los amigos que atienden ahí, que me conocen de memoria, 'mirá, ponele este libro en su casilla'. Y me dicen: 'No, eso no se puede hacer. Tenés que franquearlo, mandar el paquete' y entonces... recorrer ese metro y medio, demoró un mes".


La anécdota, por demás gráfica, permite que la charla se entremeta con el deterioro de los servicios públicos en todo el mundo, y en especial en América Latina. Galeano rebalsa en anécdotas personales que ilustran de qué hablamos: un libro perdido rumbo a la Argentina, otro hacia España, paquetes que no llegan. "Esto es horrible de decir pero en la época de Franco se decía que 'la única carta que no llega es la que no se escribe'. Y era verdad. Y este deterioro de los servicios públicos conspira contra la democracia porque la desprestigia. Pareciera ser que los servicios públicos sólo funcionan bien cuando hay milicos en el poder. Y ese es un flaco favor que le hacemos a la democracia, porque también se supone que es un esfuerzo civil"


P. Los medios de comunicación también se mueven como si muchas cosas funcionaran mejor con los milicos en el Poder, por ejemplo con la seguridad, que pareciera acechar como una flaqueza de la democracia.


R. Sí, yo a veces escucho TN y me da la impresión de que Buenos Aires debe ser como Irán o Bagdad, y voy a Buenos Aires y no tiene nada que ver con lo que cuentan que es. Además se ha dado un fenómeno, éste también internacional: es impresionante cómo en la época de la globalización se repite todo. Qué poca originalidad. Los países tienen menos capacidad de decir lo suyo, de caminar su camino. Entonces se dan esas copias universales: los informativos de la televisión. Empiezan, en casi todos los países, con temas de seguridad pública, crímenes, violaciones, asesinatos. Eso es la mitad o más del informativo, con lo cual la población queda temblando y diciendo 'estamos en manos de los delitos, de los delincuentes, de los criminales'.


P. Tocan las fibras del miedo...


R. Miedo que es el peor de los consejeros, porque el miedo, ¿qué es lo que te va a aconsejar?: mano dura. 'Acá lo que se necesita es mano dura' y la democracia tiene mano blanda, entonces a la nostalgia de la dictadura militar hay un camino muy chiquito.


Es un tema bárbaro porque hasta ahora la izquierda no ha podido resolver el tema de la inseguridad. Quizá porque la inseguridad no existe, la inseguridad es el resultado de otras cosas, de la injusticia social, de la cultura del consumo.


Las palabras, quizás felices por ser bien tratadas, dan una vuelta en el aire antes de meterse en el grabador, en los oídos, en la boca, en los ojos. Es extraño expresarlo pero hay una sensación de comunión, de común-unión, que parece, también, dar vueltas en el aire.


Es posible, acaso, que nada de eso ocurra y el sólo hecho de coincidir con lo que este escritor está escribiendo con la boca, nos genere tal impresión. El manual dice en ese punto que es el primer error del "periodista ingenuo" que se deja convencer con lo que el entrevistado dice. ¿Será así?
"Antonio Machado, el gran poeta español, decía una frase lindísima: 'ahora cualquier necio confunde valor y precio'. Y ese es un retrato del mundo de nuestro tiempo. Entonces la cultura del consumo, que es lo que se le inyecta a la gente todos los días sobre todo por los medios, pero también por el sistema educativo, sostiene la idea de que el que no consume, no existe. Y esa cultura se funda en esa confusión del valor y el precio. Entonces vos valés si tenés ropa más cara. Y eso es una incitación al delito porque si vos le metes eso en la cabeza a los chicos de la villa o la gente más desamparada de la población, la idea de que ser es tener, y que sino tenés no sos, es una invitación al delito. Es decirles 'dale, andá con esa vieja que está ahí al pedo, dale, arrancale la cartera'".


P. Y eso también lleva a que veamos al otro, como describe una frase tuya, "como una amenaza y no como una promesa"


R. Exactamente. Y hay una dictadura del miedo en escala universal. Ahí también todo se copia. Hay una vieja leyenda china, que tiene miles de años, de un leñador que pierde el hacha. Entonces el leñador lo mira al vecino, y ve que tiene cara de ladrón, aspecto de ladrón: '¿usted no vio un hacha?', le pregunta. 'No, no', contesta el vecino. 'Me contestó como un ladrón', piensa el leñador. Le coincidía todo. A las dos o tres horas encuentra el hacha que se le había caído en unos árboles, vuelve a mirar al vecino y piensa: 'La verdad que no tiene para nada cara de ladrón'. Pero mientras el hacha estaba desaparecida el vecino era el culpable. El tema de la justicia por mano propia proviene de ese equívoco, incide en los linchamientos y castigos de muchos que son inocentes.


Es imposible eludir, a esta altura, los intentos que a ambos lados del Río de la Plata pretenden bajar la edad de imputabilidad de los menores. (¿y qué dirán los manuales al respecto?). Las cejas de Galeano se arquean en forma de herradura. Los ojos se clavan en un más allá que no alcanzamos a ver y las manos levantan vuelo. Todo el cuerpo dice una ironía: "Yo me pregunto, ¿y los bebés? Porque los bebés son bastantes jodidos. Ya Freud lo tenía estudiado a eso, la perversidad del bebé, entonces si el bebé es perverso, bueno, que vaya a la cárcel..."


P. El manual se enoja pero el humorismo vuelve: "O mejor, que ya desde el embarazo los metan presos con sus madres".


R. Pero no lo repitas porque les das ideas. Van a meter presa a la que tiene el delincuente en la panza.


P. Tarde, ¿no fue eso lo que hicieron los militares genocidas?


R. Sí, es así. Incluso muchos se han de haber contado el cuento que así los salvaron. Supongo, porque la conciencia culpable siempre necesita alivio, consuelo, aún en el caso de los tipos más jodidos. Probablemente disfrazaron ese robo, el más siniestro de todos, ese botín de niños que hubo sobre todo en la Argentina. Esta idea de que el vencedor, quizá recibiendo el trofeo, se contaba el cuento de que estaba salvando a aquel chico de la corrupción roja.


P. Eduardo, vos que sos un escritor que trabaja con las palabras, ¿te han contado ellas el dolor que sienten por el cambio de significado que han tenido? Nombrabas la palabra "mercado" y antes el mercado era otra cosa, proceso era otra cosa al "Proceso". ¿Se sienten dolidas las palabras?


R. Está lindo eso que me decís. Sí, yo creo que sí. Hay una responsabilidad en el ejercicio de las palabras. Aquello que el maestro Onetti me dijo cuando era chico: 'Las únicas palabras que deben existir son las palabras mejores que el silencio'. Pero cuando vos estás peleando para encontrarlas y aparecen, hay que cuidarlas, regarlas, acariciarlas. Las palabras están muy mentidas, manoseadas, prostituidas. Entonces las cosas no significan lo que son, son lo que significan. Es un desastre, el diccionario parece un basurero. Y claro que a las palabras les duele ser basura. Nacieron para algo mejor, nacieron para ser manos que tocar, brazos que abrazan.


P. En tus libros has rescatado que para los guaraníes, la palabra era el alma. ¿Cómo era eso?


R. Sí, ñeñé, que significa palabra y alma. Toda la belleza de los mitos de origen guaraníes coincide en que los paraguayos son hijos de la palabra que los llamó. Y que sonó de adentro de un Cedro, un cedro mágico. Ahí sonó la palabra que los llamó. Es muy hermosa la idea de que la uva está hecha de vino.


La frase se materializa, producto de los gestos que acompañan el racimo, en la imagen de la uva. El grabador se apaga pero la conversación no. (En este punto el manual también es confuso sobre los pasos a seguir). La charla sigue por los pasillos del Hotel que, después de largo rato, volvemos a habitar pese a no haber salido físicamente de él. Galeano relata, con lujo de detalles, su experiencia en la frontera entre Brasil y Venezuela, hace ya unos años, donde se infectó la malaria. Nos cuenta la experiencia de dormir en una hamaca paraguaya sobre el río, y ver pasar las serpientes por debajo.


Hablamos de Luis Sepúlveda y "el viejo que leía poemas de amor"; de aquel negro orgulloso con sus dientes de oro macizo que Eduardo rescata en uno de sus textos; algo de fútbol es inevitable; criticamos en conjunto el mal gusto del hotel, en conjunto criticamos a los críticos por el mal gusto de decirnos cómo se debe mirar, elogiamos un par de sueños de los "Sueños de Kurosawa"; admiramos a Vicent Van Gogh y el texto que, para uno de nosotros, constituye uno de los mejores relatos de los múltiples relatos que constituyen Espejos.


Afuera ha parado de llover pero dentro nuestro hay un diluvio. El saludo se repite una vez más, pero esta vez sí es definitivo.


Se aleja unos pasos, a ese ritmo de ver las cosas, en busca del ascensor que lo trajo a la planta baja. Antes de perderse en él, nos dice sonriendo, en esa voz que no alcanza a ser grito pero que está mucho más elevada del tono medio, que nos entendemos con el tiempo. Ya no hay tiempo de preguntarle porqué.


Es una buena excusa para inventar un nuevo encuentro.


Fuente: Rebelion.org

domingo, diciembre 28, 2008




Anécdotas y Ciencia

Por Julio Álvarez González



En un reciente evento científico se discutió sobre el posible valor de los “resultados o evidencias anecdóticas” para la investigación, y si éstas podían o no clasificar como ciencia. Al respecto, hay que definir qué se considera “evidencia anecdótica”.

En primer lugar, hay evidencias anecdóticas de cuya veracidad se puede dudar. Por ejemplo: “Yo he sido contactado por intraterrestres que viven en el centro de la Tierra”. Esto no permite concluir que los “intraterrestres” existan. Es simplemente imposible de comprobar. Una evidencia anecdótica es también aquella que puede ser cierta (y ser comprobada) pero de la cual se pretende sacar una conclusión errónea. Yo puedo afirmar: “Mi vecina murió a los 95 años de una neumonía; siempre tuvo colesterol por encima de 300 mg/dl y nunca tuvo un infarto cardíaco o cerebral”. Esto, estrictamente cierto, de ninguna manera desmiente ni desacredita los resultados científicos que muestran la relación directa de los niveles elevados de colesterol con el aumento en la incidencia de infarto cardíaco y accidente vascular encefálico.

En ambos casos, las conclusiones que se pretende sacar de esas anécdotas no son confiables. Nada tienen que ver con los ensayos clínicos controlados, la medicina basada en la evidencia o la investigación hecha con método científico, donde hay comprobación y reproductibilidad de resultados.

Una anécdota como la que sigue carece de valor científico: “Conozco el caso de un paciente que se hizo una extracción dental sin anestesia, sólo tomando previamente un preparado homeopático”. No digo que no sea cierto, pero no queda científicamente establecido que se pueda evitar el dolor tomando un remedio homeopático.

¿Y cómo fue posible? Muchas cosas son posibles. El vicedirector de investigaciones de mi instituto se vio obligado a ir al dentista a hacerse una extracción, la cual fue practicada sin anestesia, sólo que no tomó remedio homeopático alguno. Los insultos a su hombría y los improperios que profería el dentista “facilitaron” la extracción sin anestesia. Esta anécdota tampoco tiene valor científico. No queda científicamente probado que los insultos sirvan de anestésico para que las muelas puedan ser extraídas sin dolor.

Anécdotas de este tipo se pueden encontrar muchas. La imaginación es enorme en este sentido y a veces la ciencia se puede nutrir de anécdotas.


Nota: Julio Álvarez González es Doctor en ciencias, Departamento de Investigaciones Experimentales, Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, La Habana.
Fuente: Punto Final

sábado, diciembre 27, 2008




HAROLD PINTER: Arte, Verdad & Política


Discurso de agradecimiento Nobel Literatura 2005




En 1958, escribí lo siguiente:

'No hay grandes diferencias entre realidad y ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente verdadera o falsa; puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa.'


Creo que estas afirmaciones aún tienen sentido, y aún se aplican a la exploración de la realidad a través del arte. Así que, como escritor, las mantengo, pero como ciudadano no puedo; como ciudadano he de preguntar: ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira?


La verdad en el arte dramático es siempre esquiva. Uno nunca la encuentra del todo, pero su búsqueda llega a ser compulsiva. Claramente, es la búsqueda lo que motiva el empeño. Tu tarea es la búsqueda. De vez en cuando, te tropiezas con la verdad en la oscuridad, chocando con ella o capturando una imagen fugaz o una forma que parece tener relación con la verdad, muy frecuentemente sin que te hayas dado cuenta de ello. Pero la auténtica verdad es que en el arte dramático no hay tal cosa como una verdad única. Hay muchas. Y cada una de ellas se enfrenta a la otra, se alejan, se reflejan entre sí, se ignoran, se burlan la una de la otra, son ciegas a su mera existencia. A veces, sientes que tienes durante un instante la verdad en la mano para que, a continuación, se te escabulla entre los dedos y se pierda.


Me han preguntado con frecuencia cómo nacen mis obras teatrales. No sé cómo explicarlo. Como tampoco puedo resumir mis obras, a menos que explique qué ocurre en ellas. Esto es lo que dicen. Esto es lo que hacen.


Casi todas las obras nacen de una frase, una palabra o una imagen. A la palabra le sigue rápidamente una imagen. Os daré dos ejemplos de dos frases que aparecieron en mi cabeza de la nada, seguidas por una imagen, seguidas por mí.(...)


(...) Cuando miramos un espejo pensamos que la imagen que nos ofrece es exacta. Pero si te mueves un milímetro la imagen cambia. Ahora mismo, nosotros estamos mirando un círculo de reflejos sin fin. Pero a veces el escritor tiene que destrozar el espejo -porque es en el otro lado del espejo donde la verdad nos mira a nosotros.


Creo que, a pesar de las enormes dificultades que existen, una firme determinación, inquebrantable, sin vuelta atrás, como ciudadanos, para definir la auténtica verdad de nuestras vidas y nuestras sociedades es una necesidad crucial que nos afecta a todos. Es, de hecho, una obligación.


Si una determinación como ésta no forma parte de nuestra visión política, no tenemos esperanza de restituir lo que casi hemos perdido - la dignidad como personas.


viernes, diciembre 26, 2008




Silvio le habla al Sur


Entrevista realizada por Patricia Villegas Marín para Telesur


Patricia: Estábamos a punto de despedirnos y entonces la frase del poeta uruguayo Mario Benedetti sobre Silvio, encontró sentido. Dijo él: “Silvio nunca será un mito porque no viaja con su pedestal a cuestas”. Eso hizo que le preguntáramos ¿qué es para él, en este momento de su vida, ser un revolucionario?

Silvio: Yo no lo sé. Yo muchas veces he dudado si lo soy, realmente. Sobre todo porque veo que hay cosas que no me gustaría revolucionar. Soy conservador para algunas cosas. Y creo que también, respecto a algunas o respecto a otras, uno va cambiando también. Hay cosas que a los 18 o 20 años yo quería dinamitar, como es la familia, por ejemplo. Sin embargo ahora adoro a la familia. Y no creo que sea un signo de debilidad. Todo lo contrario: la familia es algo que a mí me ha fortalecido como persona. Así que yo creo que lo revolucionario es mientras menos egoísta uno sea; mientras más altruista, mientras más sea capaz de pensar en el semejante, de la misma forma que piensa en uno. Yo creo que eso es ser revolucionario. No es nada muy complicado. No creo que esté en las numerosísimas teorías que se han escrito, de todas las layas. Creo que está en cosas esenciales humanas, eso de ser revolucionario.



Lien: Silvio le habla al sur 24 dic 2008


jueves, diciembre 25, 2008


Canción de Navidad


Silvio Rodríguez


El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.


La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.


Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.


Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.


Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.


Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

miércoles, diciembre 24, 2008




"Cuento de Navidad en Blanes"


Roberto Bolaño



En invierno algunos pueblos de la Costa Brava parecen pueblos fantasmas. Sobre todo algunos barrios, los dedicados al turismo, entran en un letargo que los asemeja a esas ciudades de los sueños o de las pesadillas: ciudades de edificios altos y apartamentos pequeños en donde suelen ocurrir equívocos de los que uno siempre se arrepiente, sin saber bien por qué, tal vez sólo la vaga idea de que aquello que hicimos lo pudimos hacer mejor o, de plano, no hacerlo, no intentarlo, como aquellas batallas que Sun-Tzu o Clausewitz recomendaban no dar nunca, de hecho S-T o C sólo recomendaban las batallas seguras de ganar. El otro día, paseando por uno de estos conglomerados de apartamentos vacíos, creí ver a un amigo. Salía de un edificio fantasma construido en los sesenta, probablemente aquejado de aluminosis, e iba vestido de Rey Mago. Pese al disfraz y a la noche que caía veloz, lo reconocí y lo saludé. Él, por el contrario, tardó en reconocerme. Hacía mucho que no nos veíamos. Lo acompañaban, como es prescriptivo, los otros dos Reyes Magos. No sin sorpresa descubrí que ambos eran negros. Mi amigo me los presentó. Eran dos gambianos que suelen trabajar en los huertos de las afueras de Blanes y que por el momento estaban desocupados. Yo sólo necesitaba un moreno, me dijo, pero no encontré a ningún blanco para hacer de Gaspar. Éramos las únicas personas en aquella calle completamente vacía. ¿Y qué hacéis aquí?, le pregunté. Vivo en uno de estos apartamentos, me dijo mi amigo. Aquí tengo la ropa de Oriente, aquí nos cambiamos. Los acompañé hasta el coche. ¿Qué pasará si un niño os hace notar que sobra un negro y falta un blanco?, le pregunté antes de que se marcharan. Mi amigo se rió y dijo que los tiempos cambian. Y los niños son los primeros en saberlo.


Fuente: Entre Paréntesis, Roberto Bolaño, Anagrama, 2004

Fotografía: Max-Planck Society/ESO/SWNS, Observatorio La Silla, en el Desierto de Atacama, Chile.

martes, diciembre 23, 2008

Grabado de Santos Chávez Alister Carinao



WALÜNG: Tiempo de cosechas mapuche



(Felelley ta mapu)


kvmeke zomo reke!
Felelley ta mapu.

Ka ayvzuamgeyem, wentru
trarintuwlley ta fey mew ka zapifi, takullefi
ñi kintun mew,
amulelley yallvn ta yallwe mew
igkañpeniyefi ta tritrag rvku mew
tragliñ mew ka kvrvf mew
mawvn mew ka ñapvz pire mew
wezake vzvke mew, wezake kachu mew
ka umaqtulley egu
mogelelley fey mew
wvluwlley ayv zomolelu reke
kimnofiel goyman.


Lelinakvmfiel pvllv apvmafiel kachu
Leliafiel wenu mvntuñmayafiel
kimel zugun.


(Así es la tierra)



¡Como las buenas hembras!
Así es la tierra.


Y cuando se le toma apego, el hombre se
amarra a ella y la cuida, la cubre con
su mirada,
sigue la fecundidad de su vientre
la difiende con el pecho descubierto
contra las heladas y los vientos
contra las lluvias y las nevazones
contra los bichos, las yerbas malas
y sueña con ella
vive de ella
se entrega como un enamorado
que no conoce olvido.

Mirar el suelo para abatir los pastos
Mirar el cielo para arrancarle un
vaticinio.



Nota: Poesía de Víctor Jara, Traducción de Elicura Chihuailaf.

lunes, diciembre 22, 2008

Viñeta del diario "Ta Nea", el de mayor tirada en Grecia

Carta de la Federación Griega de Estudiantes de Educación Superior

“No nos tiréis más gases lacrimógenos; sabemos llorar solos”

QUEREMOS UN MUNDO MEJOR. AYUDADNOS.
No somos terroristas, encapuchados, “conocidos desconocidos”.

SOMOS VUESTROS HIJOS.
Estos conocidos desconocidos…
Soñamos – no matéis nuestros sueños.
Tenemos ímpetu – no detengáis nuestro ímpetu.

RECORDAD.
También vosotros fuisteis jóvenes en otro tiempo.
Ahora corréis tras el dinero,
sólo os preocupáis por la imagen,
engordáis, os habéis quedado calvos.

HABÉIS OLVIDADO.
Esperábamos que nos apoyarais,
esperábamos que os involucrarais,
para que por una vez pudiéramos sentirnos orgullosos de vosotros.

EN VANO.
Vivís vidas falsas, habéis agachado la cabeza,
os habéis bajado los pantalones
y esperáis el día de vuestra muerte.
No imagináis, no os enamoráis, no sois creativos.
Sólo vendéis y compráis.

POR TODAS PARTES MATERIALISMO.

EN NINGÚN SITIO AMOR - EN NINGÚN SITIO VERDAD.
¿Dónde están los padres?
¿Dónde están los artistas?
¿Por qué no salen a la calle para protegernos?
Nos matan.

AYUDADNOS.

LOS NIÑOS

P.S. No nos tiréis más gases lacrimógenos; sabemos llorar solos.

Federación Griega de Estudiantes de Educación Superior
Miércoles, 10 de diciembre de 2008

Fuente: Ger1

domingo, diciembre 21, 2008


Breve historia del Erotismo

Por Georges Bataille


(Segunda Parte- Prefacio)



Vamos a concebir lo absurdo de las relaciones entre el erotismo y la moral.

Sabemos que su origen se encuentra en las relaciones del erotismo y de las supersticiones más lejas de la religión.

Pero por sobre la precisión histórica no perdamos nunca de vista este principio: de dos cosas una, o lo que obcede es primeramente lo que nos sugiere el deseo, la pasión ardiente, o tenemos la preocupación razonable de un futuro mejor.

Parece que existe un tercer término.

Puedo vivir en la necesidad de un porvenir mejor. Pero puedo rechazar este porvenir a otro mundo. A un mundo donde sólo la muerte tiene el poder de introducirme...

Este tercer término era, sin duda, inevitable. Llegó el tiempo para el hombre, de tener en cuenta —más seriamente que cualquier otra cosa— las recompensas o los castigos que podrían sobrevenirle después de la muerte...

Pero finalmente entrevemos el tiempo en que no pudiendo ya desempeñar ningún papel, tales temores (o tales esperanzas), el interés inmediato se opondrá sin término medio al interés futuro, o en que el deseo ardiente se opondrá directamente al cálculo reflexivo de la razón.

Nadie imagina un mundo donde la pasión ardiente dejará decididamente de turbarnos... Y por otra parte nadie imagina la posibilidad de una vida desvinculada para siempre del cálculo.

Toda la civilización, la posibilidad de la vida humana, depende de la previsión racional de los medios para, asegurar la vida. Pero esta vida —esta vida civilizada— que tenemos la obligación de asegurar, no puede ser reducida a los medios que la hacen posible. Más allá de los medios calculados buscamos el fino los fines— de estos medios.


Es banal darse por fin lo que claramente sólo es un medio. La búsqueda de la riqueza —tanto de la riqueza de los individuos egoistas y, a veces, de la riqueza común— es, evidentemente, un medio. El trabajo es un medio...

La respuesta al deseo erótico —así como al deseo, tal vez más humano (menos físico), de la poesía y del éxtasis (pero la diferencia entre el erotismo y la poesía, entre el erotismo y el éxtasis, ¿es comprensible?)— es, por el contrario, un fin.

La búsqueda de los medios es siempre, en última instancia, razonable. La búsqueda de un fin expresa el deseo, que a veces desafía la razón.

A veces, en mí, la satisfacción de un deseo se opone al interés. Pero yo cedo a él pues se ha convertido, brutalmente, en mi fin último.

Sin embargo sería posible afirmar que el erotismo no es sólo este fin que me deslumhra. No lo es en la medida en que su conciencia puede ser el nacimiento de un hijo. Pero sólo los cuidados que necesitarán los niños tienen humanamente valor de utilidad. Nadie confunde la actividad erótica
—de la que puede resultar el nacimiento de un niño— y ese trabajo útil sin el cual, finalmente, los niños sufrirían y morirían...

La actividad sexual utilitaria se opone al erotismo, en tanto que este es el fin de nuestra vida... Pero la búsqueda calculada de la procreación, semejante al trabajo de la sierra mecánica, corre el riesgo de reducirse a una lamentable mecánica.


La esencia del hombre, dada en la sexualidad —que es el origen y el comienzo del mismo—, le plantea un problema cuya única salida es la locura.

Esta locura está dada en la "pequeña muerte". ¿Puedo vivir plenamente la "pequeña muerte"? ¿Puedo pregustar en ella la muerte final?

La violencia de la alegría espasmódica está profundamente en mi corazón. Esta violencia es, al mismo tiempo, ¡tiemblo al decirlo! el corazón de la muerte: ¡se abre en mí!

La ambigüedad de esta vida humana es la del reir loco y la de los sollozos. Su causa está en la dificultad de acordar el cálculo razonable, que la funda, con las lágrimas... con ese reir horrible...


El sentido de este libro es, en un primer momento, abrir la conciencia a la identidad de la "pequeña muerte" y de una muerte definitiva. De la voluptuosidad, del delirio, al horror sin límites.

Es el primer momento.
¡Llevándonos al olvido de los infantilismos de la razón! De la razón que nunca supo medir sus límites.

Estos límites están dados por el hecho de que, inevitablemente, el fin de la razón, que excede a la razón, ¡no es contrario a la superación de la razón!

Mediante la violencia de la superación de la razón, capto, en el desorden de mis risas y mis sollozos, en el exceso de los transportes que me abaten, la similitud del horror y de una voluptuosidad que me excede, ¡ del dolor final y de una insoportable alegría!



Fuente: Breve historia del Erotismo, Ediciones Calden, 1970.

sábado, diciembre 20, 2008



El erotismo en la Grecia antigua

por María Castro Miranda

El estudio del erotismo en la Grecia antigua es un tema que durante mucho tiempo fue relegado a los gabinetes de los especialistas y tratado con suma discreción en las publicaciones sobre la vida de los griegos.


Erotismo y sexualidad, conceptos estrechamente ligados, formaban parte de un tabú casi infranqueable, que los más arriesgados solo apuntaban en términos vagos o inexactos, con escasas referencias al fenómeno sexual y carentes de un enfoque objetivo, así como de una ejemplificación específica. A partir de la segunda mitad del siglo pasado se inició un cambio notable en esta concepción; se abrieron colecciones antes inaccesibles y se facilitó así el análisis de obras de arte y objetos alusivos al desnudo, al movimiento lascivo del cuerpo y al acto sexual, con una nueva interpretación religiosa-simbólica de los genitales masculinos y femeninos.


En la actualidad una abundante bibliografía nos permite incursionar a través de este fascinante mundo que, sin lugar a dudas, ocupó un lugar relevante en la sociedad de los helenos antiguos, especialmente apreciable en las colecciones de museos y galerías, tanto públicas como privadas, hoy expuestas al público e investigadas por arqueólogos e historiadores del arte, al igual que por antropólogos, psicólogos, historiadores y otros especialistas en diversas ramas del saber.


La vida sexual de los griegos en la Antigüedad estaba estructurada en tres categorías principales: el matrimonio, la prostitución y la pederastia. Los dos primeros aspectos, con diversas modalidades, nuevas costumbres y diferentes matices que han variado sustancialmente durante el transcurso de los siglos, se mantienen como tales en las sociedades modernas y son conceptos no alejados de nuestras percepciones y experiencias cotidianas.


En cambio la pederastia, una forma especial de homosexualismo, es un fenómeno sui generis que no se corresponde con las conocidas características del homoerotismo, de las cuales se aparta en sus concepciones fundamentales. Se trata de la relación entre un varón adulto y un varón adolescente, en los primeros años de la pubertad. El primero es el amante activo (erastés) y el segundo es la figura pasiva, el amado (erómenos).


Esta relación solía terminar, o al menos perdía interés por parte del erastés, cuando el erómenos arribaba a la edad de la llamada primera juventud, es decir, entre los 18 o quizá 19 años. Aceptada por las costumbres de la época y especificidades socio-histórico-culturales de Grecia, especialmente en Atenas durante los períodos arcaico y clásico, la pederastia constituye un aspecto del estudio de la Antigüedad sumamente interesante, cuyo conocimiento es indispensable para la comprensión de la fuente literaria que así lo atestigua (Platón, Symposium, 178 b-c; 182-c; 217c), (Jenofonte, Symposium, 4, 12-28; 181b; 8, 34), (Diógenes Laercio, IV, 7, 49), entre otros, y de las obras de arte que con profusión lo ilustran, principalmente apreciable en la cerámica griega ática de los siglos VI y V a.n.e.


La pederastia facilitaba a los hombres otro tipo de relación erótica muy evidente en la iconografía de la cerámica griega. Esta unión era temporal hasta tanto aparecía la barba en el rostro de un erómenos, momento en que dejaba de ser interesante y sus aspiraciones pasarían a ser la de un erastés. La continuación de esta relación cuando los caracteres físicos del erómenos eran ya los de un hombre adulto era juzgada como una forma de prostitución, mal vista y criticada por la sociedad.


Mientras un joven fungía como erómenos podía tener vínculo erótico con un varón aún más joven que él, en cuyo caso era su erastés, a la vez que permanecía como erómenos del otro varón adulto. Sin embargo, no podía ejercer las dos funciones con la misma persona, porque la edad desempeñaba un papel decisivo en este tipo de unión. La relación pederástica implicaba que el erastés era, en gran medida, responsable de la educación y el bienestar del erómenos, al que debía proteger, independientemente de la motivación erótica existente entre ambos.


Considerada un ser inferior y con funciones muy específicas y restringidas, siempre dominadas y controladas por figuras masculinas, la posición de la mujer en la Grecia antigua determinaba su papel de forma muy estricta en la vida sexual de los hombres. Tanto el matrimonio como la prostitución afectaban socialmente solo a las mujeres, mientras que los hombres disfrutaban de sus derechos como ciudadanos, soldados o políticos sin sufrir menoscabo alguno en tales funciones. Únicamente en el ejercicio de la pederastia, la figura masculina adulta y su joven pareja asumían totalmente la relación, que era reconocida como algo natural.


Para toda joven griega el matrimonio era el objetivo primordial por alcanzar; constituía el sentido principal de su vida y la máxima realización de sus posibles aspiraciones como ser humano. La mujer griega se casaba cuando tenía 14 ó 15 años, por orden de su padre o tutor, sin que pudiese opinar sobre la decisión, que podía ser tomada cuando ella era todavía una niña pequeña y obedecía a intereses de índole puramente económicos o familiares. En muchas ocasiones, la joven veía al novio, por primera vez, el día de la boda y pasaba a su nuevo estado civil en un total desconocimiento del esposo asignado. El amor no era opción de las mujeres griegas. El hombre se casaba aproximadamente a partir de los 30 años, por lo que casi siempre era considerablemente mayor que la esposa.


La función del matrimonio era asegurar la descendencia legítima; cuidar del hogar; dirigir a los esclavos, y ocuparse de la producción de toda la lana necesaria para la ropa de la familia. La mujer griega permanecía la mayor parte del tiempo en el interior de su casa y sólo tenía oportunidad de salir en ciertas festividades religiosas, a las que le estaba permitido asistir. Dependía del padre o esposo; no tenía educación, ni participación social (Jenofonte, Económico, 7,19). La vida sexual del matrimonio estaba dirigida en un solo sentido, cuyo objetivo estaba predeterminado y era, además, la única posibilidad para la mujer de tener una vida respetable y tranquila.



La prostitución ofrecía al hombre la oportunidad de disfrutar libremente del sexo fuera del hogar. Los prostíbulos eran lugares donde se podían encontrar mujeres de todas las edades, casi siempre de origen humilde, esclavas o extranjeras. En numerosas representaciones de los vasos griegos, encontramos imágenes de las llamadas "prostibularias", que ofrecen interesantes detalles sobre el funcionamiento de estos establecimientos atenienses. En una magnífica copa ática de la Colección Condes de Lagunillas, atribuida al Pintor de Pentesilea (Beazley, ARV 884,78), podemos observar una imagen de marcado carácter erótico con la participación de un joven que en el interior de un burdel ofrece una bolsa de dinero a una cortesana, mientras otro, menos afortunado, sin dinero que ofrecer, solicita los favores sexuales de forma aparentemente gratuita, al rogar con las manos unidas, en gesto de súplica. En el centro de la composición, otra figura femenina parece encargarse del funcionamiento del lugar y agiliza el negocio y las posibles ganancias con ademán decidido.


Además de las prostitutas que trabajaban en los prostíbulos o en las calles de Atenas, debemos considerar a las llamadas heteras, mujeres que tenían un nivel más alto y ofrecían servicios más especializados. Las heteras debían, además de ser jóvenes, elegantes y bellas, saber tocar uno o varios instrumentos musicales, bailar, cantar y poseer cierta instrucción, con la finalidad de ofrecer una compañía agradable a los hombres en adición al sexo.



Las heteras eran las únicas mujeres que podían asistir al symposium o banquete, reunión de carácter social, muy importante entre los hombres, en la que se comía y bebía copiosamente, se disfrutaba de la música, la danza, la conversación, los juegos eróticos y cuyo punto culminante solía ser, naturalmente, la actividad sexual con las heteras. Las esposas y demás mujeres de la casa no podían participar, pues era derecho exclusivo de los hombres.


Algunas heteras lograron hacer fortuna y desempeñaron un papel preponderante en la vida política de Atenas, como Aspasia, la segunda esposa de Pericles y Friné, la amante de Praxíteles y musa inspiradora de la famosa escultura de la Afrodita de Cnido. Una sugestiva escena con la presencia de una hetera en un symposium, elegantemente vestida y en disposición de tocar o haber tocado un instrumento de viento, ocupa el centro de la composición en una bella crátera ática de figuras rojas, que en vitrina exenta se exhibe en la sala de cerámica griega del Museo Nacional de Bellas Artes.

Erotismo y sexualidad eran funciones inherentes a la vida de los griegos antiguos, quienes podían disfrutarlas en el matrimonio, en la prostitución y en la pederastia. No ocurría así en el caso de la mujer helena quien, disminuida y desprovista de protección, nunca ocupó el lugar de verdadera compañera del hombre.


Nota: La autora es curadora de Arte de la Antiguedad. Texto cortesía del Museo Nacional de Bellas Artes.


Fuente: La Jiribilla

viernes, diciembre 19, 2008



Haiku


a mi padre


brota el universo
en tus manos
de jardinero padre

jueves, diciembre 18, 2008


Saturnalia
a Lilium Violeta

Las Saturnalia eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios del tiempo.


Esta celebración duraba sólo un día, el 17 de diciembre, pero posteriormente se prolongó del 17 al 23 de mes citado.

Esta fiesta rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad en la que Saturno gobernaba y en la que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.

Al igual que se hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo de otro nuevo.


Las celebraciones se abrían cortando la cinta de lana que sujetaba al dios durante todo el año para que no huyera de la ciudad. A continuación, se celebraba un sacrificio en su honor en el templo que tenía ubicado en el Foro y se continuaba con un banquete público al que podía asistir todo el pueblo.


Para poder participar de las conmemoraciones, las actividades de la ciudad se paralizaban. Se cerraban los comercios, las escuelas, los tribunales, se otorgaba la libertad a los presos y se suspendían las ejecuciones de los condenados a muerte.


Para que reinara la felicidad entre los ciudadanos se llevaban a cabo sorteos de lotería y la gente deambulaba por la calle, permitiéndoseles jugar y apostar en público. A su vez, podían asistir en el anfiteatro a combates de gladiadores.


El vino y las comidas abundantes caracterizaban a esta semana festiva.


La gente vestía con sus mejores galas para asistir a los banquetes, dejaban de lado sus togas cotidianas para ataviarse con los trajes festivos (synthesis).



Los esclavos coronaban sus cabezas con unos gorros llamados pileus, símbolo de libertad.


En el núcleo familiar, las celebraciones eran más relajadas, pues se intercambiaban regalos; a los hijos se les regalaban muñecos de barro (sigilla) y a los amigos velas (cerei). Durante estos días las familias se reunían y comían todas juntas, principalmente un dulce de miel y frutos secos que llevaba un obsequio en su interior (haba seca), el que lo encontraba era coronado como princeps Saturnalicius y sus órdenes debían de ser cumplidas.

Como los esclavos formaban parte de la casa, también disfrutaban de la festividad. Los esclavos eran liberados de sus tareas cotidianas y se intercambiaban los roles sociales, pues los esclavos eran servidos por sus amos, e incluso podían injuriarlos, sin ser castigados. También se les permitía desempeñar cargos del Estado.

Se sabe que en el segundo día de las Saturnalia se llevaba a cabo un carnaval que sería el preludio de nuestros carnavales.


La fiesta finalizaba el 23 de diciembre tras seis días de banquetes, de regalos y de inversión del estatus social.

Tras leer las celebraciones que se realizaban durante las Saturnalia resulta difícil no ver reminiscencias de la fiesta pagana en la celebración de la Navidad:


- Reuniones familiares con abundante comida y bebida.

- Intercambio de regalos.

- Sorteo de lotería.
- Consumo de un dulce con un haba seca en su interior, el que la descubre tendrá buena suerte y se cumplirá su voluntad.

- Uso de vestimenta más lujosa.



Fuente: Caliope

miércoles, diciembre 17, 2008




Entrevista a Susan Shown Harjo:

"Las tribus indígenas somos naciones independientes dentro de EE.UU"


Por Pedro Cayuqueo, en Philadelphia, EE.UU



Susan Shown Harjo (1945) tiene triple nacionalidad. Es miembro de la Nación Cheyenne y además de la Hodulgee Muscogee. “Cheyenne por parte de padre, Muscogee por parte de madre y estadounidense por lamentables circunstancias históricas”, precisa. Su bisabuelo, el Jefe Bull Bear, fue uno de los líderes de la resistencia Cheyenne contra la opresión del gobierno de EE.UU a fines del siglo XIX. Su abuelo, Thunderbird (Richard Davis), un destacado artista y escritor, reconocido por mantener vivas ceremonias tradicionales de su pueblo como el Baile del Sol (Sun Dance) cuando estas fueron proscritas por las autoridades.

Hasta los 11 años Susan vivió en una reserva de Oklahoma, en una modesta vivienda sin alcantarillado ni electricidad. Entre los 12 y 16 ella residió en Nápoles, Italia, donde su padre fue enviado tras ser enrolado en el Ejército de Estados Unidos. De regreso con su familia, Harjo se instaló en Nueva York, donde años más tarde iniciaría una exitosa carrera como periodista radial y escritora. Autora de numerosos libros y columnista estable del periódico Indian Country Today, Susan ha sido invitada a diversos programas de televisión, incluyendo los populares shows de Oprah Winfrey y Larry King.


Actualmente Susan es presidenta del Morning Star Institute en Washington D.C. Creado en 1984 en memoria de su marido Frank, la institución aboga por los derechos indígenas y el establecimiento de políticas para proteger las tierras sagradas, la cultura y el medioambiente al interior de las reservas. Entrevistada por Azkintuwe en la ciudad de Philadelphia, Harjo reflexionó sobre la situación de los nativoamericanos en EE.UU y la actual coyuntura presidencial que protagonizan el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain. En una segunda parte, a publicar este miércoles, Harjo compartirá pasajes de su historia en los 70′ con el American Indian Movement (AIM), el gobierno de Richard Nixon y el injusto encarcelamiento de Leonard Peltier.


- Susan, la realidad vuestra es bastante desconocida por los mapuche. ¿Nos podrías ilustrar cuál es la situación actual de las naciones nativoamericanas?


En los EE.UU tenemos 561 naciones reconocidas a nivel federal. Es decir, naciones indígenas que mantienen una relación particular con los EE.UU, estas relaciones son de nación a nación, de gobierno a gobierno, algunas tienen tratados y otras no los tienen. Entre 1778 y 1871 se firmaron más de 300 tratados. También tenemos leyes generales, de aplicación para todos. Uno de nuestros principales expertos en tratados fue Vine Deloria (1933-2005), además uno de nuestros intelectuales más prolíficos, autor de 25 libros, entre ellos “Custer Died for Your Sins” (Custer murió por sus pecados), “God is Red” (Dios es rojo) y “We Talk, You Listen” (Nosotros hablamos, ustedes escuchan), que murió el año 2005 y quien era mi gran amigo. En los años 60 Deloria fue el director del Congreso Nacional del Indio Americano (NCAI), que es la organización más antigua y más grande en norteamérica, la misma que en los 80′ tuve el honor de encabezar.


martes, diciembre 16, 2008



NACIONES INDÍGENAS EN EE.UU



Lejos del "sueño americano"




Por Pedro Cayuqueo



En el país que constituye la primera economía del mundo, los descendientes de las primeras naciones continúan siendo víctimas del racismo y la marginación social. Conforme a estadísticas oficiales, en Estados Unidos un 37 % de la población nativoamericana muere antes de los 45 años de edad. En uno de los países con la legislación "indígena" más avanzada del planeta, las tribus se debaten entre la asimilación, la marginalidad o los paradójicos efectos de la industria de los juegos de azar. Por casi dos siglos han vivido sin ser vistos, espectadores de la propia tierra de sus ancestros, que han ocupado por 10 mil años y tal vez más a orillas del rio Delaware. Ellos han sido testigos de la muerte, la enfermedad, el despojo, el racismo y la violencia. Y muchos temían que dejando de ser invisibles correrían la misma suerte que sus abuelos. Pero siguiendo una antigua profecía, los descendientes de la Nación Lenape de Pensylvannia han decidido dejar el anonimato, salir a la luz pública y reivindicar sus derechos en la ciudad de Philadelphia, la histórica primera capital y cuna del proceso emancipador de los EE.UU. “Durante generaciones habíamos vivido con miedo”, señala a Azkintuwe, Robert Red Hawk Ruth, Jefe de los Lenape, en la inauguración de la muestra Fulfilling a Prophecy: The Past and Present of the Lenape en Pennsylvania”. “Esa era una manera fea de vivir, infectaba a toda la comunidad así que decidimos alejarnos de todo eso. Ahora decimos con fuerza que estamos aquí. Esta exhibición se llama ‘cumpliendo una profecía’ y ha sido toda una catarsis para nosotros como nación, nos ha permitido mostrarnos y también reunirnos, reencontrarnos como hermanos”.


Instalada en uno de los campus de la Universidad de Pennsylvania, la muestra incluye danzas y comidas típicas, vestimentas y recreación de ceremonias, exposición de pinturas y grabados, conciertos en vivo y exhibición de videos documentales con la historia y los desafíos de un pueblo que para sobrevivir debió volverse invisible. “Mi padre siempre me decía, no te muestres ante nadie, no le digas a nadie de donde provienes”, relata Red Hawk. Desplazados de su tierra a comienzos del siglo XVIII por los “padres fundadores” de EE.UU, los Lenape terminaron dispersos en los vecinos estados de Ohio, Wisconsin, Oklahoma, incluso más al norte, en Canadá. “Mis abuelos y los abuelos de ellos fueron de los pocos que siguieron viviendo aquí. Ellos nos inculcaron las ceremonias espirituales, nuestro idioma y cultura, pero no a la luz del día. Durante generaciones nuestros ancestros se mezclaron con europeos y afro americanos, hoy somos poco más de 300 personas aquí en Pennsylvania”, nos cuenta el Jefe tradicional. La muestra que encabeza busca visibilizarlos como nación. Y constituirse en un faro que convoque a los desplazados. “La nuestra es una historia de sobrevivencia”, resume Red Hawk.


Los Lenape son una de las 562 tribus o naciones reconocidas hoy por el gobierno de los EE.UU. Todas ellas son consideradas legalmente “entidades soberanas” como el gobierno federal y los gobiernos de los estados. Dicha soberanía se basa en el derecho al autogobierno que a las tribus les garantizó la Corona Británica mucho antes de la formación de los Estados Unidos. Luego de su declaración de independencia, el Congreso Continental afirmó la propiedad de los EE.UU sobre territorios que no habían sido parte de las colonias originales, pero reconoció la soberanía de las tribus, siendo consideradas entidades políticas separadas, externas a los EE.UU. Esto derivó en que se mantuviera el sistema de “tratados”, estableciéndose que sólo el gobierno federal (no los gobiernos locales) podía ser contraparte de las tribus. La firma del tratado con los Delaware en 1787 marcó el inicio de un período de casi un siglo en que el gobierno federal firmó más de 650 tratados con las naciones indígenas, de los cuales fueron ratificados 370. Por regla general, estos contenían cláusulas relacionadas con el mantenimiento de la paz, las relaciones comerciales, los derechos de caza y pesca, y el reconocimiento por parte de las tribus y del gobierno federal de la autoridad de cada contraparte.

“Las tribus indígenas somos consideradas como naciones dentro del país. Como tales, conservamos poderes soberanos sobre nuestra población y territorios. Más que miembros de una minoría racial, los indígenas de Estados Unidos somos pueblos con condición jurídica semejante a la doble nacionalidad. Ese es nuestro estatus legal”, señala a Punto Final, Susan S. Harjo, destacada líder de la Nación Cheyenne y directora en los años 80’ del Congreso Nacional del Indio Americano, el principal referente indígena del país del norte. No fue un camino fácil de recorrer, subraya. Y es que muchos de los tratados firmados a comienzos del siglo XIX serían violados más tarde por el gobierno federal, sobre todo tras la década de 1820, que marca el inicio del avance colonizador estadounidense hacia las tierras del oeste. Esto derivó en contiendas judiciales que llegaron hasta la Suprema Corte de Justicia, instancia que en varios procesos falló a favor de la soberanía de las tribus, sentando una jurisprudencia vigente hasta nuestros días. “El camino judicial es la principal herramienta que tenemos las tribus para reivindicar nuestros derechos”, apunta Susan. “Mucho, pero mucho más efectivo que el político”, reconoce.





Autogobierno y soberanía

A lo largo 150 años, la postura del gobierno respecto de las tribus osciló entre el reconocimiento de su soberanía y la búsqueda de su asimilación forzada. Paradójicamente, sería el polémico presidente Richard Nixon quien trazaría el camino definitivo. “Nixon, en 1971 – señala Susan- emitió una declaración sobre asuntos indígenas donde reprobó la eliminación forzosa y nos volvió a caracterizar como entidades políticas soberanas. En este marco, el derecho al autogobierno en múltiples materias quedó garantizado”. “Al menos en el papel”, aclara. En teoría, EE.UU posee actualmente uno de los marcos legales más avanzados en materia de reconocimiento de derechos indígenas del planeta. Países como Canadá, Nueva Zelanda y Dinamarca también reconocen el derecho de las naciones originarias a su territorio, recursos naturales, autoridades y sistemas normativos propios, inclusive el autogobierno. Sin embargo, solo EE.UU amplia estos derechos al punto de reconocerles doble nacionalidad. O triple, como en el caso de Susan. “Yo soy Cheyenne por parte de padre, Muscogee por parte de madre y estadounidense por lamentables circunstancias históricas”, precisa con ironía.

Si bien se trata de un sistema normativo superior incluso a la recientemente aprobada Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU y años luz de la legislación chilena, una de las más atrasadas del planeta, no todo ha sido y es color de rosas. Una constante histórica, subraya Susan, fue la violación de los tratados y ello independiente de quien estuviera sentado en la Casa Blanca. A lo largo y ancho del siglo XIX, el gobierno les quitó dos tercios de las tierras que les habían sido reconocidas como propias a fin de facilitar la expansión de los Estados Unidos hacia el oeste. “Republicanos y demócratas tienen sus manos manchadas con sangre india. A mi gente, los Muscogee Creek, hacia el año 1830 se les obligó ha abandonar sus tierras a punta de bayoneta hacia el oeste del río Mississipi”, nos relata. Susan hace referencia a uno de los capítulos más oscuros de la historia norteamericana: la marcha forzada desde el sudeste al actual estado de Oklahoma de cinco tribus indígenas (Chickasaw, Choctaw, Creek, Seminola y Cherokee), ejecutada durante las administraciones de los mandatarios demócratas Andrew Jackson y Martin Van Buren. Más de 1.200 kilómetros de infernal caminata que condenó a muerte a miles de nativos.


Se calcula que la cuarta parte de la población Cherokee pereció en la ruta, principalmente en los campamentos asolados por la disentería y otras enfermedades. En su idioma, ellos recuerdan hoy este suceso como “nunna daul isunyi”, “el camino donde nosotros lloramos”. De allí su denominación popular: “El Sendero de las Lágrimas”. Y es que la conquista y colonización del “oeste” norteamericano nada tuvo que envidiar a la conquista y colonización española siglos antes en el resto de América. O aquella que, por la misma época, ya planificaban contra el pueblo mapuche los actuales estados de Chile y Argentina, ello en el cono sur de América. Aunque la Declaración Real Británica de 1763 afirmaba que las tribus tenían títulos legales sobre sus tierras y que sólo podrían modificarse mediante tratados, la expansión de la frontera blanca fue tan implacable que esto poco se tuvo en cuenta. Un ejemplo de ello fue el Tratado de Fort Laramie (1868) entre la Nación Sioux y el gobierno estadounidense, que acordó entregarles la mitad de las tierras de Dakota del Sur. Sin embargo, luego del hallazgo de oro en las Black Hills (Colinas Negras), centro espiritual y geográfico de los Sioux, el tratado fue modificado unilateralmente desde Washington. Sin consulta ni aviso previo.


En los siguientes 20 años, el gobierno federal se apoderó de más de 90 por ciento del territorio que antes les había concedido. Para 1889, el tamaño de la reservación Sioux había sido reducido a una pequeña esquina del mapa de Dakota del Sur. “Cualquier observador objetivo tendría que decir que nuestro tratamiento de los americanos nativos ha sido una desgracia nacional”, llegó a reconocer durante su campaña el ex candidato republicano a la presidencia, John McCain, entrevistado por el Washington Post. Un poco más autocrítico, su contendor y actual presidente electo de EE.UU, el demócrata Barack Obama, calificó de “vergonzoso” el actuar de la Casa Blanca en la materia. Obama, cuya campaña concitó un masivo respaldo indígena, prometió restablecer la validez de los tratados, respaldar el autogobierno tribal e inyectar millonarios fondos a los siempre insuficientes presupuestos indios. Las tribus, en su gran mayoría, depositaron mucho más que un simple voto en esta promesa de cambio. Expectantes aguardan hoy los primeros pasos de su administración.



El caso de Leonard Peltier


En toda Norteamérica las tribus lucharon contra la ocupación de sus tierras. Desde Arizona hasta Alaska. Pero esta resistencia fue aplastada a punta de cañonazos y promesas rotas. El recuerdo persiste en la memoria. “En los tiempos modernos estas historias de atropellos se traducen en que algunas naciones indígenas mandan una carta de saludo a cada presidente nuevo. Y siempre lo llaman con el mismo nombre que daban al presidente George Washington los miembros de la Confederación Iroquese: ‘Sr. Destructor de los Pueblos’. Esto grafica cuál ha sido históricamente la relación de los nativo americanos con el gobierno”, subraya Susan. En sus palabras resuena el eco de sus ancestros. Su bisabuelo, el Jefe Bull Bear, fue uno de los principales líderes de la resistencia Cheyenne contra la opresión del gobierno de EE.UU a fines del siglo XIX. Su abuelo, Thunder Bird, un destacado artista y escritor, reconocido por mantener vivas ceremonias tradicionales de su pueblo como el Baile del Sol (Sun Dance) cuando estas fueron proscritas por las autoridades. Pero la lucha por la tierra continúa. El propio estado de Dakota del Sur está intentando trasladar tierras indígenas a manos del Estado, violando nuevamente los tratados firmados con los Sioux, también conocidos como Lakota.

Un líder rebelde de este pueblo, Leonard Peltier, es hoy el prisionero político estadounidense más conocido en el mundo. Peltier está encarcelado y condenado a doble cadena perpetua por el supuesto homicidio de dos agentes del FBI en la reserva de Pine Ridge. Peltier era un activo militante del Movimiento Indio America (AIM, en inglés), organización radical indígena que en los 70’ operó en diversos puntos de EE.UU y que, junto al Partido de los Panteras Negras, fue duramente reprimido por la administración de Richard Nixon. Encabezado por John Trudell, Russell Means y Dennis Banks, el AIM protagonizó en 1973 el conflicto armado más largo al interior de Estados Unidos desde la Guerra Civil: la ocupación de Wounded Knee, sitio histórico ubicado al interior de la reserva de Pine Ridge y donde en 1890, el Séptimo de Caballería del Ejército de EE.UU masacró a cientos de Sioux que se negaban a ser “relocalizados” en Nebraska, entre ellos decenas de mujeres, ancianos y niños.


La ocupación buscaba denunciar ante el mundo la situación de abandono, marginación y pobreza que afectaba a los Sioux. La respuesta del gobierno fue un cerco policial y militar que se prolongó por 71 días, dos activistas del AIM asesinados y el inicio de una caza de brujas que solo culminó a fines de los 70’con el AIM desarticulado y Leonard Peltier en prisión. “Leonard ha estado más de la mitad de su vida encarcelado como un símbolo de aquellos años. El fue acusado junto a otras dos personas por el asesinato de dos agentes federales, pero fue un enfrentamiento confuso, un tiroteo donde también murió un nativo. Nadie supo ni sabe aún quién disparó a los agentes, no hubo evidencia determinante en el juicio, pero aun así condenaron a Leonard”, apunta Susan, cuyo esposo, Frank Harjo, militó junto a Peltier en las filas del proscrito AIM. De allí su cercanía con el líder Sioux. “En lo personal, Leonard representa una época terrible de persecución política, pero también una época maravillosa de activismo que forma parte de mi vida y la de mi esposo. Pero nosotros queremos que él deje de ser un símbolo, nos interesa mucho más que recupere su libertad y su vida”, subraya.



Desde la ocupación de Wounded Knee, pocas cosas han mejorado para los Sioux de la reserva de Pine Ridge, la segunda más grande en extensión territorial de las 314 designadas por el gobierno de Estados Unidos como “territorios tribales soberanos”. Familias pobres en casas baratas subsidiadas por el gobierno, jóvenes que no recuerdan la historia de su pueblo y caen en la trampa de la droga y el alcohol igual que sus padres; hombres y mujeres tratando de sobrevivir sin empleo, tierras propias rentadas a rancheros blancos y perdidas para el uso de sus habitantes. Y por si ello fuera poco, administraciones corruptas que más que “autodeterminación”, solo perpetúan la dependencia económica y el control político externo. Legalmente la reservación Pine Ridge es un “estado soberano independiente” dentro del territorio estadounidense, con un gobierno indígena democráticamente electo cada dos años y al que se le otorgan casi 70 millones de dólares en pagos federales directos e indirectos para apoyar a una población de entre 20 y 30 mil habitantes. Sin embargo, todas las decisiones fundamentales sobre su destino se hacen fuera de sus límites, por la misma burocracia que utiliza gobiernos locales corruptos para reprimir voces disidentes que abogan por un cambio. La de Leonard Peltier, una de ellas.



En la primera economía del mundo, los descendientes de las primeras naciones continúan siendo víctimas del racismo y la marginación social. Conforme a estadísticas oficiales, en Estados Unidos la población nativoamericana tiene ocho veces más posibilidades de padecer enfermedades como la tuberculosis que otros ciudadanos del país y un 37% muere antes de los 45 años de edad. La tasa de suicidio es tres veces la tasa nacional, mientras que la mortalidad infantil es un 60% más alta que la del conjunto de la población norteamericana. Por su parte, las tasas de desempleo oscilan entre 50 y 80%, lo que al mismo tiempo engendra violencia, delincuencia y un elevado tráfico y consumo de drogas. El desplazamiento a centros urbanos, programado desde Washington en las décadas de los años 50’ y 60’, forzado por la pobreza en las últimas décadas, en nada ha contribuido a que las condiciones de vida de muchas tribus mejoren. En muchos casos, solo ha contribuido a aumentar la tasa de suicidios juveniles y de nativoamericanos que poblan las principales cárceles del país.