domingo, agosto 24, 2008


ÉTICA PARA AMADOR

Fernando Savater


¿América latina? ¿España? Por favor, que ya estamos nada menos que en el siglo XXI… Y si no tenemos más remedio que padecer lo malo de la era contemporánea, aprovechemos también lo bueno. A estas alturas, sabemos ya de sobra que España es sin duda un país hispanoamericano, por las mismas razones de cultura compartida que motivan el generoso título de honor como “Madre Patria” que tantas naciones del otro lado del Atlántico le siguen concediendo. Es tan imposible concebir la España de hoy, en su creación y en su pensamiento, sin la influencia de los creadores y pensadores latinoamericanos como negar la impronta hispánica secular en esas mismas naciones. Dejemos pues de lado paternalismos o “maternalismos” trasnochados y hablemos sencillamente de fraternidad. En la lengua literaria, en la música, en los sabores y saberes, en la filosofía…

Desde hace casi treinta años, viajo regularmente a los países iberoamericanos y me nutro de sus enseñanzas. Sin Alfonso Reyes, sin Octavio Paz, sin Borges, sin Guillermo Cabrera Infante, sin Mario Vargas Llosa o Carlos Nino, mi obra y mi vocación serían aún más deficitarias de lo que son por mis propias limitaciones. De modo que cuando cruzo el océano, en realidad muchas de mis ideas vuelven a casa. En justa reciprocidad, procuro ayudar con mis libros al público estudioso de esas naciones, sobre todo a los más jóvenes. Es por lo tanto para mí una enorme satisfacción saber que algunas de tales obras van a tener ediciones especialmente destinadas a esos lectores de uno y otro lado del Atlántico, es decir, para todos y a la vez, lo que facilitará mi intercambio de ideas con todos y sobre todo –algo que para mí es aún más importante- el afianzamiento de nuestra amistad.

Compartimos uno de los idiomas de mayor expansión y de más notable riqueza humanística del mundo; y es un tesoro que, a diferencia de otros, aumenta cuanto más numerosos somos los beneficiados por él. Gracias a AULA, los libros que he escrito para España y América, para Hispanoamérica, podrán tener ediciones más frecuentes, económicas y accesibles. Aprovecho esta bendita ocasión para agradecer su imprescindible complicidad a tantos lectores, profesores, distribuidores y libreros (a estos especialmente, por quedar tantas veces olvidado su papel primordial), que han tenido la generosidad de colaborar conmigo durante ya muchos años en la aventura de pensar y de difundir el afán liberador de leer para reflexionar. Y como ésta es también una salutación optimista, la concluyo como empezó la suya el gran Rubén Darío: ¡salve!

Fernando Savater

Despedida: “Adiós, amigo lector; intenta no ocupar tu vida en odiar y tener miedo”

(Sthendal, Lucien Leuwen)

FUENTE: Fernando Savater, Ética para Amador. Editorial Ariel, 1991.

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