miércoles, mayo 21, 2008



CHILE ACTUAL

Anatomía de un mito

Por Tomás Moulian


Prólogo

Del uso de la metáfora en este texto

“poniéndose el parche antes de la herida”


Utilizaré los recursos de la poética dentro de un discurso que, pese a esa intención, no renuncia al uso del léxico de las ciencias sociales. La aproximación al lenguaje poético, a través de tropos que denominaré genéricamente metáforas, es indispensable para mi proyecto.


Intento la “comprensión” de una época plagada de experiencias límite, trágica para muchos, con actores viviendo un mundo donde la aplicación de cierta racionalidad estratégica (la del terror) los condujo a la actuación delirante. Aquellos que intervinieron o masacraron los cuerpos indefensos de otros, se comportaron como si existiera una moralidad en la práctica del sadismo impuesto a las víctimas, un uso de la crueldad justificada por el “bien común”: uso patriótico, humanista y cristiano.


¿Cómo describir esos infiernos, transmitiendo emociones que permitan la “comprensión”, con el lenguaje circunspecto, congelado, grave, falsamente objetivo de las “ciencias humanas”?


Esta introducción respecto al valor del juego lingüístico sería ociosa frente a una comunidad académica acostumbrada al carácter comunicativo, instrumental o no esencialista de la conceptualización en el discurso cinético. Por desgracia, la estrategia defensiva que desarrollo en estos párrafos, esto es responder preventivamente ataques posibles, es aún necesaria. Más de algún lector grave y circunspecto se preguntará, el uso de las metáforas, tratadas no como aproximaciones retóricas sino como conceptos pertinentes, cuyo valor es su potencial significante, ¿no implicará transgredir las exigencias del análisis social, vulnerando su diferencia (“hablar con objetividad de hechos”), diluyendo sus fronteras con relatos cercanos a la ficción? Mi intención es producir esa disolución. Por algo he puesto como texto liminar esta profunda e ingeniosa frase de Foucault: “Mi libro es una ficción pura y simple… Es una novela. Pero no fui yo quien la inventó”.


Pienso, sin embargo, que el futuro de la escritura sociológica se encuentra en la hibridez. Otra metáfora, una importación de la genética, enaltecida al estatuto de un concepto de la analítica cultural. “Dícese de todo lo que es producto de la mezcla de elementos de distinta naturaleza” define el diccionario. Dícese de un discurso “bricolé” o de montaje que recurre para transmitir, tanto la riqueza y la pasión de lo vivido como los monótonos procesos estructurales, a todos los recursos disponibles, olvidándose de la canónica escritural de la sociología: junta el concepto, la cita erudita, el análisis numérico con el juego lingüístico, las referencias literarias, las técnicas retóricas y de la ficción, los relatos periodísticos o la invención cultural a lo Borges: Pierre Menard creando el Quijote.


A ese modelo quiero acercarme al escribir este libro, recuperando mayor libertad para interpretar una historia desde el revés al derecho, para reconstruir un mundo de vida trastornado por torvos sucesos y ciertas experiencias dantescas, para dar cuenta de crueldades y heroísmos, de cambios culturales, de olvidos y de mitos, de la destrucción del Estado-aparato del viejo capitalismo y de otras transformaciones. El lenguaje tradicional de la sociología no alcanza para hacer “comprensible” esa odisea de creación y de crueldad, de innovación y de castigo.


Fuente: Chile Actual. Anatomía de un mito, Tomás Moulian. Universidad Arcis, LOM Ediciones, 1997.


No hay comentarios.: