jueves, mayo 01, 2008

Mártires de Chicago

On November 11, 1887 four men, Albert Parsons, August Spies, Adolph Fischer, and George Engel were hanged. Louis Lingg committed suicide in prison awaiting the death sentence. The sentences of two others were commuted from death to imprisonment for life. On June 26, 1893, Governor John P. Altgeld pardoned the three who were in the penitentiary.


The only original photographs taken May 3rd 1887 in the County Jail.
Source: Chicago Public Library, Special Collections and Preservation Division


Mártires de Chicago:

Arriba izquierda: August Spies, alemán, 31 años, periodista.

Arriba derecha: Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista.

Centro: Louis Lingg, alemán, 22 años, carpintero.

Abajo izquierda: George Engel, alemán, 50 años, tipógrafo.

Abajo derecha: Adolph Fischer, alemán, 30 años, periodista.


"...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Ángel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”. Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”

(Relato de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires, Argentina)


THE EARTH’S NAME IS JUAN

People, order was born of suffering.

your victorious flag was born of order.

hoist it with all the hands that are joined:

and let the unity of your invisible faces

advance to the final struggle to the star.



LA TIERRA SE LLAMA JUAN

Pueblo, del sufrimiento nació el orden.

Del orden tu bandera ha nacido.

Levántala con todas las manos que cayeron,

defiéndelas con todas las manos que se juntan:

y que avance a la lucha final, hacia la estrella

la unidad de tus rostros invencibles.


(Pablo Neruda, Canto General)


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