PATAFÍSICA
Dos nociones fundan la Patafísica: la de las equivalencias y el clinamen o ligera declinación de los átomos en su caída.
En 1893. Alfred Jarry atribuye a Pere Ubu la invención de la Patafísica, “ciencia que hemos inventado y cuya necesidad se hacía sentir generalmente”. Pero el verdadero texto fundador es otro: las Gestes et opinions du docteur Faustroll, pataphysicien. Una obra acabada en 1898, publicada en 1911 –cuatro años después de la muerte de Jarry-. El libro II, titulado Elements de pataphysique, sólo comprende dos páginas pero ocupa un lugar cardinal, pues contiene la primera definición que nunca ha dejado de servir de referencia:
“La patafísica […] es la ciencia que se añade a la metafísica, bien sea en sí misma, bien sea fuera de sí misma, y se extiende más allá de ésta tan lejos como ésta se encuentra de la física […] La patafísica es la ciencia de las soluciones imaginarias que atribuye simbólicamente a los lineamientos las propiedades de los objetos descritos por su virtualidad”.
La doctrina no puede explicarse realmente. Añadamos que esta ciencia se presenta también como la de lo particular y se interesa por las reglas que rigen las excepciones. Naturalmente, la regla es ‘una excepción a la excepción’. En otras palabras, todo es la patafísica. La dialéctica patafísica se enrolla en sí misma como el ombligo úbico (en forma de espiral) que es su emblema.
Extracto de Alfred Jarry- De los Navis a la Patafísica, Catálogo producción IVAM Institut d’Art Modern, Valencia, 2000. Capítulo de la Pintura a la Patafísica, por Emmanuel Gujón.
Fuente: Institute of Pataphysical studies
RAYUELA Y LA PATAFÍSICA:
"Con la Maga hablábamos de patafísica hasta cansarnos, porque a ella también le ocurría (y nuestro encuentro era eso, y tantas cosas oscuras como el fósforo) caer de continuo en las excepciones, verse metida en casillas que no eran las de la gente, y esto sin despreciar a nadie, sin creernos Maldorores en liquidación ni Melmoths privilegiadamente errantes. No me parece que la luciérnaga extraiga mayor suficiencia del hecho incontrovertible de que es una de las maravillas mas fenomenales de este circo, y sin embargo baste suponerle una conciencia pare comprender que cada vez que se le encandila la barriguita el bicho de luz debe sentir como una cosquilla de privilegio. De la misma manera a la Maga le encantaban los líos inverosímiles en que andaba metida siempre por cause del fracaso de las leyes en su vida. Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos, o se acuerdan llorando a gritos de haber visto en una vitrina el décimo de lotería que acaba de ganar cinco millones. Por mi parte ya me había acostumbrado a que me pasaran cosas modestamente excepcionales, y no encontraba demasiado horrible que al entrar en un cuarto a oscuras pare recoger un álbum de discos, sintiera bullir en la palma de la mano el cuerpo vivo de un ciempiés gigante que había elegido dormir en el lomo del álbum. Eso, y encontrar grandes pelusas grises o verdes dentro de un paquete de cigarrillos, u oír el silbato de una locomotora exactamente en el momento y el tono necesarios pare incorporarse ex oficio a un pasaje de una sinfonía de Ludwig van, o entrar a una pissottiere de la rue de Medicis y ver a un hombre que orinaba aplicadamente hasta el momento en que, apartándose de su comportamiento, giraba hacia mí y me mostraba, sosteniéndolo en la palma de la mano como un objeto litúrgico y precioso, un miembro de dimensiones y colores increíbles, y en el mismo instante darme cuenta de que ese hombre era exactamente igual a otro (aunque no era el otro) que veinticuatro horas antes, en la Salle de Geographic, había disertado sobre tótems y tabúes, y había mostrado al publico, sosteniéndolos preciosamente en la palma de la mano, bastoncillos de marfil, plumas de pájaro lira, monedas rituales, fósiles mágicos, estrellas de mar, pescados secos, fotografías de concubinas reales, ofrendas de cazadores, enormes escarabajos embalsamados que hacían temblar de asustada delicia a las infaltables señoras."
Julio Cortázar, Rayuela
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