lunes, marzo 03, 2008

Carta de un padre indígena al profesor de su hijo

*Robert Lake

Estimado maestro:

Me gustaría hablarle de mi hijo Wind-Wolf. Él es un niño indio, nacido y criado en la reserva y, como otros niños indios de su edad, es tímido y callado en clase. Tiene 5 años, está en el Jardín Infantil y no puedo entender cómo usted ya lo tiene catalogado como un niño “de lento aprendizaje”.

A su edad, él ya se ha expuesto a una vasta educación comparada con la que reciben sus iguales en la sociedad occidental. Ha estado a la orilla de la playa con su madre, al amanecer, mientras ella decía sus oraciones y recogía algas entre las rocas. Ha estado sentado en la balsa mientras sus tíos pescaban con redes y ha mirado y escuchado a los ancianos contar historias sobre la creación, leyendas de animales y cantar alrededor de la fogata. Conoce la cultura y lenguaje de otras tribus. Requiere mucho tiempo absorber y reflexionar sobre todas estas experiencias y es quizás por eso que usted piensa que mi hijo es lento de aprendizaje.

Sus tías y abuelas le enseñaron a contar mientras escogían los materiales para hacer los diseños de nuestras artesanías. Escuchó a su madre contar cada cuenta y separarla numéricamente de acuerdo a su color para fabricar complicados cinturones y collares. Se le enseñaron las matemáticas contando las piezas de madera que usamos para nuestros juegos tradicionales. Me doy cuenta de que pudiera ser un poco lento para entender los métodos que usted utiliza, porque lleva tiempo ajustarse a un nuevo sistema cultural y aprender cosas diferentes.

Wind-Wolf no tiene “desventajas” culturales, sino que su cultura es “diferente”. Si le pregunta cuántos meses tiene el año le contestará que tiene trece, porque nuestra gente le ha enseñado que hay trece lunas en un año, que hay trece planetas en el sistema solar y que el poderoso águila tiene trece plumas en su cola. Pero también sabe que algunas águilas pueden tener sólo doce, o siete.

Quizás mientras usted trata de enseñarle sus nuevos métodos, él está mirando por la ventana como si estuviera dormido ¿Por qué? Porque se le ha enseñado a estudiar los cambios de la naturaleza y está observando que las hojas se llenan de colores brillantes, que los gansos vuelan hacia el sur y las ardillas apuradas recogen nueces para pasar el invierno. Wind-Wolf, quien lleva en sus venas sangre de siete tribus diferentes, proviene de una línea hereditaria de jefes y curanderos cuyos logros y singulares formas de conocimiento siguen siendo estudiadas y registradas en la actualidad.

Yo quiero que mi hijo triunfe en la escuela y en la vida. No quiero que abandone la escuela porque se sienta inferior o discriminado. Quiero que se sienta orgulloso de su herencia y su cultura y me gustaría que pudiera desarrollarse y tener éxito en las dos culturas. Pero necesito su ayuda. Lo que usted diga o haga en la sala, lo que enseñe y la manera en que lo haga, tendrán un efecto potencial en el triunfo o fracaso de mi niño. Todo lo que le pido es que usted trabaje conmigo, no contra mí, para educar a mi hijo de la mejor manera posible.

*El autor es miembro de las tribus Seneca y Cherokee, pueblos originarios de los Estados Unidos de Norteamérica, y profesor de la Gonzaga University, de Spokane, WA.

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