ZUZUANGEL, Sergio Rezende, 2006
Años ’60. Zuzu Angel, diseñadora de modas, reina en todo Brasil y conquista el extranjero. La dictadura militar lleva al país a sus momentos más oscuros. Un desfile en Nueva York termina de consolidar la carrera de la bella Zuzu. Paralelamente su hijo Stuart ingresa en la lucha armada contra la dictadura.
“Mamá, tú me preguntas si yo creo en Dios. Yo te pregunto: ¿Qué Dios? Mi misión ha sido mostrarte a Dios en el hombre pues solamente en el hombre Él puede existir. No hay hombre por pobre o insignificante que parezca, que no tenga una misión.
Todo hombre, por sí solo, influye la naturaleza del futuro. A través de nuestras vidas nosotros creamos acciones que resultan en la multiplicación de reacciones. Ese poder, que todos nosotros poseemos; ese poder de cambiar el curso de la historia es el poder de Dios. Enfrentados a esa responsabilidad divina, yo me inclino frente al dios que hay dentro de mí”.
“Mamá, tú me preguntas si yo creo en Dios. Yo te pregunto: ¿Qué Dios? Mi misión ha sido mostrarte a Dios en el hombre pues solamente en el hombre Él puede existir. No hay hombre por pobre o insignificante que parezca, que no tenga una misión.
Todo hombre, por sí solo, influye la naturaleza del futuro. A través de nuestras vidas nosotros creamos acciones que resultan en la multiplicación de reacciones. Ese poder, que todos nosotros poseemos; ese poder de cambiar el curso de la historia es el poder de Dios. Enfrentados a esa responsabilidad divina, yo me inclino frente al dios que hay dentro de mí”.
Stuart Edgard Angel Jones
La verdadera Zuzu Angel
La muerte de Zuzu Angel, en 1976, fue declarada accidental. Chico Buarque distribuyó 60 copias de la declaración de Zuzu a personalidades y a la prensa. Ningún diario la publicó.
Veintidós años después, la Comisión de Muertos y Desaparecidos Políticos instituida por el gobierno brasilero, a través de una pericia irrefutable y un testigo ocular, concluyó que ella fue asesinada. Hildegard y Ana Cristina Angel fundaron el Instituto Zuzu Angel para preservar la memoria de Zuzu y Stuart.
Nunca pudieron velar el cuerpo de su hermano.
Chico Buarque le dedicó esta composición titulada “Angélica”.
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