EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA
La búsqueda del buen sentido en el sentido común
Miguel A. Etchegoyen
Características del sentido común
El sentido común aparece siempre como una construcción conceptual del observador. ¿Cuáles son los rasgos más importantes? La incoherencia es uno de estos rasgos atribuidos por Gramsci al sentido común. Aquí es preciso distinguir si esta incoherencia es una nota sociológica o gnoseológica.
Sociológicamente, debemos distinguir entre caudal de conocimientos disponible y prácticas de razonamiento de sentido común (Schutz, citado por Nun). El caudal es incoherente: es un cúmulo inconsistente de reglas, recetas, tipificaciones, etcétera. Las prácticas, en cambio, sólo movilizan –cada vez-parte de ese caudal, según el problema que se busca resolver en una situación determinada. Las prácticas se manejan con criterios de relevancia que no pueden tener una incoherencia profunda, pues ello iría contra la estabilidad de las interacciones sociales.
Los criterios de relevancia serían los ordenadores y tendrían una impronta ideológica (desde la hegemonía o desde el núcleo de buen sentido). Y si bien por definición el caudal es incoherente, la práctica guarda ambigüedades dependiendo del origen del ordenador de una secuencia de respuestas. Hay una mínima estabilidad respecto de cuáles son los ordenadores activados; pero dado que existe al menos un par (uno influido por la hegemonía y otro, por el núcleo de buen sentido) que guía las prácticas políticas relevantes –también pueden tenerlo las otras, pues en algún momento pudieron tener una relación política activa, ya hoy olvidada pero presente como sedimento-, cuál de los ordenadores del par guiará la selección de respuestas y significados no es fijo y determinado, sino que es histórico. Y si bien, como dije, tiene cierta estabilidad su activación, pueden desplazarse. Es más, a ese desplazamiento creo que apunta la búsqueda de la construcción de una contrahegemonía o la recuperación de una hegemonía en peligro.
La filosofía de la praxis, desde un plano gnoseológico, buscaría disminuir la incoherencia del caudal efectuando la crítica histórica, sociológica, etcétera, de sus contenidos; y de ese modo pretendería fortalecer la priorización del uso de los ordenadores (“criterios de relevancia”) provenientes del núcleo de buen sentido.
Gnoseológicamente, la incoherencia del sentido común remite al contraste entre pensamiento racional y pensamiento vulgar. Aquí el sentido común aparecería como momento negativo, del cual parte la crítica para lograr su superación. Si lo vemos como opuesto formal de la “filosofía superior”, siempre será incoherente y a-sistemático.
Con respecto al problema de cómo está conformado el sentido común de los sectores populares en un momento determinado, es realmente difícil llegar a constatarlo. Gramsci plantea que hay diferencias incluso a nivel personal en los modos de pensar y opiniones individuales singulares. Propone como metodología una revisión sistemática de la literatura más difundida y aceptada por el pueblo –hoy incluiríamos necesariamente la televisión-, combinada con el estudio y la crítica de las corrientes ideológicas del pasado, cada una de las cuales puede haber dejado un sedimento.
Pero: ¿cómo saber de qué modo es decodificado un mensaje? Conocer el texto o sus formas de producción y circulación no es suficiente para saber cómo es recibido. Sería importante poder desarrollar la construcción de aparatos metodológicos e instrumentos cualitativos de medición, que al menos aproximen algunas ideas.
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