miércoles, diciembre 30, 2009



DON QUIJOTE


por Eduardo Galeano


Marco Polo había dictado su libro de viajes en la cárcel de Génova.

Exactamente tres siglos después, Miguel de Cervantes, preso por deudas, engendró a Don Quijote de La Mancha en la cárcel de Sevilla.

Y ésa fue otra aventura de la libertad, nacida en prisión.

Metido en su armadura de latón, montado en su rocín hambriento, Don Quijote parece destinado a la derrota y al ridículo. Este loquito se creía personaje de novela de caballería y creía que las novelas de caballería eran libros de historia.

Pero los lectores, que desde hace siglos nos reímos de él, nos reímos con él. Una escoba es un caballo para el niño que juega, mientras el juego dura, y mientras dura la lectura compartimos las estrafalarias desventuras de Don Quijote y las hacemos nuestras. Tan nuestras las hacemos que convertimos en héroe al antihéroe, y hasta le atribuimos lo que no es suyo. Ladran, Sancho, señal que cabalgamos es la frase que los políticos citan con más frecuencia. Don Quijote jamás la dijo.

El caballero de la triste figura llevaba más de tres siglos y medio de malandanzas por los caminos del mundo, cuando el Che Guevara escribió la última carta a sus padres. Para decir adiós, no eligió una cita de Marx. Escribió: Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante. Vuelvo al camino con mi adarga al brazo.

Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían.


Fuente: ESPEJOS, Eduardo Galeano, Editorial Siglo XXI.

domingo, diciembre 27, 2009



Brazos de Sol


por Alejandro Filio


Hoy me vino la gana, que no las musas
hoy no tengo pretextos ni disculpa para cantarte a ti
para escribirte un verso y descolgarte desde aquí
hasta las ganas de la mañana ya por venir.

Hoy primero del segundo del año
mientras esta mujer rompe el espacio para inventarse al fin
para mirarla toda en el silencio y de perfil
tomo sus manos como escenario para existir.

Y es que no importa que digan
que está trillado
hablar de amor que maldigan
si no han probado
la noche en sus brazos de sol.

Se detiene el reloj sobre nosotros
caen las diez que resbalan por sus hombros y se cuela la luz
que se enreda en tu pelo pero la liberas tú
oro y diamante por un instante de tono azul.

Brazos de Sol- Miryam Quiñones


jueves, diciembre 24, 2009




Un gran regalo


por Nano Stern


Muchas veces estoy triste,
ya no encuentro la razón
para seguir adelante
cuando todo tira atrás.

Muchas veces estoy solo
con esta triste canción.
Siento que se va la vida
como cuando falta el sol.

Y miro hacia el cielo y no veo la luz.
Toco la tierra y no siento el calor.
Y viene un amigo y me hace recordar
que la vida es un gran regalo.


Fuente: Nano Stern

miércoles, diciembre 23, 2009



Fundación de Santa Claus


por Eduardo Galeano


En su primera imagen, publicada en 1863 en la revista "Harper´s". de Nueva York, Santa Claus era un gnomo gordito entrando en una chimenea. Nació de la mano del dibujante Thomas Nast, vagamente inspirado en las leyendas de San Nicolás.

En la Navidad de 1930, Santa Claus fue contratado por la Coca Cola. Hasta entonces, no usaba uniforme, y por lo general prefería ropas azules o verdes. El dibujante Habdon Sundblom lo vistió con los colores de la empresa, rojo vivo con ribetes blancos, y le dio los rasgos que todos conocemos. El amigo de los niños lleva barba blanca, ríe sin parar, viaja en trineo y es tan rechoncho que no se sabe cómo se las arregla para entrar por las chimeneas del mundo, cargando regalos y con una Coca Cola en cada mano.

Tampoco se sabe qué tiene que ver con Jesús.


Fuente: ESPEJOS, Eduardo Galeano, Editorial Siglo XXI.

domingo, diciembre 20, 2009



Deberíamos ser más como las mariposas monarca


por Eduard Punset


He podido contemplar la llegada de millones de mariposas monarca (Danaus plexippus) para invernar, lejos de la nieve de sus paisajes originarios en Canadá, a 5.000 kilómetros de las montañas de Valle de Bravo, en el oeste del Estado de México, donde estuve en Noviembre. Pienso, al mismo tiempo, en el asombro que nos produce que no se hayan descubierto todavía ciertos misterios de los humanos. Uno de ellos es la conciencia. El progreso efectuado en el conocimiento de las conexiones neurológicas no nos ha permitido todavía saber cómo el ser humano se forma la conciencia de sí mismo.

Me inquieta en mayor medida todavía que no hayamos descubierto el secreto del proceso migratorio de organismos como el de la mariposa monarca. Cada año, al iniciarse el invierno, huyen de las praderas nevadas del norte y siguen rumbos, elegidos por sus antepasados, hacia lugares donde el invierno es mucho más soleado y caluroso. Inundan las carreteras bajando de la montaña en busca de sol y agua. Los conductores, movidos la mayoría de ellos por empatía, disminuyen la velocidad por debajo de los 15 kilómetros por hora para no estrellarlas sobre el pavimento.

Su color rosado, ribeteado por contornos negros para ahuyentar a los depredadores, llega a ocultar los rayos del Sol en las franjas iluminadas de la carretera; en las sombreadas no hay ni una mariposa monarca. La mayor parte morirá después de poner los huevos en la flor por ellas elegida. Pero las recién nacidas descubrirán por sí mismas el camino de regreso, con la única ayuda de sus genes.

¿Cómo es posible que, a pesar de toda nuestra ciencia acumulada, seamos incapaces todavía de saber el secreto que permite regresar al hogar a unas mariposas ignorantes de su destino? Un lugar que, no está de más recordarlo, dejaron atrás sus progenitores, a 5.000 kilómetros de distancia, nada menos.

Me dicen que estamos a punto de desentrañar el secreto de la increíble resistencia de las telas de araña. ¡Pero vamos a ver! ¿Ninguno de mis amigos científicos será capaz de descubrir el secreto de las mariposas monarca para orientarse y evitarme con ello la desorientación y el sentimiento de pérdida que experimento en cuanto me cambian de barrio, no digamos ya de ciudad? Si gracias a la tecnología hemos aprendido a volar con aviones, ¿tan difícil será orientarse en el espacio como la mariposa monarca?

La verdad es que difícilmente se puede vivir un instante más conmovedor que el de estar rodeado por millones de estas mariposas en pleno bosque. De ellas se pueden aprender otros muchos secretos trascendentales que estamos muy lejos de comprender. Mientras a nosotros nos ha dado por echar cemento en todos los paisajes, ellas son un factor de equilibrio ecológico: por el camino se alimentan de la planta llamada “lengua de vaca” o “algodoncillo”, pero al mismo tiempo la poliniza. ¡Qué envidia! ¿Qué les damos nosotros a las vacas o a los cerdos que cruelmente nos comemos?

Otra cosa que me han enseñado las mariposas monarca en las montañas de México es que, para protegerse de los maleantes, les basta con absorber el alcaloide que sacan del algodoncillo, fabricando un producto venenoso que ahuyenta, si no mata, a las otras especies que se empeñen en comérselas, a pesar del mal olor desprendido por el alcaloide. Nosotros, en cambio, para protegernos de los maleantes estamos obligados a crear cuerpos de Policía y alianzas militares. ¡Qué envidia me dan las mariposas monarca! ¿No podrían mis amigos científicos asimilar para nosotros algunas de sus innovaciones? Por si fuera poco, viven doce veces más que el resto de las mariposas.


Fuente: Eduard Punset

viernes, diciembre 18, 2009




El río y los peces


por Eduardo Galeano


Un viejo proverbio dice que enseñar a pescar es mejor que dar pescado.


El obispo Pedro Casaldáliga, que vive en la región amazónica, dice que sí, que eso está muy bien, muy buena idea, pero ¿qué pasa si alguien compra el río, que era de todos, y nos prohíbe pescar? ¿O si el río se envenena, y envenena a sus peces, por los desperdicios tóxicos que le echan? O sea: ¿qué pasa si pasa lo que está pasando?



Fuente: ESPEJOS, Eduardo Galeano, Editorial Siglo XXI, 2008.

miércoles, diciembre 16, 2009



La Carta de la Tierra

"Si el clima fuera un banco ya lo habrían salvado"(Copenhague)


Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Tal renovación es la promesa de estos principios de la Carta de la Tierra. Para cumplir esta promesa, debemos comprometernos a adoptar y promover los valores y objetivos en ella expuestos.

El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; requiere también de un nuevo sentido de interdependencia global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría.

La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo. Todo individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir. Las artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos, están llamados a ofrecer un liderazgo creativo. La alianza entre gobiernos, sociedad civil y empresas, es esencial para la gobernabilidad efectiva.

Con el objeto de construir una comunidad global sostenible, las naciones del mundo deben renovar su compromiso con las Naciones Unidas, cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales existentes y apoyar la implementación de los principios de la Carta de la Tierra, por medio de un instrumento internacional legalmente vinculante sobre medio ambiente y desarrollo.

Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.

Fuente: The Earth Charter Initiative

martes, diciembre 15, 2009



Daniel Viglietti en Chile


“Cuando el pobrísimo tome las cúpulas
y los famélicos tomen las Áfricas
y los indígenas tierra amazónica
y los mecánicos tomen las fábricas
y los utópicos salgan del prólogo
y los daltónicos pinten lo nítido
y los chuequísimos bailen de júbilo
ya lo terrícola será libérrimo
cual ritmo cíclico de un canto esdrújulo."
(Daniel Viglietti)

por Andrés Figueroa

El viernes 27 de noviembre, a las 20:30 h., en el Teatro Oriente de Santiago de Chile, el legendario artista popular Daniel Viglietti ofreció un concierto a un precio ridículo para ese escenario y la talla del cantautor (3.000 pesos, menos de 6 dólares).

El creador de “A desalambrar”, “Soledad Barret”, “Daltónico” y un sensible cancionero que ha recorrido y recorre las luchas de los pueblos latinoamericanos ya se ha presentado en universidades, haciendo vibrar como siempre, esta vez, a las generaciones nuevas de chilenos que, pese a la mala distribución de su obra, maravilla y estremece. Cálido, pleno de convicciones, con proyectos infinitos, memoria intacta y esa voz honda que enreda de ternura al que tiene cerca, Daniel Viglietti se sienta en una mesa sencilla colmada de discos, mientras le cuento que me he pasado la vida cantando El Chueco Maciel (a mi modo gritón y malogrado) y que, absurdamente, parece que lo conozco de siempre.

¿Cómo se forjó tu vínculo con Chile?

Mi relación con Chile es de un gran cariño y de un sentimiento solidario de ida y de vuelta. Cuando conocí Chile en 1965 me enteré de que los hijos de la cantora formidable Violeta Parra –que ya conocía por su trabajo-, Isabel y Ángel, habían presentado “Canción para mi América” (“Dale tu mano al indio / dale que te hará bien”) en un programa televisivo por lo cual tuvieron algunas dificultades. Entonces, cuando yo vine por primera vez al país, a la ciudad de Valparaíso, integrando un coro como suplente de un bajo al festival de coro de Viña del Mar, lo primero que hice, luego del evento, fue partir a Santiago, a calle Carmen 340, donde funcionaba la Peña de Los Parra. Ahí estaba Violeta tomándose una sopa.

¿Así te “emparraste”?

Así comenzó la amistad con Isabel y Ángel. En ese primer viaje me quedé en casa de Patricio Manns (“Arriba en la Cordillera”, “El cautivo de Til Til”). Él estaba de gira por el norte del país filmando y me dejó su apartamento de la calle Berlín. Sucesivamente derivé a la casa de los Parra, en calle Los Leones 1278.

Carmen 340 fue la “fábrica” de la Nueva Canción Chilena…

En esa peña conocí a Víctor Jara; hice amistad con Rolando Alarcón (“Los Pueblos Americanos”) que aún vivía; con Payo Grondona, que quedó como uno de mis mejores amigos aquí. También con el “Gitano” Rodríguez (“Ha llegado aquel famoso tiempo de vivir”) que se nos fue hace un tiempo. Todo esto hizo una relación entrañable con Chile. Entonces canté en la feria de Los Cerrillos (Santiago), donde también cantó Violeta junto a esa tan prolífica familia de Los Parra. En otro viaje me trajo a tu país René Largo Farías (muerto en extrañas circunstancias hace algunos años), al Festival Chile Ríe y Canta en el Teatro Caupolicán. René era un hombre tremendamente solidario que después encontré en el exilio.

Tú eres hijo de músicos y parece que estuvieras desde siempre…

Canto hace 51 años, así es que en mis visitas a Chile vi el nacimiento de grupos como Inti-Illimani (“Sambalandó”, “Venceremos”) y Quilapayún (“El Pueblo Unido”).

EL EXILIO

Todo eso fue en los 60 y principio de los 70… luego fue el horror de la dictadura…

Así también me ata a Chile todo lo que ocurrió durante la Unidad Popular, Salvador Allende, Miguel Enríquez. En ese tiempo, por cierto, no salieron discos míos, lo cual pierde toda importancia después de todo lo que pasó.

¿Cómo te enteraste del golpe?

Yo estaba en París, escuchando un concierto del cubano Carlos Puebla (“Hasta Siempre, Comandante”), y cuando empezábamos a abrir unas botella de ron, llegó uno de ellos con el rostro demudado, diciendo “golpe en Chile”. Inmediatamente dejamos las botellas a un lado y nos fuimos cada uno a nuestras casas. Entonces comenzó otra vida para mí. Porque, aun siendo uruguayo, me transformé de pronto en chileno, y más adelante, con el golpe de Estado de Videla, me transformaría en argentino.

Tú fuiste exiliado también…

En el exilio me encontré con Joan Jara (viuda de Víctor Jara), en Berlín, en la entonces RDA, donde ella me narró lo concerniente a la muerte de Víctor. Yo siempre he trabajado en radio y televisión, así es que tengo una gran cantidad de entrevistas en mis archivos de varios de esos encuentros.”

¿Cuándo viajaste a Chile otra vez?

Tuve la oportunidad de entrar a Chile durante la dictadura de Pinochet, a finales de los 80, en una gran iniciativa que se llamó Chile Crea. Allí me reencontré con Isabel Parra, con Payo, y abracé a la extraordinaria folclorista Margot Loyola.

“NO ME ARREPIENTO DE NINGUNA DE MIS CANCIONES”

En 1990 terminó el régimen militar…

En el período después de la dictadura he venido muchas veces. Y así voy descubriendo gente nueva de Chile que canta, como Pancho Villa (“Yo soy de una generación”), y ayer en un concierto me acompañó el grupo musical Manka Saya y Vanessa Luna. De manera que sigue fluyendo esta memoriosa relación con Chile.

Muchas de tus canciones son eminentemente libertarias. Hay algunos artistas que ya han desalojado de su repertorio sus “encendidas” obras de juventud…

Yo no me arrepiento de ninguna canción; las contextualizo en sus etapas y las sigo cantando. Mis dos últimos discos son “Devenir” y “Trabajo de Hormiga”, y ya estoy preparando un disco nuevo.

LÚDICO EL CHUEQUÍSIMO

Juegas mucho con las palabras acentuadas en la antepenúltima sílaba; las famosísimas esdrújulas, como lo hizo Violeta en “Mazúrquica Modérnica”…

El esdrujulismo es un género que nos desborda a Violeta y a muchos, y que viene de muy lejos. El mismo Chico Buarque lo emplea en “Construcción”. Violeta Parra apocopó los esdrújulos, volviéndolos diferentes, hizo neologismos. Yo sólo agregué una perla al collar con la canción “Esdrújulo”. Al usar ese tipo de palabras me vi obligado a pensar mucho. A veces una situación de límites obliga a realizar esfuerzos de imaginación importantes. Y esto no quiere decir que las censuras resulten beneficiosas, pero las censuras que ocurrieron aquí y allá, cuando todos tuvieron que arreglárselas para disparar metáforas y eludir los cercos, produjeron buenos ejercicios.

¿Y de dónde salió “Esdrújulo”?

Ésa surgió en un paseo al campo, jugando con los gurises (niños) de amigos con palabras esdrújulas. Allí partió el trabajo de ingeniería.

Ya te dije que mi caballito de batalla en la universidad y las fiestas ha sido tu “Chueco Maciel”. ¿Cuál es su historia?

El Chueco Maciel nació en los cantegriles de Montevideo en 1970. Cantegril era una zona de mucho lujo en Punta del Este, entonces el pueblo con ese humor crítico que caracteriza a los nuestros, le aplicó a los lugares más pobres el término cantegril. Y allí creció un muchacho que venía del interior del Uruguay, en el proceso de migración campo-ciudad, que se llamaba Nelson Maciel y le decían “chueco”, porque allá nombran así a los que caminan con los pies un poco hacia adentro. Entonces este muchacho comenzó a hacer algunos asaltos para acercar comida a los miembros del cantegril. Asaltó camiones de comestibles y bancos para conseguir dinero para ayudar a los pobladores del cantegril. De este modo, se convirtió en un símbolo creciente. Se le defendió mucho en el cantegril, hasta que un día fue capturado y asesinado dentro de una camioneta. Esto despertó una enorme cantidad de sentimientos. Así yo hice la canción. Tuve la oportunidad de cantarla incluso delante de la madre del propio Chueco Maciel.

En la década de los 80, secretamente y en cintas mal copiadas, los jóvenes chilenos antidictatoriales oíamos tu canción “Por todo Chile” que siempre pensamos que era un tema dedicado al Frente Patriótico Manuel Rodríguez…

Nació en enero de 1973 (varios meses antes del golpe militar), y la escribí tal cual es. Después la grabaron Los Parra. Tomo a Manuel Rodríguez como símbolo. Era un momento muy particular en Chile, estaba la huelga de los camioneros contra el gobierno de Allende, se gestaba un avance de la derecha, y mi canción plantea la decisión de muchos sectores de prepararse para la lucha. Y sigo cantando esa canción, respetando su origen.

También empleas casi como un paradigma la palabra “chueco”…

Ensancho la palabra “chueco”, como algo imperfecto, frágil, humano, pero que no nos exime de seguir luchando, siempre creando, siempre liberando.

URUGUAY HOY

La segunda vuelta electoral en Uruguay está más que cercana…

Yo espero que haya continuidad para el gobierno progresista en Uruguay, pero desde un apoyo crítico. Yo apoyo, voto, pero quiero plantear cosas que no se cumplieron en la primera etapa.

¿Cuál es tu evaluación del trágico resultado plebiscitario respecto de la llamada Ley de Caducidad que beneficia transitoriamente a quienes cometieron crímenes espantosos durante la dictadura en Uruguay?

Se perdió porque hubo, entre otras cosas, falta de decisión del gobierno de apoyar esa campaña. Ahora el gobierno debería estar obligado a buscar otros caminos para anular esta infamia y que los responsables de violar los derechos humanos, pasen ante la justicia. Probablemente muchos de ellos, porque son terriblemente cobardes y mentirosos, no van a querer hablar, pero ahora es importante individualizarlos a través del testimonio de mucha gente que fue torturada por ellos. No con sentimientos de venganza porque nuestra ética como pueblos es muy otra que la de los represores. Pero sí hay que obligarlos a que expongan sus cargos ante la justicia.


Fuente: Perrerac.org

lunes, diciembre 14, 2009



Chilenismos


1. – ¿Cuándo “chucha” va a parar esta lluvia? (Noé, año 4314 AC)


2. – ¿Cómo “chucha” se te ocurrió eso? (Su mamá a Pitágoras, año 126 AC)


3. – ¡”Chucha”, qué calor! (Juana de Arco, año 1431)


4. – ¿Cuándo “chucha” vamos a llegar? (Cristóbal Colón, año 1492)


5. – ¿Cómo “chucha” quieren que pinte el techo? (Miguel Ángel, año 1566)


6. – ¿Qué “chucha” tomaste Julieta? (Romeo, año 1595)


7. – ¿De dónde “chucha” salieron todos estos indios? (General Custer, año 1877)


8. - ¿Por dónde "chucha" entra tanta agua? (Capt. Smith TITANIC, año 1912)


9. – ¿Cómo “chucha” no van a entender esto? (Einstein, año 1938)


10. – Y ahora... ¿Por quién "chucha" votamos? (millones de chilenos, diciembre 2009)


sábado, diciembre 12, 2009


Justicia Climática en Copenhague


“Las negociaciones de la ONU no van a resolver la crisis climática”


La red internacional Climate Justice Action (CJA) (1) preparó las acciones masivas durante las negociaciones internacionales climáticas en Copenhague en diciembre de 2009.

Después de 14 años de negociaciones inefectivas, activistas de movimientos sociales de todas partes del globo están llevando la lucha por la Justicia Climática a las calles. Una serie de eventos están siendo planificados, desde una acción masiva para cerrar el puerto de Copenhague hasta una acción que pretende por un día introducir al espacio elitista de la Cumbre una agenda desde el pueblo por la Justicia Climática. “Las negociaciones de la ONU no van a resolver la crisis climática. No estamos más cerca de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que cuando las negociaciones empezaron hace quince años: las emisiones continúan en aumento a pasos más acelerados, mientras que el comercio de carbono permite que los criminales del clima sigan contaminando y lucrando”, dijo Tadzio Mueller, un portavoz de prensa de CJA.

En respuesta a lo que CJA percibe como un circo político que juega por los intereses de las corporaciones, Stine Gry, también parte de la red, opina que “no podemos confiarle nuestro futuro al mercado, ni poner nuestra fe en tecnologías inseguras, insostenibles y que no han sido comprobadas. En lugar de intentar pintar un sistema destructivo de verde, necesitamos tomar acciones masivas por una Justicia Climática”.

El 13 de diciembre Climate Justice Action realizará una acción directa contra las causas reales del cambio climático, interrumpiendo los flujos tóxicos guiados por los combustibles fósiles del capitalismo global y por la sobre-producción para el sobre-consumo, cerrando el puerto de Copenhague.

El 16 de diciembre, CJA pondrá la Justicia Climática y las voces de los pueblos marginados a lo largo del Norte y del Sur en la cabeza de la agenda. Guiados por activistas del Sur Global, desafiaremos las élites corporativas y gubernamentales en las negociaciones climáticas de la ONU, superando las barreras policiales con desobediencia civil para llevar a cabo la Asamblea del Pueblo por la Justicia Climática.

En contra de las ‘soluciones falsas’ adoptadas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, CJA hace un llamado a:

- dejar los combustibles fósiles en la tierra
- reafirmar el control del pueblo y comunidades sobre sus recursos
- re-localizar la producción de alimentos
- reducir masivamente el sobre consumo, especialmente en el Norte
- reconocer la deuda ecológica y climática hacia los pueblos del Sur y realizar reparaciones
- respetar los derechos de los pueblos indígenas y de los bosques

Stine Gry nuevamente afirma: “Soluciones reales a la crisis climática están siendo desarrolladas por mujeres y hombres del Sur y del Norte, quienes luchan cada día para defender su medio ambiente y condiciones de vida. Necesitamos globalizar estas soluciones y trabajar por una justa transición hacia un futuro post-combustibles fósiles”.


(1)Climate Justice Action es una red que comprende una gran diversidad de grupos de ambos, el Sur Global y el Norte Global. Entre ellos Terra de Direitos (Brazil) y Focus on the Global South, international Climate Camps, Rising Tide e Indian Social Action Forum. La lista completa de grupos puede ser encontrada en la página web. Contacto:

Teléfono danés: +45 41294994 (Stine Gry)

Teléfono internacional: +49-176-77414303 (Tadzio Mueller)

Página web: www.climate-justice-action.org

Viñeta: Douglas Nelson Pérez "Chispa"

miércoles, diciembre 09, 2009



La arqueología de las emociones


por Eduard Punset


No me pregunten por qué, pero tengo ganas de reflexionar sobre la arqueología de las emociones básicas y universales. En México, donde estuve hace poco en la fantástica Ciudad de las Ideas, viven los indígenas mazahuas; esta palabra –mazahua– significa en la lengua nahua “gente del venado”. Ya estaban aquí cuando llegaron los conquistadores españoles, pero no son los más antiguos; al contrario, son más recientes y evolucionados que, pongamos por caso, los rarámuris.

Me gustaría tener tiempo para hablar con ellos y, mediante encuestas bien meditadas, ahondar algo en la arqueología de las emociones básicas y universales: la empatía, es decir, la capacidad para sentir el dolor ajeno, la rabia y el miedo, la felicidad, la sorpresa o el desprecio. Acabo de conversar en Puebla, México, con uno de los primatólogos más ilustrados del planeta, Frans de Waal, el primero en profundizar en la arqueología de las emociones en el resto de los animales; me refiero, concretamente, a los mamíferos no humanos, como los elefantes.

El estudio de las emociones en los humanos estuvo siempre mal visto hasta que, gracias a las nuevas tecnologías de resonancia magnética, pudimos empezar a medirlas: ¿cuánto disminuía el volumen de nuestro hipocampo en el cerebro, y por tanto de la memoria, a raíz de un estrés exagerado? ¿En qué medida afectaba al feto el estrés materno, una vez que se pudo comprobar que la hormona del estrés atravesaba la placenta? Nadie en la Tierra había enseñado a otros cómo gestionar sus emociones. Si las tenías, se debían controlar o ser destruidas. De ninguna manera aprender a gestionarlas.

Hasta ayer se estimaba que –contra todas las apariencias en las distintas especies de mamíferos– el resto de los animales no desarrollaba la empatía necesaria para ponerse en el lugar del otro. El gran mérito de Frans de Waal ha sido demostrar, más allá de cualquier duda, que la mayoría de los mamíferos eran tan capaces de sentir empatía como nosotros mismos; y, desde luego, mucho más que los psicópatas, que no pueden sentir el dolor ajeno. Hay escenas conmovedoras de elefantes adultos intentando salvar a uno mucho más joven de las aguas turbulentas y el lodo asfixiante de un río en el que apacentaban.

Ahora es innegable que los mamíferos no humanos son también sentimentales y que, por lo tanto, tendremos que dejar de hacerles daño innecesariamente tarde o temprano. Ahora no tenemos más remedio que aceptar que, con la excepción de determinados psicópatas, los homínidos que nos precedieron fueron capaces de situarse en el lugar del otro tanto como los de ahora, de empatizar con los demás si éstos sufrían.

Lo que no sabemos es si siempre fue así ni si hay diferencias acusadas en la expresión de aquellas emociones básicas y universales entre nosotros y los pueblos primitivos. Sería interesantísimo estudiar la arqueología de las emociones en los humanos porque tal vez descubriéramos que algunas de estas emociones no eran sentidas en igual grado o bien que su expresión facial era distinta: ¿cuáles eran los rictus en las caras de los mazahuas cuando se enamoraban? En cuanto al potencial para paliar el dolor ajeno, ¿cuándo surge?

A los lectores que me pregunten por qué tengo ganas de conocer la arqueología de las emociones, les diré enseguida que este conocimiento me ayudaría a alimentar la esperanza de que, si en el pasado cambiaron a mejor, en el futuro no van a cambiar a peor. En este caso, sentiremos más intensamente todas las emociones, sabremos expresarlas con mayor ecuanimidad y, sobre todo, habremos aprendido a gestionarlas.


Fuente: Eduard Punset

martes, diciembre 08, 2009



Cuatro frases que hacen crecer la nariz de Pinocho


por Eduardo Galeano


"Somos todos culpables de la ruina del planeta"

La salud del mundo está hecha un asco. ‘Somos todos responsables’, claman las voces de la alarma universal, y la generalización absuelve: si somos todos responsables, nadie lo es.

Como conejos se reproducen los nuevos tecnócratas del medio ambiente. Es la tasa de natalidad más alta del mundo: los expertos generan expertos y más expertos que se ocupan de envolver el tema en el papel celofán de la ambigüedad. Ellos fabrican el brumoso lenguaje de las exhortaciones al ’sacrificio de todos’ en las declaraciones de los gobiernos y en los solemnes acuerdos internacionales que nadie cumple.

Estas cataratas de palabras -inundación que amenaza convertirse en una catástrofe ecológica comparable al agujero del ozono- no se desencadenan gratuitamente. El lenguaje oficial ahoga la realidad para otorgar impunidad a la sociedad de consumo, a quienes la imponen por modelo en nombre del desarrollo y a las grandes empresas que le sacan el jugo.

Pero las estadísticas confiesan. Los datos ocultos bajo el palabrerío revelan que el 20 por ciento de la humanidad comete el 80 por ciento de las agresiones contra la naturaleza, crimen que los asesinos llaman suicidio y es la humanidad entera quien paga las consecuencias de la degradación de la tierra, la intoxicación del aire, el envenenamiento del agua, el enloquecimiento del clima y la dilapidación de los recursos naturales no renovables.

La señora Harlem Bruntland, quien encabeza el gobierno de Noruega, comprobó recientemente que si los 7 mil millones de pobladores del planeta consumieran lo mismo que los países desarrollados de Occidente, “harían falta 10 planetas como el nuestro para satisfacer todas sus necesidades”. Una experiencia imposible.

Pero los gobernantes de los países del Sur que prometen el ingreso al Primer Mundo, mágico pasaporte que nos hará a todos ricos y felices, no sólo deberían ser procesados por estafa. No sólo nos están tomando el pelo, no: además, esos gobernantes están cometiendo el delito de apología del crimen. Porque este sistema de vida que se ofrece como paraíso, fundado en la explotación del prójimo y en la aniquilación de la naturaleza, es el que nos está enfermando el cuerpo, nos está envenenando el alma y nos está dejando sin mundo.

“Es verde lo que se pinta de verde”

Ahora, los gigantes de la industria química hace su publicidad en color verde, y el Banco Mundial lava su imagen repitiendo la palabra ecología en cada página de sus informes y tiñendo de verde sus préstamos. “En las condiciones de nuestros préstamos hay normas ambientales estrictas”, aclara el presidente de la suprema banquería del mundo. Somos todos ecologistas, hasta que alguna medida concreta limita la libertad de contaminación.

Cuando se aprobó en el Parlamento del Uruguay una tímida ley de defensa del medio ambiente, las empresas que echan veneno al aire y pudren las aguas se sacaron súbitamente la recién comprada careta verde y gritaron su verdad en términos que podrían ser resumidos así: “los defensores de la naturaleza son abogados de la pobreza, dedicados a sabotear el desarrollo económico y a espantar la inversión extranjera”.

El Banco Mundial, en cambio, es el principal promotor de la riqueza, el desarrollo y la inversión extranjera. Quizás por reunir tantas virtudes, el Banco manejará, junto a la ONU, el recién creado Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

Este impuesto a la mala conciencia dispondrá de poco dinero, 100 veces menos de lo que habían pedido los ecologistas, para financiar proyectos que no destruyan la naturaleza. Intención irreprochable, conclusión inevitable: si esos proyectos requieren un fondo especial, el Banco Mundial está admitiendo, de hecho, que todos sus demás proyectos hacen un flaco favor al medio ambiente.

El Banco se llama Mundial, como el Fondo Monetario se llama Internacional, pero estos hermanos gemelos viven, cobran y deciden en Washington. Quien paga, manda, y la numerosa tecnocracia jamás escupe el plato donde come. Siendo, como es, el principal acreedor del llamado Tercer Mundo, el Banco Mundial gobierna a nuestros países cautivos que por servicio de deuda pagan a sus acreedores externos 250 mil dólares por minuto, y les impone su política económica en función del dinero que concede o promete.

La divinización del mercado, que compra cada vez menos y paga cada vez peor, permite atiborrar de mágicas chucherías a las grandes ciudades del sur del mundo, drogadas por la religión del consumo, mientras los campos se agotan, se pudren las aguas que los alimentan y una costra seca cubre los desiertos que antes fueron bosques.

“Entre el capital y el trabajo, la ecología es neutral”

Se podrá decir cualquier cosa de Al Capone, pero él era un caballero: el bueno de Al siempre enviaba flores a los velorios de sus víctimas… Las empresas gigantes de la industria química, petrolera y automovilística pagaron buena parte de los gastos de la Eco 92.

La conferencia internacional que en Río de Janeiro se ocupó de la agonía del planeta. Y esa conferencia, llamada Cumbre de la Tierra, no condenó a las transnacionales que producen contaminación y viven de ella, y ni siquiera pronunció una palabra contra la ilimitada libertad de comercio que hace posible la venta de veneno.

En el gran baile de máscaras del fin de milenio, hasta la industria química se viste de verde. La angustia ecológica perturba el sueño de los mayores laboratorios del mundo, que para ayudar a la naturaleza están inventando nuevos cultivos biotecnológicos.

Pero estos desvelos científicos no se proponen encontrar plantas más resistentes a las plagas sin ayuda química, sino que buscan nuevas plantas capaces de resistir los plaguicidas y herbicidas que esos mismos laboratorios producen. De las 10 empresas productoras de semillas más grandes del mundo, seis fabrican pesticidas (Sandoz, Ciba-Geigy, Dekalb, Pfiezer, Upjohn, Shell, ICI).

La industria química no tiene tendencias masoquistas. La recuperación del planeta o lo que nos quede de él implica la denuncia de la impunidad del dinero y la libertad humana. La ecología neutral, que más bien se parece a la jardinería, se hace cómplice de la injusticia de un mundo donde la comida sana, el agua limpia, el aire puro y el silencio no son derechos de todos sino privilegios de los pocos que pueden pagarlos.

Chico Mendes, obrero del caucho, cayó asesinado a fines del 1988, en la Amazonía brasileña, por creer lo que creía: que la militancia ecológica no puede divorciarse de la lucha social. Chico creía que la floresta amazónica no será salvada mientras no se haga la reforma agraria en Brasil.

Cinco años después del crimen, los obispos brasileños denunciaron que más de 100 trabajadores rurales mueren asesinados cada año en la lucha por la tierra, y calcularon que cuatro millones de campesinos sin trabajo van a las ciudades desde las plantaciones del interior. Adaptando las cifras de cada país, la declaración de los obispos retrata a toda América Latina. Las grandes ciudades latinoamericanas, hinchadas a reventar por la incesante invasión de exiliados del campo, son una catástrofe ecológica: una catástrofe que no se puede entender ni cambiar dentro de los límites de la ecología, sorda ante el clamor social y ciega ante el compromiso político.

“La naturaleza está fuera de nosotros”

En sus 10 mandamientos, Dios olvidó mencionar a la naturaleza. Entre las órdenes que nos envió desde el monte Sinaí, el Señor hubiera podido agregar, pongamos por caso: “Honrarás a la naturaleza de la que formas parte”. Pero no se le ocurrió. Hace cinco siglos, cuando América fue apresada por el mercado mundial, la civilización invasora confundió a la ecología con la idolatría. La comunión con la naturaleza era pecado. Y merecía castigo.

Según las crónicas de la Conquista., los indios nómadas que usaban cortezas para vestirse jamás desollaban el tronco entero, para no aniquilar el árbol, y los indios sedentarios plantaban cultivos diversos y con períodos de descanso, para no cansar a la tierra. La civilización que venía a imponer los devastadores monocultivos de exportación no podía entender a las culturas integradas a la naturaleza, y las confundió con la vocación demoniaca o la ignorancia.

Para la civilización que dice ser occidental y cristiana, la naturaleza era una bestia feroz que había que domar y castigar para que funcionara como una máquina, puesta a nuestro servicio desde siempre y para siempre. La naturaleza, que era eterna, nos debía esclavitud.

Muy recientemente nos hemos enterado de que la naturaleza se cansa, como nosotros, sus hijos, y hemos sabido que, como nosotros, puede morir asesinada. Ya no se habla de someter a la naturaleza, ahora hasta sus verdugos dicen que hay que protegerla. Pero en uno u otro caso, naturaleza sometida y naturaleza protegida, ella está fuera de nosotros.

La civilización que confunde a los relojes con el tiempo, al crecimiento con el desarrollo y a lo grandote con la grandeza, también confunde a la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro, se dedica a romper su propio cielo.


Fuente: LibreRed

lunes, diciembre 07, 2009



Pájaros de Arcilla


(Texto: Víctor Sanhueza/Música: Congreso)


La vestimenta ósea de la calle

se llenará de pájaros de arcilla,

¿Quién corre y hacia dónde esta mañana?

¿Quién cambiará el brocal del cielo inmenso?


Metálicas palabras

versos muertos

levantan los andamios

limpian causes

¿Quién corre y hacia dónde esta mañana?

¿Quién cambiará el brocal del cielo inmenso?


Y allá en las altas copas

florecidas

vuelvo a escuchar tu canto

hermano mío


Nota: Texto homenaje a Víctor Jara.

domingo, diciembre 06, 2009



El segundo entierro de Víctor Jara



por
Joan Manuel Serrat


Este sábado entierran a Víctor Jara por segunda vez. Quien amó tanto la vida, treinta y seis años después, vuelve a pasear su muerte.

A quien dice: Dejad en paz a los muertos, les respondo: ¿están los muertos en paz? ¿Estamos en paz con ellos?.

Desde los suburbios de Santiago, desde la falda de su madre, cantora, desde los sueños de su pueblo con los que aliñaba sus canciones, Víctor Jara, como Margot Loyola, Violeta Parra o Héctor Pávez, recopiló y revalorizó los cantos campesinos. Su profunda identificación con el pueblo fue casi mística. Como la Violeta, que le mostró el camino, vivió con ellos, se hizo piel y sangre de ellos para, desde el hombre provinciano, alcanzar lo universal y de forma irrevocable, con profundas convicciones, asumir su condición de artista comprometido.

Así fue hasta que acallaron brutalmente su voz el 16 de septiembre de 1973 y algo quedó truncado para siempre.

Este sábado vuelven a enterrar a Víctor Jara.

A diferencia de la primera vez en la que Joan Turner, su mujer, depositó sin responsos, a escondidas, sus maltratados restos en un nicho del Cementerio General de Santiago apenas acompañada por un amigo y el funcionario que reconoció el cadáver en la morgue, serán miles los que estarán a su lado. Ahí se han de juntar los viejos compañeros de lucha, supervivientes de la dictadura y del exilio con muchachas y muchachos que han crecido llevando sus canciones en la boca. Habrá hijos de reprimidos pero también de represores. Llegarán obreros de las poblaciones y campesinos de los valles a unirse a los mineros que, oliendo a cobre, bajarán desde Calama. Mujeres y hombres de toda condición irán de la mano recordando a Amanda.

Esta vez Joan Turner no caminará sola. A su lado marchará una multitud que, nadie lo olvide, treinta y seis años después del crimen, sigue clamando justicia.

Fuente: El País

sábado, diciembre 05, 2009




Homenaje


Luis Le-Bert


Me levanté temprano
sin conocer la aurora
te acuerdas de ese día
de mentiras

Tu vida era tu vida
la mía, otra historia
y el mundo era testigo
de los días

Sólo quiero cantar en presente
y poderte decir
pero muda quedó la palabra
y no quiero mentir

Me quieres desde lejos
te abrazo cuando vienes
mi canto era distinto
antes de ti

Hubiésemos vivido
la historia de las gentes
y nos habrías visto
sonreír

Sólo quiero saber quiénes miran
hacia donde miro yo
quiénes son los que enredadas las manos
se acuerdan del cantor

No vacilaremos
en tenderle una canción
un millón de voces
le dirán que no fue en vano
que nos diera de su boca
el pan del aire y una flor
Víctor, gran ausente
desde siempre te cantamos

La ciudad no es la misma
no es la que quisimos compartir
no tenemos las manos
no hay a quién mirar
tus ojos se apagaron
a quién voy a cantar

Dónde se han ido
los días de amistad
dónde está lo hermoso
que fuimos a sembrar
y maldigo el presente
sin tu nombre
di tú quién esconde
de tus labios el cantar

Préstame tus manos
sumemos soledades
si viene algún amigo
somos tres

Rompamos las distancias
de aquí hasta el mañana
y así podremos cantarle
al amor

miércoles, diciembre 02, 2009



EL ENCUENTRO

"El ir y venir luchando
por las cosas más queridas,
si bien nos gastó las manos
nos deja abierta la vida"
(Víctor Jara)


Hace 36 años el 18 de septiembre de 1973 Joan Jara, la compañera de Víctor debió sepultarlo de forma casi clandestina, acompañada sólo por 2 personas.

El 4 de junio del presente año, Víctor Jara fue exhumado en presencia de Joan y sus hijas Amanda y Manuela, para trasladarlo posteriormente al Instituto Médico legal con el fin de realizar los peritajes correspondientes a la investigación de su asesinato.

Hoy queremos comunicar que Víctor será devuelto a su familia, la que junto a la Fundación Víctor Jara ha querido acoger el deseo manifestado por muchísimas personas y organizaciones sociales de realizar el funeral de nuestro querido Víctor y acompañarlo hasta el lugar del Cementerio General donde quedará definitivamente.

Víctor permanecerá dos días en la fundación que lleva su nombre para que su querido pueblo pueda despedirlo.

Las puertas de la fundación serán abiertas el próximo jueves 3 de diciembre a las 12.00 horas y se mantendrán así ininterrumpidamente hasta las 10.00 horas del sábado 5, hora en la que partiremos caminando al Cementerio General.

El asesinato de Víctor Jara continúa impune. Nuestra exigencia de Verdad y Justicia se reafirma con el dolor que ha significado remover su tumba.

Demandamos verdad y justicia para el caso de Víctor Jara, como también para cada uno de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de nuestro país.

El brutal asesinato de Víctor no ha impedido que su legado y ejemplo de vida trasciendan. Víctor sigue viviendo en el corazón de su pueblo.

Santiago, 26 de noviembre de 2009

Fundación Víctor Jara

martes, diciembre 01, 2009



José Emilio Pacheco: Premio Cervantes 2009


El presidente del jurado, José Antonio Pascual, señaló que el galardón se le otorga a Pacheco por ser “un poeta excepcional de la vida cotidiana”, con “profundidad y libertad en sus pensamientos”, y por su “capacidad de crear un mundo propio”.

“A José Emilio Pacheco se le puede definir como el idioma entero”, aseguró el presidente del jurado. Asimismo, destacó “el distanciamiento irónico de la realidad” y el conocimiento lingüístico que hay en su obra, pues además de ser un poeta excepcional, es un narrador importantísimo, periodista y crítico literario.

Y dado que el ganador no podía estar ayer en Madrid, la ministra quiso rendirle homenaje con la lectura de su poema «En defensa de la ñ»: «este animal que gruñe con eñe de uña/ es por completo intraducible./ Perdería la ferocidad de su voz/ y la elocuencia de sus garras/ en cualquier lengua extranjera».

Fuente: Crónica
Foto: AP

lunes, noviembre 30, 2009


ESDRÚJULO

por Daniel Viglietti


Se trata cósmicos de ser más fértiles,
de no ser tímidos, de ser más trópicos,
de ir a lo pálido, volverlo térmico,
sentirse prójimo de lo más lúdico,

con verdes lápices trazar el ámbito
de lo que mágico rompe los límites,
buscar lo hidráulico de lo volcánico,
librar la métrica, cambiar de sílabas.

Y con elásticas formas anárquicas
tocar lo afónico que suene homérico,
fundar metáforas, crear la hipótesis
de que lo asmático se vuelva oxígeno.

Situar la brújula al sur paupérrimo,
armar las síncopas contra los déspotas,
cambiar la tónica por una séptima,
tocar en triángulo sones esféricos.

Y a los dogmáticos tan poco orgásmicos,
casi ni eróticos de ser tan púdicos,
a esos acríticos de sesgo andrógino
decirles ”gélidos, no sean retrógrados”.

Y con armónicos cantar bien nítido
contra lo frígido luchando tórridos,
con armas múltiples llamando cálidos
fondos oceánicos de lo más lúbrico.

El ritmo cíclico del vals esdrújulo
es cual la sístole que va a la diástole,
todo cardíaco de andar eufórico,
nada presbítero, más bien sacrílego.

Amando nínfulas que sueña grávidas,
el vals acróbata cruza los vértices
llamando gráciles criaturas prístinas,
seres prolíficos de lo aún inédito.

Y a los arácnidos volverlos líricos
y a sus ejércitos juzgarlos rápido
mediante un árbitro de juicio ecuánime
que encierre en cárceles impunes pérfidos.

Y los políticos de gesto tránsfuga,
los impertérritos, los siempre cómplices
caerán patéticos en lo espasmódico
cuando lo enérgico les corte el tránsito.

Con lo poético del vals arrítmico,
que está en lo crítico de sus propósitos,
no pueden síncopes ni golpes fúnebres,
ni es por patíbulos que quede acéfalo.

Ni es por trifásicas que olvide históricas
luchas titánicas por lo inalámbrico,
por lo que ubérrimo se alza eufórico
y anuncia próximos cambios históricos.

Cuando el pobrísimo tome las cúpulas
y los famélicos tomen las Áfricas
y los indígenas tierra amazónica
y los mecánicos tomen las fábricas
y los utópicos salgan del prólogo
y los daltónicos pinten lo nítido
y los chuequísimos bailen de júbilo

ya lo terrícola será libérrimo
cual ritmo cíclico de un canto esdrújulo.


Imagen: Allan McDonald

domingo, noviembre 29, 2009

Memoria y aprendizaje: claves para percibir la realidad

por Eduard Punset

¿Cómo nos las arreglamos para andar por el mundo? ¿Qué instrumentos utilizamos para aclararnos en un entorno cambiante? ¿Somos conscientes de los recursos de los que disponemos? No me digan, de entrada, que la solución más cómoda es no cambiar de opinión y atenerse siempre al pensamiento heredado o adquirido. Cuando todo cambia, la manera más fácil de ser infeliz es no cambiar nunca de manera de ser o pensar. Esta obviedad la damos por asumida.

En otras ocasiones hemos apuntado al hecho de que todo comienza con una percepción del mundo exterior inexacta, que luego intentamos completar con la ayuda de la memoria y de nuestra capacidad de aprendizaje. La percepción incierta está sustentada por fenómenos físicos de los que sabemos poco: la fuerza de la gravedad, ondas electromagnéticas u ondas del sonido responsables de la velocidad a que nos movemos, el color de una puesta de Sol o el eco de un alarido.

Tras ello, viene en nuestra ayuda la memoria. Inestimable. Nos permite almacenar instantes o procesos de nuestra vida que nos sirven de precedente para no equivocarnos demasiadas veces después. A medida que avanzamos en edad, el archivo en el cerebro de lo ocurrido se enriquece de tal manera que es muy difícil no ser más feliz que en periodos anteriores. Los músculos de un septuagenario no estarán a la altura de los de un adolescente, pero la disponibilidad de recuerdos útiles es incomparablemente mayor en el caso del primero.

Ahora bien, que nadie se lleve a engaño. La memoria está bien pertrechada para darnos una idea general de lo que ocurrió y hasta de lo que puede volver a suceder; pero es tremendamente imprecisa. No sirve para el detalle, y los detalles pueden ser imprescindibles para sobrevivir en determinados momentos. Les invito a repetir conmigo el experimento que me hizo el profesor Schachter en la Universidad de Harvard (EE.UU.).

No intenten memorizar, sino simplemente familiarizarse con los siguientes quince vocablos: “caramelo”, “azúcar”, “ácido”, “amargo”, “sabor”, “bueno”, “diente”, “agradable”, “miel”, “refresco”, “chocolate”, “duro”, “pastel”, “comer”, “tarta”.

Les voy a soltar ahora una palabra y, sin mirar al listado, van a intentar contestarme si estaba o no mencionada. Contesten, por favor, sí o no. Por ejemplo: “perro”. Casi todos mis lectores habrán contestado, acertadamente, ¡no! “Perro” no figuraba en el listado. Sigamos con el experimento. Les voy a soltar la palabra “dulce”. ¿Estaba o no estaba en el listado? Una buena parte de los lectores de esta columna habrá contestado –equivocadamente esta vez– que la palabra “dulce” estaba en la lista. Falso.

No es muy conveniente, pues, fiarse de la memoria para los detalles. Nos queda –para percibir el mundo exterior o interior– nuestra capacidad de aprendizaje. No es que sea mágica, pero en los últimos años hemos aprendido cosas importantísimas a este respecto; por ejemplo, la importancia de que el aprendizaje de los humanos recién nacidos dure ocho años; entrenamiento para aprender y para imaginar. A un polluelo le bastan dos días, pero un pollito adulto no es muy inteligente. Los cuervos tardan muchísimo más y por eso son las aves más inteligentes. Nosotros tardamos ocho años y nadie nos puede ganar de mayores.

Hemos descubierto también lo que llaman “plasticidad cerebral”; es decir, la posibilidad de que nuestra experiencia personal e individualizada modifique nuestras estructuras cerebrales. Equivale a constatar que podemos aprender durante toda la vida. Podremos enseñar a gestionar, a la vez, la diversidad que genera un mundo globalizado y el denominador común de nuestras emociones básicas y universales.


Fuente: Eduard Punset

Imagen: Synapse, sharpbrains.com

sábado, noviembre 28, 2009


Que salgan los dragones

por Chinoy


Una violencia natural
entre la dura y la madura,
vuelve más guapa que ninguna
con una idea original.

La señorita libertad
enamorando a las hambrunas,
su rebeldía en una cuna
la leche quiere derramar.

Es hora de salir de la conciencia
ser aire en el desastre mundanal,
que vuelvan los dragones a volar
para quemar la histórica indecencia.

Los muertos que trajo sin ver la ciencia
el suelo seco del confort social,
la bomba oculta en la vida normal
el miedo en medio de todas las fiestas.

Desde la risa elemental
se robustece la figura
de los santos de la locura,
el animita terrenal.

Canciones para no llorar,
lecciones para la bravura,
que rima con total ternura
cuando es la hora del final.

Es hora de salir de la conciencia,
ser árbol de calleja suburbial,
que nazcan los niños para soñar
la vida sin cabrón ni penitencia.

Que dejemos la risa como herencia,
las ganas como hazaña cerebral,
que vuelva el corazón del animal
para sacar del alma esta violencia.

De la visión de lo normal
sube la mar hasta la luna,
el día empieza como tuna
el niño es hijo universal.

Mejor cambiemos de modal
mostremos todas las censuras,
más abajo de la cintura
Cristo se quiere celebrar

de la semilla semental
ya no cabe ninguna duda,
que si la muerte está segura
la vida quiere vivir más.

Que la trancante sociedad
que cree que todo perdura
la mariposa era cuncuna,
al vuelo se deja volar.

Es hora de salir de la conciencia,
ser aire en el desastre mundanal,
que salgan los dragones a volar
para quemar la histórica indecencia.

Los muertos que trajo sin ver la ciencia,
el suelo seco del confort social,
la bomba oculta en la vida normal,
el miedo en medio de todas las fiestas.

Es hora de salir de la conciencia
ser árbol de calleja suburbial,
que nazcan los niños para soñar
la vida sin cabrón ni penitencia.

Que dejemos la risa como herencia
las ganas como hazaña cerebral,
que vuelva el corazón del animal
para sacar del alma esta violencia.

viernes, noviembre 27, 2009



WIKI IS KIWI

Kiwi!
(2006), USA, 3 min
Director: Dony Permedi


jueves, noviembre 26, 2009




Twitter


sueña como si fueras a vivir todos tus escritos

y escribe como si las palabras fueran tus sueños

aprende a volar con plumas de papel

y enseña a cambiar el sueño en realidad

Luis-Antonio-Rolando-Paula-Jenny-Romina

martes, noviembre 24, 2009


Homo Zappiens

La nueva "Generación Z" desafía los parámetros educativos tradicionales


por Eleonora Badilla


Zapping es un vocablo que se utiliza de forma generalizada en culturas anglohablantes y que en castellano significaría: saltar velozmente de una información a otra. Es lo que hacemos por ejemplo, con el control de la televisión cuando pasamos rápidamente de un canal a otro, para evadir comerciales y ver varios programas a la vez.

Homo Zappiens es un término acuñado por los investigadores daneses Wim Veen y Ben Vrakking para describir a la generación de niños, niñas y jóvenes nacida después de 1990, quienes no conocen ni se pueden imaginar el mundo sin Internet y sin tecnologías digitales a la mano.

“Generación Z”. Internacionalmente también se le conoce como la “Generación Z” o como “Nativos Digitales”. Quienes nacimos antes de Internet y de la generalización de las tecnologías digitales, seríamos “Inmigrantes Digitales”.

Veem y Vrakking (en el libro Homo Zappiens: Growing up in a Digital Age ) describen a quienes pertenecen a la “Generación Z” como personas procesadoras rápidas de información; capaces de realizar varias tareas a la vez; de comunicarse de forma efectiva, para quienes lo más importante en su vida es el establecimiento de redes sociales y laborales, tanto físicas como digitales. Pueden comunicarse con otras diez personas a la vez de forma simultánea, por sms (mensajes por teléfono celular) y el chat en las redes sociales digitales. En este sentido, están demostrando que tienen distintos niveles de atención por lo que pueden realizar diversas actividades a la vez y que son muy sociales y orientados a la participación en comunidades.

Las personas Homo Zappiens jamás se sentirán abrumados por la cantidad de información. Se quejarán, más bien, por la falta de información (aprecian más la información icónica que la textual) y han desarrollado destrezas de búsqueda y selección que les permite valorarla rápidamente y definir en seguida su pertinencia.

Para esta generación, la Internet y el mundo virtual son tan reales como su propia habitación y el aula en la escuela o colegio. No conocen el concepto de privacidad, tal como lo hemos comprendido hasta ahora.

Rica experiencia. En América Latina, Alejandro Piscitelli, (quien en este momento desarrolla una investigación sobre la red social Facebook , en Facebook, la cual estamos observando de cerca) acaba de publicar el resultado de su riquísima experiencia como responsable del portal educativo argentino Educ.ar, en el libro llamado: Nativos Digitales: dieta cognitva, inteligencia colectiva y arquitectura de la participación. Piscitelli evidencia que esta nueva generación, hace un uso distinto de las funciones cerebrales del que hemos hecho hasta ahora (eso, si no es que de hecho se están produciendo cambios físicos en el cerebro humano).

Para este investigador, una de las evidencias de ese uso diferente de las funciones cerebrales es que las nuevas generaciones hacen primero y se preguntan después : primero usan el aparato, luego (si fuera necesario), consultan el manual.

Hasta ahora, y en general, los “Inmigrantes Digitales” lo hemos hecho al revés: primero pensamos e indagamos, luego actuamos. Los nativos digitales aman la velocidad y han aprendido a jugar/pensar muy rápidamente con los videojuegos y los juegos de realidad interactiva.

Con estos juegos logran, por ejemplo, distinguir cuatro hilos argumentales, en tres tiempos diferentes, en una trama compleja y no lineal. Escriben y leen y hablan fluidamente el lenguaje de internet y de los juegos de realidad interactiva, en ocasiones con mayor fluidez con que la que usan el idioma de su familia o de su país.

En ambos libros de los libros que hemos mencionado, se plantean implicaciones para la sociedad, la cultura, la educación, y particularmente para la formación de docentes de todos los niveles del sistema educativo.

Al concluir la lectura, y antes de cerrar los libros, tanto Piscitelli como Veen y Vrakking advierten que el diálogo apenas ha comenzado, y que los temas son complejos, transdisciplinares y multiculturales, por lo que invitan a los y las lectoras a continuar conversando: en un caso en www.homozappiens.nl y en el otro en www.nativos-digitales.com.ar .

En la Universidad de Costa Rica hemos iniciado una investigación para conocer a nuestra generación digital, y en qué medida son o no, como los describe la literatura internacional.

Por ahora, hemos visto que un alto porcentaje de ellos y ellas, aun quienes viven en zonas marginales, tienen acceso a teléfonos celulares y se las ingenian para participar sistemáticamente en las redes sociales: en nuestro medio en la llamada Hi 5.

Nuestro interés primordial es entender cuáles son las implicaciones para la educación del Homo Zappiens y para la docencia (desde la preescolar hasta la universitaria) de manera que sea relevante y pertinente para las nuevas realidades.

También hemos abierto un espacio para el diálogo, para que la investigación pueda nutrirse con opiniones, aportes, sugerencias, dudas y temores tanto de nativos como de inmigrantes digitales. El espacio se llama Homo Zappiens en Costa Rica.

Fuente: Nacion.com