lunes, noviembre 10, 2008



Mericrismas Peñi


Teatro Público


Por Leopoldo Pulgar I.


Tres jóvenes viajan al sur; en apoyo de la lucha mapuche, están dispuestos a quemar un llamativo símbolo navideño, instalado en plena Plaza de Armas de Temuco. "Son chilenos y realizan esta acción como una forma de repudio contra las injusticias que afectan al pueblo mapuche", subraya Patricia Artés (27), directora del montaje Mericirsmas Peñi, de la compañía Teatro Público.

De alguna manera los protagonistas de la obra, interpretados por Cristián Lagreze, Javiera Zeme y Martín Muñoz, siguen un raciocinio que se parece bastante al pensamiento del grupo teatral. Ese proceso reflexivo y sus conclusiones fueron recogidos en un texto desarrollado en conjunto con Pablo Paredes, poeta y dramaturgo. Algo similar se había hecho para la obra anterior, Desdicha obrera, una tijera clavada en el corazón.

Alega Patricia: "Creemos que los creadores deben tomar parte de la vida del país, plantear una opinión crítica y asumir una posición política frente a los hechos".

Sabotean el árbol de Navidad, un símbolo de paz...

"El símbolo que utilizamos en este montaje tiene varias lecturas. El pino tiene que ver con los objetivos industriales y comerciales de la reforestación en la Región de la Araucanía, y con el desastre ecológico que provoca esta especie, responsable de la desaparición de los árboles nativos; porque el pino quema la tierra. Además, el árbol de Navidad de la Plaza de Armas de Temuco lo instaló la Pepsi Cola, transnacional que en la obra simboliza al Estado y la propiedad privada.

También se puede hacer otra lectura: una crítica a la imposición cultural de la religión católica. Al usar un árbol de Navidad como elemento teatral y símbolo que se destruye no lo hacemos por faltarle el respeto a una costumbre, sino para opinar respecto de esta imposición cultural. Además, no hay que olvidar que la Navidad es una fecha manoseada por el mercado, y eso sí que es una falta de respeto".

En territorio ancestral

Sólidas percepciones y convicciones sobre el acontecer del país, y un largo trabajo de investigación histórico-social son los soportes de este montaje teatral. Dice la directora Patricia Artés: "La situación del pueblo mapuche es algo no resuelto. Les quitan su territorio, sufren marginación y pobreza, los vertederos de Temuco los instalan cerca de sus comunidades... A esto se agrega la represión política, los testigos cubiertos, la represión física brutal contra niños, mujeres y casas... Es aberrante que en los gobiernos democráticos sigan ocurriendo violaciones a los derechos humanos".

Entonces, hay un objetivo socio-político...

"Queremos investigar y exponer, a través de la dramaturgia y la puesta en escena, las diversas aristas del conflicto mapuche, acentuando sus variantes políticas y socioeconómicas. Al mismo tiempo, reflexionamos en torno a la integración de los pueblos indígenas en el proyecto de país que construimos sobre los pilares del modelo neoliberal. El llamado 'conflicto mapuche' es una herida en el proyecto de integración del país. Genera un alto impacto en la opinión pública. No hay que olvidar que en marzo de 2007 el Comité de Derechos Humanos de la ONU llamó al gobierno chileno a terminar con la violencia policial contra los mapuche, a realizar consultas previas respecto de proyectos de inversión en territorios indígenas, y a la modificación de la ley antiterrorista para garantizar el respeto de los derechos humanos de los pueblos indígenas".



Fuente: Punto Final

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