sábado, mayo 10, 2008



REPRESENTACIONES SOCIALES


Las representaciones sociales se construyen a partir de una serie de materiales de muy diversas procedencias, gran parte de estos materiales provienen del fondo cultural acumulado en la sociedad a lo largo de su historia. Este fondo cultural común circula a través de toda la sociedad bajo la forma de creencias ampliamente compartidas, de valores considerados como básicos y de referencias históricas y culturales que conforman la memoria colectiva y hasta la identidad de la propia sociedad. Todo ello se materializa en las diversas instituciones sociales, por ejemplo en la lengua, pero también en una serie de productos sociales que están, a veces, directamente relacionados con el ámbito de la cultura, y otras veces lo están de forma menos directa como cuando se trata por ejemplo de los múltiples objetos manufacturados que nos rodean o de las propias casas en las que vivimos. Este difuso y omnipresente trasfondo cultural moldea con fuerza la mentalidad de una época, lo que se ha llamado algunas veces su “zeitgeist”, y proporciona las categorías básicas a partir de las cuales se constituyen las representaciones sociales. Así pues, en su plano más general, las fuentes de determinación de las representaciones sociales se encuentran en el conjunto de condiciones económicas, sociales, históricas que caracterizan a una sociedad determinada y en el sistema de creencias y de valores que circulan en su seno.

Otras fuentes de determinación, mucho más específicas, provienen de la propia dinámica de las representaciones sociales, y de sus mecanismos internos de formación. Entre otros mecanismos internos destacan principalmente los mecanismos de objetivación y de anclaje. El primero de ellos concierne a la forma en que los saberes y las ideas acerca de determinados objetos entran a formar parte de las representaciones sociales de dichos objetos mediante una serie de transformaciones específicas. El segundo da cuenta de cómo inciden las estructuras sociales sobre la formación de las representaciones sociales, y de cómo intervienen los esquemas ya constituidos en la elaboración de nuevas representaciones.

Por fin, las representaciones sociales se forman también a partir de un tercer tipo de fuente de determinación. Se trata del conjunto de prácticas sociales que se encuentran relacionadas con las diversas modalidades de la comunicación social. Es, en efecto, en los procesos de comunicación social donde se origina principalmente la construcción de las representaciones sociales. Esto no puede sorprender a quienes saben de la importancia que tienen los medios de comunicación de masas para transmitir valores, conocimientos, creencias y modelos de conductas. Tanto los medios que tienen un alcance general, al estilo de la televisión, como los que se dirigen a categorías sociales específicas, al igual que las revistas de divulgación científica, por ejemplo, desempeñan un papel fundamental en la conformación de la visión de la realidad que tienen las personas sometidas a su influencia. Existe, sin embargo, una modalidad de la comunicación social cuya influencia es igualmente capital pero que no ha recibido, ni de lejos, la misma atención que los medios de comunicación de masas. Se trata en concreto de la comunicación interpersonal y más precisamente de las innumerables conversaciones en las que participa toda persona durante el transcurso de un día cualquiera de su vida cotidiana. Ya sea interviniendo directamente en ellas, ya sea como auditor pasivo y más o menos accidental. Salvo casos de fuerte aislamiento social, cuya frecuencia, sea dicho de paso, estaría en aumento si nos fiamos de ciertos estudios, es obvio que estamos inmersos en un permanente trasfondo conversacional que constituye como una dimensión más de nuestro marco ambiental. La conversación constituye una continua y repetida aportación de materiales para formar representaciones sociales. Se trata de un continuo flujo de imágenes, valores, opiniones, juicios., informaciones, que nos impactan sin que ni siquiera nos demos plenamente cuenta de ello. Por otra parte, es bastante obvio que ni los contenidos ni los contextos conversacionales son idénticos para los diversos grupos sociales. Los grupos a los que pertenece una persona, las plazas que esta ocupa en la sociedad, le predisponen a entrar en ciertos contenidos conversacionales en lugar de otros y a verse expuesta a ciertos contenidos conversacionales preferentemente a otros. Aparece así uno de los mecanismos por los cuales las diferentes inserciones sociales originan representaciones sociales dispares.


Fuente: Ideologías de la vida cotidiana, Tomás Ibáñez, 1988.

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