Semiótica o Semiología
Por Enrique Aimone
El desarrollo de la prensa, radio, televisión e Internet, han contribuido a generar una agenda pública llena de signos del más diverso cuño: sonoros, iconográficos, gestuales, escritos.
En efecto, los noticieros de TV, las telenovelas y programas, los diarios en papel y electrónicos, la pegajosa publicidad “machacante”, los films del cable, los web sites, el cine y su sala oscura, nos impactan con imágenes y sonidos día tras día.
Pero no sólo en los medios masivos abundan los signos; también nos hablan los muros de la ciudad, a través de afiches, propaganda electoral e incluso ingeniosos graffitis que nos interpelan diariamente. La invasión suma y sigue en la vida cotidiana: la señalética de los malls, la “musiquita” de la espera telefónica y de los supermercados, la etiqueta de la golosina que consumimos entre (o a veces dentro de) las clases de la universidad, constituyen muestras de una verdadera avalancha que parece no tener fin.
Al final del día, nos hemos enfrentado a un cúmulo de requerimientos “semióticos”, que incluso se extienden a los sueños que nos depara una noche de descanso.
La verdad que en todo esto no hay nada de nuevo. Desde siempre la especie humana ha usado signos para darse a entender, interpretar y organizar el mundo que la rodea y para comunicarse con sus pares.
Situado en el signo nuestro objeto de estudio, la materia plantea algunas interrogantes:
¿En qué consiste el proceso en virtud del cual podemos describir el mundo que nos rodea?
¿Cómo funciona el lenguaje verbal para esos efectos?
¿Podemos hablar con propiedad de un “lenguaje” de la imagen, del sonido, o del gesto, como se habla del lenguaje verbal? ¿Estos diferentes modos de expresión funcionan de manera similar?
¿Cómo somos capaces, por ejemplo, de distinguir fácilmente, en la pantalla del televisor las imágenes de ficción, de las imágenes “verdaderas”?
Es a estas y otras preguntas que
No hay comentarios.:
Publicar un comentario