¿Por qué Israel bombardea una universidad?
Por Dr. Akram Habeeb, profesor de Literatura Norteamericana
Soy becario de la Fundación Fulbright y profesor de literatura norteamericana en la Universidad Islámica de Gaza. En tal condición, siempre preferí mantenerme al margen del conflicto entre Israel y Palestina, ya que siempre entendí que mi deber es enseñar los valores de la convivencia pacífica.
Pero el ataque masivo de Israel contra la Franja de Gaza me obliga a una manifestación.
Ayer por la noche, durante la segunda jornada consecutiva de ataques de Israel a Gaza, los más violentos que se han vivido por aquí, fui despertado por el ruido estremecedor de un bombardeo continuado, cerrado. Cuando me di cuenda de que el blanco era mi universidad, destruida por aviones F-16 fabricados en los Estados Unidos, percibí que los supuestos “ataques selectivos” ya no tenían nada de selectivos.
Políticos y generales israelíes habían afirmado que la Universidad Islámica de Gaza sería un “aparato” de Hamás para formar terroristas. Esto es mentira.
Como profesor independiente, sin afiliación partidaria, afirmo que la Universidad Islámica de Gaza, así como las universidades católicas y las pontificias en todo el mundo, es una institución académica que abarca un amplio espectro de tendencias políticas. La conozco bien, como una prestigiosa universidad que estimula la libre expresión y la circulación de ideas.
Si mi declaración les resulta excesivamente personal y comprometida, los invito a visitar la página web de la UIG (www.iugaza.edu.ps/eng) y a conocer su historia, sus departamentos, los estudios que allí se desarrollan. Podrán enterarse de su presencia en numerosas redes y centros académicos de todo el mundo. Podrán conocer el trabajo de sus profesores, estudiantes e investigadores, los premios y becas de estudio que cotidianamente reciben por parte de reconocidas instituciones en todo el mundo.
¿Por qué Israel bombardea una universidad? No lo sé.
Pero Israel ayer no bombardeó apenas mi universidad. Bombardeó mezquitas, farmacias y casas de familia. En el campo de refugiados en Jabaliya, los ataques mataron a cuatro niñas pequeñas, todas de la familia Balousha. En Rafah, murieron tres hermanos: de seis, doce y catorce años. También perdieron la vida una madre y su hijo de un año, de la familia Kishko, en la ciudad de Gaza.
Son actos que nada puede justificar. Dios ordenó al pueblo elegido: “No matarás. No invadirás la casa de tu vecino”. Dios no elegiría a su pueblo, ni a pueblo alguno, para matar a sus vecinos y robar la tierra en que todos plantan y todos comen. Los blancos que Israel está adoptando son decisiones de su gobierno. Un gobierno que ha elegido deliberadamente matar palestinos. Lleva a cabo en Gaza un genocidio semejante al que otros imperios invasores ya practicaron en otras partes del mundo contra poblaciones originarias. Ningún genocidio es admisible.
Akram Habeeb
Franja de Gaza, Palestina
29/12/2008
Fuente: CLACSO
Imagen: Pavel Égüez, Grito por la Vida, 2004
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