domingo, agosto 08, 2010




Los derechos de los niños y niñas mapuche



por Paulina Acevedo Menanteau



Desde la intensificación, a inicios del 2000, de los procesos de reivindicación de tierras ancestrales usurpadas al pueblo mapuche, en el sur de Chile, niños y niñas de esa etnia han sido víctimas de la violencia política, policial y jurídica con que el Estado ha respondido a sus manifestaciones de protesta social. Violencia que ha ido en aumento.

La situación va desde ser atormentados por los reiterados allanamientos masivos a sus comunidades con el uso de fuertes contingentes de Fuerzas Especiales y la "militarización" de sus territorios, hasta llegar a la tortura, el secuestro, los interrogatorios ilegales, las heridas de bala e incluso la imputación de cargos de carácter penal en contra de los y las menores de edad.

Diversos estudios, incluso del propio Estado, como el informe elaborado por el Servicio de Salud Araucanía Norte, han constatado los severos daños sicológicos que hoy presentan los niños y niñas mapuche. Trastornos del sueño, incontinencia de la orina, sensación de temor exaltada frente a las policías, son sólo algunas de la secuelas, en una infancia marcada por maltratos y abusos que han presenciado, y que hoy reciben en forma directa, cada vez con mayor impunidad.

La gravedad de estos hechos ha alertado a varios organismos internacionales de la ONU, como el Comité de Derechos del Niño, el Comité contra la Tortura y el Consejo de Derechos Humanos; además de la Unicef en Chile, que manifestó su preocupación a las autoridades policiales de la zona. Todas estas instancias, así como otras organizaciones nacionales, han llegado a exigir el fin de estos actos delictivos por parte de agentes del Estado, la sanción de los responsables y la entrega de la atención sicológica y social necesarias para quienes han sido afectados por estos excesos inexcusables.

El Observatorio Ciudadano ha solicitado medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la ONU por todos estos casos, para que se garantice la seguridad e integridad física y sicológica de los niños y niñas mapuche.

De no tomarse medidas inmediatas, o de persistir la ausencia de sanción frente a estos delitos, el Estado favorece no sólo la impunidad, sino también su reiteración.

Es labor de los medios de comunicación deninciar estas atrocidades a la opinión pública, pero hasta ahora permanecen casi en silencio en su cobertura sobre lo que se ha llamado "conflicto mapuche". Parte de esta verdad oculta y lacerante, permanece en la más completa oscuridad.

El Estado, en este como en otros casos, utiliza de manera solapada, el ataque a la infancia como un mecanismo de presión para mermar el ánimo de lucha de quienes han decidido luchar por revertir la situación de injusticia a la que se ha sometido a los pueblos originarios de este territorio, reprimiendo a sus seres más queridos: los niños y niñas.


Fuente: El Ciudadano

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