miércoles, junio 29, 2011


"Una sociedad desigual siempre tendrá una educación desigual"



1) Chile es el país con la segunda educación más desigual del planeta (Fuente: OCDE -Organización para la cooperación y desarrollo económicos, compuesto por las mayores economías del mundo... y Chile)

2) Chile tiene los sextos aranceles más caros del mundo -comparados por poder de paridad de compra-, y peor sistema de becas que los otros 5 y ninguna universidad de calidad mundial, a diferencia de los otros 5 (Fuente: OCDE)

3) Paises sudamericanos pueden dar educación gratuita -o de muy bajo costo-, siendo que Chile tiene un mayor PIB per cápita que ellos y es el mayor productor de cobre del mundo, somos, potencialmente, una de las economías más ricas del planeta y una de las mejores de toda America

4) "La PSU aumenta la brecha entre colegios municipales y privados", un país con un coeficiente de desigualdad tan extremo como Chile necesita medios de selección acordes con su realidad (Fuente: Emol, OCDE), como medir conocimientos específicos para las carreras a postular y aptitudes para ella, además, según Valentina Quiroga de Educación2020 la PSU estaría hecha para el modo de pensar de los hombres (85% de los puntajes nacionales son hombres).

5) En Chile, el 15% de los recursos para educación los pone el estado y cerca de un 85% las familias. Este monto equivale al 0,3% del PIB, uno de los más bajos del mundo -el promedio en desarrollados es 1,3%-, considerando que casi la mitad de estos recursos van sólo para 4 Universidades del Consejo de rectores, la mayoría está endeudada y atada al autofinanciamiento. En los países desarrollados por lo general es al revés. (Fuente: Education at a Glance -2009- OCDE)

6) Miles de estudiantes se endeudan por millonarias sumas para poder estudiar (créditos), hipotecando su futuro, el promedio de deuda por estudiante es de $20.000.000 de pesos siendo que cada carrera cuesta alrededor de $8.000.000 de pesos pagando al contado, si no hay dinero, con el credito que da el estado chileno, se duplica esta cantidad. Es mas conveniente endeudarse en una casa, que endeudarse en una carrera universitaria.

7) El 65% de los quintiles más pobres deserta en la Universidad, principalmente por problemas económicos (Fuente: Estudio Sobre las causas de la deserción universitaria». Centro de Microdatos , Dep. de Economía, Universidad de Chile).

8) "56,7% de los jóvenes NO trabaja en lo que estudió" (y se endeudó por ello por unos $20.000.000 que debe pagar), el "mercado de la educación" satura el campo laboral y no regula nada (fuente: EMOL, www.buscacarreras.com)

9) En Chile hay muchos más profesionales que técnicos mientras que en países desarrollados es al revés. El título universitario cada vez se devalúa más. Chile necesita más técnicos y de CALIDAD. La saturación de profesionales de la salud, además, genera problemas de salud pública a nivel nacional por eso muchos países desarrollados ya tienen implementado el "NUMERUS CLAUSUS": restricción en cupos de ingreso en ciertas carreras.

10) El lucro de las universidades es anticonstitucional, además no genera universidades cuyo principal objetivo sea el desarrollo íntegro del país -sino generar utilidades para los dueños-, no posee mayores incentivos para investigación ni desarrollo de tecnologías; destinan millones en publicidad que podrían ser reinvertidos en un 100% en investigación, infraestructura, docencia, etc. Además no pueden ser regulados y lucran con dineros del estado .

11) En Chile prácticamente no existen filtros de ingreso en las Universidades, basta pagar. Los sistemas educacionales de los paises desarrollados son meritocráticos (basados en el mérito). En Chile, en cambio, depende de tu capacidad de pago.

12) Las acreditaciones no sirven de nada, no acreditan calidad. Evalúan procesos y no resultados, solo acredita que los egresados de una tal Universidad tengan el perfil que esa misma Universidad define según estime conveniente. Se necesitan sistemas que acrediten resultados e investigación, debe ser una entidad única sin intereses creados, es importante que se defina un perfil estándar para todas las universidades y todas las carreras del país.

13) En Chile no existe una regulacion en la creacion de Universidades privadas, nos estamos saturando de universidades e institutos por todos lados, asi mismo nos saturamos de lucro y no de educacion de calidad

EL CAMBIO A LA EDUCACION GRATUITA Y DE CALIDAD ES POSIBLE, NECESITAMOS TU APOYO Y QUE TE INFORMES MAS DE ESTE MOVIMIENTO, MUCHOS POITICOS DE HOY ESTUDIARON GRATIS Y AHORA NOSOTROS DEBEMOS ESCOGER ENTRE ENDEUDARNOS O NO ESTUDIAR!!

‎"Inversionistas inyectarán US$ 200.000.000 para salvar a La Polar, mientras que el Ministerio de Educación inyectará US$75.000.000 para salvar la educación pública".

Fuente: Psicoeduca
Imagen Afiche: Federica Matta (Le Monde Diplomatique)

jueves, junio 23, 2011




WE TRIPANTU
LA NUEVA SALIDA DEL SOL



por Pedro Cayuqueo


Ya se acabó el año. Así como lo lee. Una de las gracias de ser mapuche; año nuevo y cambio de folio en la segunda mitad del mes de junio. ¿Muy perdidos los mapuches? En absoluto. Y es que si bien el calendario gregoriano, el que usted y yo conocemos, aquel de los santitos, es correcto para el Hemisferio Norte, resulta cuando menos “curioso” para esta parte del globo terráqueo. Pero bueno, otra herencia de los colonizadores europeos, “como la sarna y los piojos”, por citar a un tío de quien sospecho heredé gran parte de mi sarcasmo. El caso es que los mapuches, observadores privilegiados de la naturaleza, establecieron en el solsticio de invierno el fin de sus cuatro ciclos anuales: Pukemngen, tiempo de lluvias; Pewüngen, tiempo de brotes; Walüng, tiempo de abundancia; y Rimü, tiempo de descanso. Algo así como la versión mapuche de los occidentales otoño, invierno, primavera y verano.


Tan equivocados con sus telescopios y cartas astrales no deben haber estado mis ancestros. Aymaras, Rapa Nui, Kichuas y un largo etcétera de naciones originarias del Cono Sur fijaron en el mismo solsticio lunar el fin de estos ciclos y el comienzo de un nuevo año. Inti Raymi, “la fiesta del sol”, le llamaron los Kichuas; Machaq Mara, “el retorno del sol”, los Aymaras; Aringa Ora o Koro “el rostro vivo del Patriarca”, los Rapa Nui; y We Tripantu, “la nueva salida del sol”, mis abuelos Mapuche. Existiendo en el país estas cuatro celebraciones distintas de año nuevo, cual de todas más colorida y bailoteada, la pregunta cae de cajón; ¿Por qué, llegado el mes de junio, los chilenos no se suman en masa al jolgorio nativo que representa esta festividad tradicional?

La respuesta, lamentablemente, también cae de cajón; por la misma razón que la Carta Magna no reconoce aún, en pleno siglo XXI, la existencia de pueblos indígenas al interior del Estado o que la Confech, controlada por los comunistas, pone trabas burocráticas a la inclusión de los estudiantes mapuche en su seno; ignorancia y racismo, dos inseparables que por lo general en Chile caminan juntos y la mayoría de las veces de la mano. Otra pregunta; ¿Cuánto pierden Chile y los chilenos al negarse a ver estas realidades? Culturalmente hablando, el monto es incalculable. Y sus consecuencias más que previsibles; una sociedad cada día más retrograda y provinciana, temerosa de la diferencia, hostil frente a todo aquello que rime con “indígena” u “originario” y maravillada con todo aquello que huela a “europeo” o “gringo”. La Maldición de Malinche, le llamó alguien por ahí.

Bendita paradoja. En mis frecuentes viajes fuera de Chile sepan que no he visto a nadie más interesado en el We Tripantu o las culturas indígenas que los propios gringos y europeos. Basta decir que uno es mapuche para que las preguntas y los comentarios maravillados sobre nuestra cultura milenaria caigan sobre uno como un vendaval. Lo mismo, estoy casi seguro, debe suceder y de manera cotidiana con Aymaras, Lican Antay y Rapa Nui, estos últimos verdaderos objetos del deseo de cuanta gringa aterriza sus ojitos claros en Mataveri. “¿Y qué le encuentran las gringas a estos indios tal por cual?”, escuché comentar años atrás a un par de envidiosos chilenos “metro 60”, más morenos que muchos en mi parentela y orgullosos representantes del surrealista movimiento nazi criollo. Déjenme responder que ante la dramática escasez de masa masculina chilena pensante, sospecho que mucho.

Y es que para el viajero medianamente culto y educado, nada puede resultar más interesante y atrayente que las culturas originarias del país que se visita. ¿Por qué es tan difícil para el chileno común y corriente entender esto? Por lo mismo; por ser común y corriente y, en la mayoría de los casos, para nada culto y educado. ¿Puede esto cambiar? Tengo la esperanza que así sea. En un reciente viaje a Estados Unidos pude comprobar maravillado como ceremonias tradicionales de las “primeras naciones”, tales como el Pow Wow o fiesta de la primavera de los Lakota, contaban con un impresionante marco de público no indígena. Y no se trataba de curiosos turistas orientales con sus tradicionales cámaras desechables. Me refiero a visitantes y público norteamericano común y silvestre, hijos de vecinos, incluso una que otra familia de los suburbios, quienes vestidos a la usanza nativa parecían disfrutar tanto o más que los propios Lakota de sus danzas y ritmos tradicionales.

Lo mismo me sucedió en Calgary, Canadá, tras visitar un moderno Shopping Center de la Nación Cree y comprobar, para mi sorpresa y sospecho ahora la suya estimado lector, que gran parte de sus visitantes eran canadienses metro 80, blancos y rubios, ávidos consumidores del arte, la música, la textileria y la gastronomía nativa que allí se comercializaba y en cantidades industriales. ¿Cuán lejos estamos en Chile de un escenario similar? Un par de años luz, me temo. Y avanzar hacia allá no se ve un camino fácil cuando lo que priman por estas latitudes son las desconfianzas y los antagonismos. El manoseado “conflicto” interétnico, demasiado bienvenido y funcional para los extremos de ambos lados. Urgen cambios culturales profundos. En nosotros, para abrirnos a ustedes; y en ustedes, para aceptar y reconocerse en nosotros. Bien podría ser el We Tripantu un magnífico puente de comunicación al respecto. Son mis deseos en este nuevo año que recién comienza.


Fuente: Azkintuwe

domingo, junio 19, 2011




Profeta en su mar



por Fernanda García


Resulta refrescante escucharlo, en medio de tanta opinión uniformada, defender la salida al mar de Bolivia con soberanía. "Sería el primer país que regala algo en mucho tiempo; dime si no sería maravilloso que Chile hiciera eso", reflexiona Francisco Sazo, Pancho, el músico de Congreso que también defiende a ultranza el matrimonio homosexual.

Inconfundible siempre, es personaje obligado en las marchas estudiantiles porque es un convencido que la educación tiene que ser gratuita. Como profesor, filósofo, artista, ciudadano, papá, chileno, no concibe que sea de otra manera. Más aún cuando recuerda la educación privilegiada que tuvo cuando chico. "No importa que haya universidades pagadas, pero no puede ser la única alternativa, eso es injusto, antidemocrático", dice.

No necesita levantar la voz, ni golpear la mesa para imprimir convicción a lo que defiende detrás de sus lentes redondos que evocan a otro músico -ya difunto- que le cantaba a la paz, también una de las consignas de Sazo, pero él más parece profeta con su barba canosa, abundante y bigote teñido de ciertas evidencias que dan cuenta de su debilidad por el tabaco, -20 cigarros al día-. Infaltable su boina, accesorios todos con los que se disfraza de sí mismo.

Primogénito de una familia de siete hijos, su mamá es de ascendientes italianos y su papá chileno puro, tanto así que por sus genes heredó el apodo "el negro" por el que todavía algunos lo individualizan. Nació en Quilpué hace 59 años y fue el único del clan que nunca se acogió a la fe católica, ni a ninguna; ateo, mejor pagano, no desconoce su gusto por la lectura de la Biblia así como a literatura varia referida a distintas religiones.

Orgulloso nieto de Arnaldo Barison, arquitecto que construyó el Palacio Baburizza y la Biblioteca Severín, Pancho sigue siendo el mismo "hippie" que hace 42 años, en 1969, participó en la formación de uno de los grupos musicales más importantes de la escena nacional, en el que se siente privilegiado de pertenecer y del que se considera el menos desprovisto de música. "Los otros son unos genios", dice el vocalista de "Congreso", artífice de buena parte de sus letras, inspiradas muchas en su capacidad de observar el mundo que lo rodea, es esa tendencia suya a dejarse capturar por los personajes que pululan ajenos a él. No obstante, siempre encuentra la grandeza, alentado por la creencia (todavía) profunda en un mundo más bondadoso.

-¿Cómo alimentas esa creencia si el ser humano está cada vez menos bondadoso?

-Por el grupo (Congreso) y por la edad que tengo, me gusta leer a las personas, inventarle historias; soy un tipo que anda en micro o a pie. Siempre que voy viajando veo en cada uno de nosotros una historia particular, individual, secreta.

-¿No te gusta mirar a la gente en masa?

-Es más entretenido detenerse en las personas. Las masas están hechas de individuos y uno busca generalmente esa parte misteriosa, escondida que a lo mejor en un momento podría abrirse a los otros. En Valparaíso me encanta pararame en el muelle viendo las lanchas. Hay un caballero que lleva el bote a remo, hace cabotaje, es un personaje tremendo. Me transformo en ellos, me gusta impregnarme de la gente; cuando uno habla con los ojos y mira de frente hay una cosa que se transmite, eso no me gustaría perderlo.

-¿Y qué ves cuando te observas 40 años atrás y Congreso tomaba fuerza?

-Para mí ha sido un privilegio estar ahí, pero la verdad es que uno no se da cuenta de eso hasta que viene alguien y te hace la pregunta. Uno se siente como en un presente eterno y realmente ha pasado harta agua debajo del puente. Me veo como un tipo que conserva el humor todavía, pero ya con una especie de pudor de irse retirando poco a poco.

-De retirarse nada porque te vemos en las movilizaciones estudiantiles con el mismo entusiasmo de tus alumnos, como si fueras uno de ellos.

-es que yo creo que los jóvenes en Chile nos están dando varias lecciones, están pidiendo una cosa absolutamente seria: educación gratuita. Todavía estamos en una sociedad que tiene profundas diferencias y todos los grandes países y los chiquititos también, tienen educación estatal y eso aquí no se ve con la claridad que debiera. Nosotros estudiamos en la universidad en que sólo se pagaba el derecho de admisión y después era gratis.

-¿Qué te han enseñado tus alumnos a ti?

-A pedir más espacios de libertad, eso es lo que están pidiendo. La educación no es sólo un derecho; es un un deber del Estado, de la sociedad completa. Los jóvenes están pidiendo no lo imposible, si no lo absolutamente posible; significaría que todos nosotros los trabajadores, los más viejos, tendríamos que financiar eso y yo lo haría con gusto pagando más impuestos para que haya una educación que incluya a la gente, no que excluya. Si no, vamos a seguir por dos carriles, uno pujante y el otro en el que están los demás para servir a la elite, eso no es democrático. Yo no digo que desaparezca la educación privada, pero sí que el Estado asegure a todos los chilenos una educación de calidad.


Fuente: Emol

domingo, junio 05, 2011




(Así es la tierra)



Víctor Jara



¡Como las buenas hembras!
Así es la tierra.

Y cuando se le toma apego, el hombre se
amarra a ella y la cuida, la cubre con
su mirada,
sigue la fecundidad de su vientre
la defiende con el pecho descubierto
contra las heladas y los vientos
contra las lluvias y las nevazones
contra los bichos, las yerbas malas
y sueña con ella
vive de ella
se entrega como un enamorado
que no conoce olvido.

Mirar el suelo para abatir los pastos
Mirar el cielo para arrancarle un
vaticinio.


(Felelley ta mapu)


Kvmeke zomo reke!
Felelley ta mapu.

Ka ayvzuamgeyem, wentru
trarintukuwlley ta fey mew ka zapifi, takullefi
ñi kintun mew,
amulelley yallvn ta yallwe mew
igkañpeniyefi ta tritrag rvku mew
mawvn mew ka ñapvz pire mew
wezake vzvke mew, wezake kachu mew
ka umaqtulley egu
mogelelley ayv zomolelu reke
kimnofiel goyman.

Lelinakvmfiel pvllv apvmafiel kachu
Leliafiel wenu mvntuñmayafiel
kimel zugun.


Fuente: Víctor Jara, Canto libre, Lliz vlkantun, Traducción de Elicura Chihuailaf.