martes, julio 27, 2010

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Homenaje en la Cámara de Diputados al grabador chileno-mapuche

SANTOS CHÁVEZ ALISTER CARINAO


La ceremonia que se realizará este miércoles 28 de julio a las 10:30 horas, en la Sala Plenaria de la Corporación, busca reconocer la obra de este importante artista nacional premiado en numerosas ocasiones, tanto en nuestro país como en el extranjero.

Luego del homenaje al grabador chileno-mapuche se dará paso a la inauguración de la exposición denominada “Santos Chávez: Maestro de Grabado del alma Latinoamericana”, que cuenta con el patrocinio del diputado Rodrigo González (PPD) y que se enmarca dentro del 199°Aniversario del Congreso Nacional.

El artista Santos Chávez Alister Carinao nació el 7 de Febrero del año 1934 en Canihual, territorio mapuche lafkenche de la comuna de Tirúa (Provincia de Arauco, Chile), en el seno de una humilde familia con 7 hijos.

Tenía 24 años cuando en la Sociedad de Bellas Artes al darse cuenta de su talento le ofrecieron una beca. Como a esa edad ya no tenía familiares que lo apoyaran, el alojamiento, la comida y los materiales debió procurárselos él mismo con mucha dificultad. Pero Santos tenía un deseo íntimo que lo impulsaba a retener los paisajes de su infancia y a plasmar a su pueblo en imágenes.

Cuando se le dio la oportunidad, se fue con unos colegas a Santiago, donde pronto encontró nuevas perspectivas. Tuvo la suerte de ingresar en el famoso Taller 99 bajo la dirección de Nemesio Antúnez. Rápidamente llegaron invitaciones para exponer fuera de Chile y la obra de Santos adquirió fama internacional.

Santos salió de Chile el año 1977, Venezuela, España, Suecia y Alemania fueron estaciones de su exilio, siempre en la búsqueda de un lugar donde crear con tranquilidad y sin preocupaciones materiales. Hoy sus obras se encuentran en muchos famosos museos del mundo.

Conoce a Eva en Berlín en el año 1981 y fue entonces cuando terminó su vida de nómade. En Alemania gozó de una gran admiración, como artista y persona. El público fue cautivado por la belleza de sus grabados, pero él nunca olvidó a su pueblo Mapuche en Chile. Trabajó gratis para revistas, portadas de libros y discos, y ayudó con afiches y obras.

Cuando Santos llegó a Alemania, su salud estaba bastante deteriorada. Con el tiempo aumentaron sus estadías en los hospitales. Soportó los tratamientos y los dolores sin reclamar y trató de retomar su trabajo con gran disciplina, sabiendo que le quedaba poco tiempo. Muchas de las 100 acuarelas que todavía están guardadas en una carpeta fueron hechas desde las ventanas de hospitales en Alemania y Chile.

En 1994 regresó a su patria junto a Eva, dejando a muchos amigos en Alemania. En Chile alcanzó a realizar 141 exposiciones y viajó a su querido Arauco cada vez que pudo. Su última retrospectiva de 130 obras fue en la sala El Farol de Valparaíso. Ya su salud estaba deteriorada y tuvo una caída, descubriéndose un cáncer en su brazo derecho, por lo que siguió trabajando sólo con el brazo izquierdo. Falleció en Viña del Mar el 2 de Enero del año 2001.

El artista ha recibido varios reconocimientos por sus obras, entre los que se cuentan el Premio de Honor Andrés Bello (1966); el Premio Grace en la Tercera Bienal de Gráfica de Santiago de Chile (1968); una Mención de Honor en la Casa de las Américas, Cuba; el Premio de Adquisición del Museo de Brooklyn, Nueva York EE.UU. (1970); la Beca Fundación Pollock-Krasner de Nueva York, EE.UU. (1998);el Premio Altazor a las Artes Nacionales (2000), entre otros.

Fuente: Cámara de Diputados de Chile

sábado, julio 24, 2010



"De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra." (Mario Benedetti)


Poesía contra el olvido


Nazim Hikmet


No vivas en la tierra
como un inquilino
ni en la naturaleza
al modo de un turista

Vive en este mundo
cual si fuera la casa de tu padre

Cree en los granos
en la tierra, en el mar,
pero ante todo cree en el hombre.

Ama la nube, la máquina y el libro
pero ante todo, ama al hombre

Siente la tristeza
de la rama que se seca
del planeta que se extingue
del animal inválido
pero siente ante todo la tristeza del hombre.

Que todos los bienes terrestres
te prodiguen la alegría

Que la sombra y la luz
te prodiguen la alegría

Que las cuatro estaciones
te prodiguen la alegría

Pero ante todo, que el hombre
te prodigue la alegría.


Fuente: Duro oficio el exilio, Editorial Lautaro, Buenos Aires, 1959.

Ventana: Poesía Contra el Indulto


martes, julio 20, 2010




Nepey Ñi Güñún Piuke
Se ha despertado el ave de mi corazón


El mapudungun es un proceso más de comunión espiritual que de cuestiones materiales. Es cierto que el lenguaje de la civilización cristiana occidental ha evolucionado más, pero lo ha hecho para un solo lado. Ha hecho todo lo material a la perfección, pero ha olvidado la otra parte. El hombre común no es capaz de expresar un sentimiento. Por eso que los poetas son mirados como grandes personas, porque han logrado hacer del lenguaje lo que el común de los mortales no puede, cosa que no ocurre en el pueblo mapuche. Para el pueblo mapuche yo no soy ninguna maravilla, y ni siquiera poeta. Porque el pueblo mapuche es poético; no tiene necesidad de poetas porque el lenguaje es poesía. Ahí está la diferencia. [...]

Uno podría preguntarse qué gracia tiene que yo escriba poesía en mapuche. Tiene gracia porque marca un hito: escribir algo que es inescribible y además tratar de pasar ese lenguaje al castellano. Tratar de escribir eso mismo en castellano. Ahí estaría la gracia, porque de lo contrario no tendría ninguna: si se trata de poetas yo creo que mi abuelita es mucho mejor poeta que yo. Dentro de mi pueblo yo no puedo arrogarme la calidad de poeta porque sé mucho menos que los que han vivido su lengua. Yo ya estoy metido en otro rollo, aunque no lo quiera. Recién me estoy rescatando a mí mismo [...]

En la escuela fue un martirio. En primer lugar la enseñanza no era a través de historias, como lo que estaba acostumbrado a recibir, sino que era algo obligatorio. Si uno no aprendía, recibía castigo. Eso no se da en la cultura mapuche donde a uno le enseñan cosas porque hay que aprender a hacerlas. Y uno, como puede, se va superando.

En el colegio empecé a pensar que por qué me cambiaban todo. [...] Uno siente que es un loco. O un tonto. Se crean complejos. El pueblo mapuche es tonto. Nunca explicó quién es Ngenechen. Ni siquiera lo dibujó. [...]

Nosotros somos el sueño de la tierra; ella nos sueña a nosotros: También en otros planetas habrá seres que son soñados por su planeta y tendrán sus propias maravillas. El universo es una unión de sueños. [...]

Odiaba ir a clases [...] Y para no tener problemas con las notas me di cuenta que podía memorizar todas las cosas. Tuve buenas notas porque era un memorión, tenía que responder, no más, y no lo que yo me había cuestionado. [...]

Malú Sierra:

Pero su despertar, como lo llama él, fue cuando escuchó a un sacerdote decir que el Nguillatún era parte del demonio.

Leonel:

Fue mi primera rebeldía. Desperté y me dije: aquí hay una diferencia. Porque yo no lo entendía así. Se me quería convencer que lo mío no era válido. Entonces pensé: acá hay algo importante. Si él decía que esto no servía es porque era importante. Fue la primera intelectualización de mi realidad y de ahí partió el despertar.

Fuente: Malú Sierra, Donde todo es altar; Mapuche, gente de la tierra. Santiago, Editorial Persona, 1992.

El texto corresponde a fragmentos de una larga entrevista realizada por la periodista Malú Sierra a Leonel Lienlaf, joven poeta mapuche, ganador del Premio Municipal de Literatura, en Santiago, en 1990, por su libro de poemas Nepey Ñi Güñún Piuke/Se ha despertado el ave de mi corazón, escrito en mapudungun y traducido al castellano.

Primer Congreso de las Lenguas Indígenas de Chile

miércoles, julio 14, 2010



El Reino Mágico


por Eduardo Galeano


Pacho Maturana, colombiano, hombre de vasta experiencia en estas lides, dice que el fútbol es un reino mágico, donde todo puede ocurrir. El Mundial reciente ha confirmado sus palabras: fue un Mundial insólito.

Insólitos fueron los diez estadios donde se jugó, hermosos, inmensos, que costaron un dineral. No se sabe cómo hará Suráfrica para mantener en actividad esos gigantes de cemento, multimillonario derroche fácil de explicar pero difícil de justificar en uno de los países más injustos del mundo.

Insólita fue la pelota de Adidas, enjabonada, medio loca, que huía de las manos y desobedecía a los pies. La tal Jabulani fue impuesta aunque a los jugadores no les gustaba ni un poquito. Desde su castillo de Zurich, los amos del fútbol imponen, no proponen. Tienen costumbre.

Insólito fue que por fin la todopoderosa burocracia de la FIFA reconociera, al menos, al cabo de tantos años, que habría que estudiar la manera de ayudar a los árbitros en las jugadas decisivas. No es mucho, pero algo es algo. Ya era hora. Hasta estos sordos de voluntaria sordera tuvieron que escuchar los clamores desatados por los errores de algunos árbitros, que en el último partido llegaron a ser horrores. ¿Por qué tenemos que ver en las pantallas de televisión lo que los árbitros no vieron y quizá no pudieron ver? Clamores de sentido común: casi todos los deportes, el basquetbol, el tenis, el béisbol y hasta la esgrima y las carreras de autos, utilizan normalmente la tecnología moderna para salir de dudas. El fútbol, no.

Los árbitros están autorizados a consultar una antigua invención llamada reloj, para medir la duración de los partidos y el tiempo a descontar, pero de ahí está prohibido pasar. Y la justificación oficial resultaría cómica, si no fuera simplemente sospechosa: el error forma parte del juego, dicen, y nos dejan boquiabiertos descubriendo que errare humanum est.

Insólito fue que el primer Mundial africano en toda la historia del fútbol quedara sin países africanos, incluyendo al anfitrión, en las primeras etapas. Sólo Ghana sobrevivió, hasta que su selección fue derrotada por Uruguay en el partido más emocionante de todo el torneo.

Algunos resentidos llegamos a sospechar que el pulpo era un corrupto

Insólito fue que la mayoría de las selecciones africanas mantuvieran viva su agilidad, pero perdieran desparpajo y fantasía. Mucho corrieron, pero poco bailaron. Hay quienes creen que los directores técnicos de las selecciones, casi todos europeos, contribuyeron a este enfriamiento. Si así fuera, flaco favor han hecho a un fútbol que tanta alegría prometía. África sacrificó sus virtudes en nombre de la eficacia, y la eficacia brilló por su ausencia.

Insólito fue que algunos jugadores africanos pudieran lucirse, ellos sí, pero en las selecciones europeas. Cuando Ghana jugó contra Alemania, se enfrentaron dos hermanos negros, los hermanos Boateng: uno llevaba la camiseta de Ghana, y el otro la camiseta de Alemania.

De los jugadores de la selección de Ghana, ninguno jugaba en el campeonato local de Ghana. De los jugadores de la selección de Alemania, todos jugaban en el campeonato local de Alemania. Como América Latina, África exporta mano de obra y pie de obra.

Insólita fue la mejor atajada del torneo. No fue obra de un portero, sino de un goleador. El atacante uruguayo Luis Suárez detuvo con las dos manos, en la línea del gol, una pelota que habría dejado a su país fuera de la Copa. Y gracias a ese acto de patriótica locura, él fue expulsado pero Uruguay no.

Insólito fue el viaje de Uruguay, desde los abajos hasta los arribas.

Nuestro país, que había entrado al Mundial en el último lugar, a duras penas, tras una difícil clasificación, jugó dignamente, sin rendirse nunca, y llegó a ser uno de los mejores. Algunos cardiólogos nos advirtieron, desde la prensa, que el exceso de felicidad puede ser peligroso para la salud. Numerosos uruguayos, que parecíamos condenados a morir de aburrimiento, celebramos ese riesgo, y las calles del país fueron una fiesta. Al fin y al cabo, el derecho a festejar los méritos propios es siempre preferible al placer que algunos sienten por la desgracia ajena.

Terminamos ocupando el cuarto puesto, que no está tan mal para el único país que pudo evitar que este Mundial terminara siendo nada más que una Eurocopa. Y no fue casual que Diego Forlán fuera elegido mejor jugador del torneo.

Insólito fue que el campeón y el vicecampeón del Mundial anterior volvieron a casa sin abrir las maletas. En el año 2006, Italia y Francia se habían encontrado en el partido final. Ahora se encontraron en la puerta de salida del aeropuerto. En Italia, se multiplicaron las voces críticas de un fútbol jugado para impedir que el rival juegue.

En Francia, el desastre provocó una crisis política y encendió las furias racistas, porque habían sido negros casi todos los jugadores que cantaron la Marsellesa en Suráfrica. Otros favoritos, como Inglaterra, tampoco duraron mucho. Brasil y Argentina sufrieron crueles baños de humildad. Medio siglo antes, la selección argentina había recibido una lluvia de monedas cuando regresó de un Mundial desastroso, pero esta vez fue bienvenida por una abrazadora multitud que cree en cosas más importantes que el éxito o el fracaso.

Insólito fue que faltaran a la cita las superestrellas más anunciadas y más esperadas. Lionel Messi quiso estar, hizo lo que pudo, y algo se vio. Y dicen que Cristiano Ronaldo estuvo, pero nadie lo vio: quizás estaba demasiado ocupado en verse.

Insólito fue que una nueva estrella, inesperada, surgiera de la profundidad de los mares y se elevara a lo más alto del firmamento futbolero. Es un pulpo que vive en un acuario de Alemania, desde donde formula sus profecías. Se llama Paul, pero bien podría llamarse Pulpodamus.

Al fin se hizo justicia, lo que no es frecuente en el fútbol ni en la vida

Antes de cada partido del Mundial, le daban a elegir entre los mejillones que llevaban las banderas de los dos rivales. Él comía los mejillones del vencedor, y no se equivocaba.

El oráculo octópodo influyó decisivamente sobre las apuestas, fue escuchado en el mundo entero con religiosa reverencia, fue odiado y amado y hasta calumniado por algunos resentidos, como yo, que llegamos a sospechar, sin pruebas, que el pulpo era un corrupto.

Insólito fue que al fin del torneo se hiciera justicia, lo que no es frecuente en el fútbol ni en la vida. España conquistó, por primera vez, el campeonato mundial de fútbol. Casi un siglo esperando.

El pulpo lo había anunciado, y España desmintió mis sospechas: ganó en buena ley, fue el mejor equipo del torneo, por obra y gracia de su fútbol solidario, uno para todos, todos para uno, y también por las asombrosas habilidades de ese pequeño mago llamado Andrés Iniesta. Él prueba que a veces, en el reino mágico del fútbol, la justicia existe.

Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía "Cerrado por fútbol". Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado 64 partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido.

Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia.

Ya empiezo a extrañar la insoportable letanía de las vuvuzelas, la emoción de los goles no aptos para cardíacos, la belleza de las mejores jugadas repetidas en cámara lenta. Y también la fiesta y el luto, porque a veces el fútbol es una alegría que duele, y la música que celebra alguna victoria de esas que hacen bailar a los muertos, suena muy cerca del clamoroso silencio del estadio vacío, donde ha caído la noche y algún vencido sigue sentado, solo, incapaz de moverse, en medio de las inmensas gradas sin nadie.

Fuente: Público
Imagen: Allan MacDonald

lunes, julio 12, 2010


JINETE EN LA LLUVIA



Fundamentales aguas, paredes de agua, trébol
y avena combatida,
cordelajes ya unidos a la red de una noche
húmeda, goteante, salvajemente hilada,
gota desgarradora repetida en lamento,
cólera diagonal cortando cielo.
Galopan los caballos de perfume empapado,
bajo el agua, golpeando el agua, interviniéndola
con sus ramajes rojos de pelo, piedra y agua:
y el vapor acompaña como una leche loca
el agua endurecida con fugaces palomas.
No hay día sino los cisternales
del clima duro, del verde movimiento
y las patas anudan veloz tierra y transcurso
entre bestial aroma de caballo con lluvia.
Mantas, monturas, pellones agrupados
en sombrías granadas sobre los
ardientes lomos de azufre que golpean
la selva diciéndola.
Más allá, más allá, más allá, más allá,
más allá, más allá, más allá, más alláaaaaa,
los jinetes derriban la lluvia, los jinetes
pasan bajo los avellanos amargos, la lluvia
tuerce en trémulos rayos su trigo sempiterno.
Hay luz del agua, relámpago confuso
derramado en la hoja, y del mismo sonido del galope
sale un agua sin vuelo, herida por la tierra.
Húmeda rienda, bóveda enramada,
pasos de pasos, vegetal nocturno
de estrellas rotas como hielo o luna, ciclónico caballo
cubierto por las flechas como un helado espectro,
lleno de nuevas manos nacidas en la furia,
golpeante manzana rodeada por el miedo
y su gran monarquía de temible estandarte.


Fuente: Canto General, XV, Pablo Neruda.
Imagen: Xilografía, Arauco no domado, Santos Chávez.

jueves, julio 08, 2010


TRAVESURAS del INTI



TRAVESURA
es un trabajo dedicado al mundo de la infancia.

Es la dulce sorpresa de encontrarnos súbitamente cantando junto a Diego, "El Cigala" para recordar a Federico García Lorca en La Tarara.

Es invitar a Eva Ayllón y ver cómo es siempre un goce reinterpretar a Nicomedes Santa Cruz y su No me cumbén recopilado.

Es sorprendernos con la ternura que José Seves pone en música para un texto de un niño de 9 años en Cinco veces.

Es no olvidarnos de Fernando Gallardo y su Cachencho.

Recordar siempre a nuestro querido maestro Luis Advis, su talento y su vida melancólica y gozosa; Quinteto del tren.

Finalmente, es también un modo de celebrar nuestros 43 años de vida; espacio enorme y breve que nos ha permitido vivir como se vive en la infancia: con juegos, sueños y travesuras.


Fuente: Inti Illimani Histórico

jueves, julio 01, 2010




Roger Chartier: "Hoy los chicos entran al mundo de los libros a través de lo digital"
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por Mariana Rolandi

Roger Chartier escribió a mano la conferencia que dio en la Universidad de San Martín hace 15 días, cuando recibió un doctorado Honoris Causa. Conocido internacionalmente por su libro El mundo como representación, gran parte de su trabajo se basa en el análisis de los cambios en la escritura y la lectura a lo largo de los años. De visita en la Argentina, dialogó con Clarín.

-¿Qué cambios hubo en el hábito de la lectura en este nuevo siglo?

­-Los cambios que las nuevas tecnologías han producido en estos años son de muy alto impacto. La forma de transmisión y de apropiación cambia radicalmente, ya que una computadora no tiene nada que ver con un libro impreso y produce una transformación de la forma de inscripción, de la organización del texto, de la cercanía entre leer y escribir, y la continuidad entre las estrofas, entre otras cosas. Este cambio lleva a una nueva lectura, que es fragmentada, segmentada y discontinua. Así, la vinculación entre estas mutaciones de la técnica, la forma y la práctica de la lectura, crea una situación inaudita. Esto se complica aún más si pensamos que hoy convive lo digital con la escritura manuscrita. La dificultad será entender la coexistencia pacifica o no de estas formas.

-¿Cómo debería manejarse a nivel mundial la industria editorial?

­-¡Hoy están todos haciéndose esa pregunta! Hay un esfuerzo del mundo editorial por introducir en el mundo electrónico los criterios estéticos y jurídicos que se dan en los libros impresos. Lo cierto es que también hay algunas teorías que piensan que puede abrirse un nuevo mundo de los libros, en el cual, en formato digital, todo sería un gran banco de datos, no habría límites, ni textos cerrados, ni totalidad, ni autores. Esto podría consistir en la desaparición del nombre propio, en fragmentos que tienen razón de ser en sí mismos, en la movilidade los discursos. Cada uno podría entrar en un texto y continuarlo. Sería un terreno abierto a todos. Claro que así se perderían las ideas de originalidad, singularidad y propiedad que hoy definen para nosotros el mundo de los discursos.

-Hablando de nombres propios y de su estudio de la escritura, ¿qué autores prefiere?
­-Yo siempre he preferido a los poetas y a los dramaturgos por sobre los novelistas. Supongo que por la relación con la voz, con la música de la poesía, y con el juego que genera el texto del teatro. Moliére y Shakespeare son mis elegidos. Por otro lado, leo mucho a los autores que son críticos y realizan una reflexión sobre la escritura y la literatura, tales como Borges, en su momento, y más cerca en el tiempo, Ricardo Piglia.

-Ud. también es docente y crítico. ¿Cuál es hoy la realidad de la enseñanza de la escritura y la lectura?

­-Los chicos entran al mundo de los libros a través del mundo digital, cuando antes sucedía al revés. La capacidad de leer y escribir es parte de la vida cotidiana, vivimos en un mundo de imágenes, pero en la vida cotidiana es un mundo de textos. Incluso, estas capacidades marcan las distancias sociales más fuertes. Creo que hay que restablecer la presencia del libro como tal, y mucho más, en el ámbito universitario.

Fuente: Revista de Cultura Ñ