martes, abril 22, 2008



EL LIBRO VERDE

de Juan Carlos Bodoque

Diario de Ruta de un Periodista Estrella


Juan Carlos Bodoque y Vodoque, Periodista y Comunicador Comunicacional de la Universidad de Titirilquén, es oriundo de Alto Tiritilquén y es uno de los 68 hijos del matrimonio compuesto por la señora Mitzy Bodoque y don Belisario de Bodoque. A los 8 años conejo, Juan Carlos Bodoque ingresó a la Manada Apumanque, donde conoció a su mejor amigo, Tulio Treviño. Eximio escritor, entre sus publicaciones se cuentan algunos ensayos universitarios como “El periodismo estrella en la guerra fría”, “¿Es posible un periodismo sin estrella?” y “El periodismo estrella en un mundo globalizado”. Multifacético, también ha incursionado en otros géneros como en la ciencia ficción con su libro “XRXR7000: Una galaxia inexorable” y en la literatura infantil con “La marsopa loca”.

A continuación se reproduce la presentación que el mismo autor hace de su celebrada obra.

Lejano me parece el día en que el Señor Manguera, autoridad plenipotenciaria de nuestra estación televisiva, me destinó a la realización de notas medioambientales. Debo confesar que mi deseo oculto era ser el conductor ancla de “31 Minutos”, pero la llegada de Tulio Triviño, recomendado por mí, terminó con mis aspiraciones. Yo quería que Tulio fuera mi asistente, pero situaciones que prefiero no comentar en un momento tan trascendente como la presentación de este libro determinaron que él se llevara la fama y yo el trabajo duro.

Así nació “La Nota Verde”: contra mi voluntad. Ignoraba yo los vericuetos de un tema que al principio me parecía terriblemente aburrido. Pero con el tiempo, un sinfín de viajes y aventuras me convencieron de que estaba metido en algo grande y que era mi obligación darlo a conocer. Primero fue “La ruta de la caca”, un reportaje que hoy por hoy es un clásico indiscutido, donde me pregunté por el destino de los desechos que cada uno tira por la taza del wáter. Después conocí el milagro del reciclaje, el avance inclemente de la desertificación y un pueblo que funcionaba con energía solar. Casi quedo sordo producto de la contaminación acústica que afecta nuestras ciudades, viajé al último confín del mundo para buscar a la ballena que me cantaba mi canción de cuna cuando era niño; desnudé la red de tráfico de animales del Tío Pelado, supe que me podía quemar vivo sin saberlo por culpa del hoyo en la capa de ozono, castigué a los Monos Locos por haber incendiado un bosque completo, fui a la montaña a buscar una araucaria para reconquistar a la caprichosa Sol Del Solar, descendí el río Biobío para ver cómo sus aguas se encochinaban por culpa del progresa, viví en carne propia la realidad de los perros callejeros, rescaté del olvido a un viejo museo, desentrañé algunos de los secretos que nos depara el universo, mi avioneta cayó en medio del desierto y casi muero de sed, supe que el aire que respirábamos estaba tan sucio como algunas conciencias y pasé un estimulante día libre en la playa, mirando el mar.

Tantas vivencias las quise recopilar en “El Libro Verde de Juan Carlos Bodoque: diario de ruta de un periodista estrella”, pequeña y desinteresada obra maestra llamada a convertirse en un éxito de ventas y crítica. Aunque no lo he leído por completo, el muchacho mal pagado que lo escribió me ha dicho que está excelente y que, sin duda, obtendrá los más respetados galardones nacionales e internacionales. A juzgar por a portada y los dibujos, puedo asegurar lo mismo.

Soy Juan Carlos Bodoque, y éstas son mis notas verdes.


Fuente: "El Libro Verde de Juan Carlos Bodoque". Aplaplac Libros, 2004.

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