domingo, marzo 27, 2011




Gonzalo Rojas y la fundación de Valparaíso



por Abel Gallardo



"Otros nacen aquí en la ventolera de la hermosura; yo vine tarde", contó alguna vez el poeta Gonzalo Rojas recordando su primera recalada en Valparaíso. Pese a los años transcurridos, su memoria funcionaba como un reloj cuando precisaba los detalles: abril del año 1935, a bordo del barco "Fresia" de la Compañía Sudamericana de Vapores, zarpe desde Talcahuano rumbo al norte, inicio de su vida de vagamundo. Tenía apenas 18 años y el Puerto se le dio como un alumbramiento. Porque la ciudad no sólo lo cautivó para siempre, sino que vagando en una suerte de ocio urgente por el plan y los cerros, encontró en la Librería "La Joya Literaria" de la calle Condell, un libro -El Artista Adolescente, de James Joyce-que resultó esencial en la visión poética que estaba empezando a construir.

En el año 1945 se ligó laboralmente al puerto al instalarse como profesor, durante el día en el Liceo Alemán y durante la noche com maestro de esforzados trabajadores y empleados que buscaban continuar sus estudios. A partir de ese trabajo y del vínculo intelectual y académico con otros porteños creadores nace la idea de constituir un instituto pedagógico de rango universitario, dando origen a lo que hoy es la Universidad de PLaya Ancha.

De esa época datan la mayoría de los poemas que presentó a un concurso literario de la SECH -que capitaneaba otro Rojas, Manuel, que también había vivido en el Puerto- y ganó rotundamente el primer premio consistente en la publicación del libro. Sin embargo, como nunca se concretó, el poeta se vio obligado a financiar de sus escuálidos bolsillos los 500 ejemplares de que constaba la primera edición de "La Miseria del Hombre", a cargo de la imprenta Roma y con ilustraciones de Carlos Pedraza.

Fue una época creativa fulminante, como de un volcán en erupción, en medio de una constante mudanza en busca de una mejor vista del mar. Ha recordado el poeta: "Aún me veo torrencial escribiendo en esas casas destartaladas del Cerro Alegre que nunca fueron mías y que tanto amé: Urriola, Galos, Montealegre, San Enrique, Paseo Dimalow, Avenida Alemania".

Era el año 1948, y su resultado fue un libro renovador de la poesía chilena y latinoamericana, piedra angular de una poética reconocida más tarde en todo el mundo. Se trata de un gran poema fragmentado, dividido en partes, y que concluye con la Fundación de Valparaíso, "a cuatrocientos años de haber sido pisada su playa por el godo". Sin embargo, recibió críticas lapidarias. "Al paso que llevan, las letras nacionales no prometen nada bueno", sentenció Alone. Más visionaria fue Gabriela Mistral a quien el libro le "deja algo parecido al deslumbramiento de lo muy original, de lo realmente inédito".

El año 1992 recibe el premio Reina Sofía de España, decidido por un jurado que encabezaba un mexicano universal, Octavio Paz. Ese mismo año, pero más tarde, recibe el Premio Nacional de Literatura. Valparaíso también lo homenajeó, a su modesto modo, otorgándole el título de Ciudadano Ilustre el año 1994. No fue mucho para un poeta abisal que se sintió siempre atrapado a nuestra ciudad y seguramente por ello regresó tantas veces.

Aunque su poesía ya la ha vencido, a los noventa y tres años de su edad, el poeta Gonzalo Rojas sigue luchando Contra la Muerte.


Fuente: EMOL

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