viernes, mayo 28, 2010



Arte de arena

Este video muestra a Kseniya Simonova, de 24 años, ganadora de "Ucrania tiene talento", dibujando una serie de cuadros sobre una mesa de arena iluminada, mostrando cómo la gente común fue afectada por la invasión alemana durante la segunda guerra mundial. Las imágenes, proyectadas en una pantalla grande, hicieron llorar a muchos en la audiencia. Simonova ganó el primer premio, US $130,000.00

La artista empieza creando la escena de una pareja sentada en una banca bajo el cielo estrellado. De pronto aparecen aviones de guerra y la escena feliz se borra para ser reemplazada por el rostro de una mujer llorando. Luego llega un bebé y la mujer sonríe otra vez. Una vez más, la guerra regresa y Kseniya tira caóticamente arena sobre todo, haciendo aparecer el rostro de una mujer joven.

Ésta se convierte, rápidamente, en una anciana viuda con el rostro arrugado y triste. Ante esta imagen se levanta "el Monumento al Soldado Desconocido". Esta escena de la calle es luego enmarcada dentro de una ventana, como si el observador estuviera mirando el monumento desde el interior de una casa.

En la escena final, aparecen una madre y un niño dentro de la casa; un hombre afuera, con las manos presionadas contra el vidrio de la ventana, está diciéndoles adiós.

"La Gran Guerra Patriótica", como se le conoce en Ucraina, tuvo como resultado la muerte de una de cada cuatro personas, con un total de 11 millones de muertos de una población de 42 millones.

Kseniya Simonova dice: “Para mí es difícil crear arte usando papel y lápices o pinceles; sin embargo, utilizando arena, mis dedos van mas allá de mí. El arte, especialmente cuando se usa la guerra como tema, hace que algunos miembros de la audiencia lloren. Y no hay mejor cumplido que éste”.

miércoles, mayo 26, 2010



ENTREVISTA A ZYGMUNT BAUMAN


por Glenda Vieites


Usted nació en una ciudad alemana que se convirtió en territorio polaco al final de la Primera Guerra Mundial. Luego se refugió en la Unión Soviética y desde hace unos años trabaja por elección en Inglaterra. ¿Desde su experiencia académica y personal, cómo define hoy la noción de identidad?

Ludwig Wittgenstein siempre oscilaba entre la Viena natal y su tierra adoptiva inglesa; cierta vez comentó que el mejor lugar para resolver un problema filosófico era una estación de tren. Aunque bueno, aquellos eran viejos tiempos, cuando no se vivía con la prisa de la actualidad. No creo que hoy Wittgenstein hubiera dicho lo mismo respecto de un aeropuerto. Aún así sus reflexiones mantienen la misma fuerza. A mí me ayudaron a entender, de qué modo, en nuestros tiempos, la identidad tiende a ser algo tan provisorio, endeble, vulnerable, que obliga repetidamente a revisar los ‘planes a largo plazo’ (o lo que Jean-Paul Sartre llamaba ‘project de la vie’); se demuestra muy vívidamente lo poco confiables y riesgosas que son en general las resoluciones a largo plazo. Por primera vez en la historia, el cuerpo humano constituye la única entidad cuya expectativa de vida se ha prolongado. En cambio, todas aquellas instituciones sobre las cuales nuestros antecesores solían planificar sus existencias (asuntos públicos, ideologías, formas de vida, reglas de conducta, criterios de éxito y estrategias para una vida satisfactoria, etc.) tienen hoy una expectativa de vida mucho más corta.

¿Qué relación hay entre su concepto de modernidad líquida y su noción de identidad?

En nuestra modernidad líquida, las obligaciones de vida demandan una necesaria fluidez; permanecer inalterado representa una siniestra perspectiva y aterradora amenaza. En un instante y sin ningún aviso, los activos se pueden transformar en deudas. De allí, la contradicción contra la que todos debemos pelear. Tener identidad significa estar claramente definido, sugiere continuidad y persistencia, pero precisamente es esa continuidad y persistencia la que le otorga a la fluidez una tendencia algo suicida.

Sin duda, la idea de identidad siempre estuvo, cada vez que apareció, dividida por una contradicción interna: sugería una especie de distinción que tendía a desdibujarse.

La identidad enfrenta un doble dilema: debe servir a una propuesta de emancipación individual tanto como a un plan de membresía colectiva que sobrepasa cualquier idiosincrasia particular. La busca de identidad implica someterse a un fuego cruzado, a una convergencia de dos fuerzas opuestas. Hay una doble propuesta en la cual la pretendida identidad (identidad como problema y cometido) se debate y por la cual debe luchar en vano por emanciparse. Navega entre dos extremos de individualidad y total pertenencia, el primer extremo es inalcanzable, mientras que el segundo, como un agujero negro, debe absorber y eliminar todo lo que flota en su cercanía. Cada vez que es elegido como el destino de una excursión, la identidad inevitablemente hace vacilar cualquier movimiento hacia dos direcciones.

¿Es evitable esa contradicción?

La identidad presagia un peligro mortal para el individuo y la colectividad, aunque ambas recurran a ella como un arma de autodestrucción. El camino a la identidad es un interminable campo de batalla entre el deseo de libertad y la demanda de seguridad. Por esta razón, la guerra de la identidad permanecerá siempre inconclusa y sin ganadores, y la causa de la identidad continuará destacándose al tiempo en que se disimulen sus instrumentos y objetivos. Quienes practican y disfrutan de esta nueva inestabilidad, suelen relacionarla con cierta idea de libertad. Sin embargo, tener una inestable y provisoria identidad no es un estado de libertad sino más bien una obligatoria, interminable y nunca victoriosa guerra por la liberación. Cuando la identidad haya dejado de ser un asunto molesto (porque es imposible desprenderse de ella), y pase a ser un cómodo legado, las obligaciones que se presumen y esperan que duren de aquí a la eternidad, se habrán transformado en un inconcluso y exasperadamente ambiguo esfuerzo por desprenderse de las cargas del pasado. Aquel que persigue la identidad es comparable a un ciclista: la sanción por frenar un pedal es la caída, y hay que seguir pedaleando para mantenerse en pie. Avanzar con dificultades es un compromiso sin alternativas.

Al pasar de un episodio a otro sin rumbo, viviendo a través de los sucesos consecutivos de un destino desconocido, guiado por el afán de borrar el pasado antes que por el deseo de delinear el futuro, la identidad del actor queda atrapada en su presente; es decir, se niegan las bases de su propio futuro. Y, al mismo tiempo, el pasado de cada identidad se encuentra esparcido en los consejos inservibles de anteayer, que ayer mismo fueron desechados por constituir una pesada carga.

La idea central de la identidad, a partir de la cual se podrá emerger con un cambio continuo, incólume y probablemente reforzado, es que el homo eligens, el hombre elige para sí mismo un estado de permanente no resistencia, de auténtica inautenticidad. En la era de la modernidad líquida, sobre los negocios, Richard Sennett escribió: "Los negocios perfectamente viables son aniquilados y abandonados, los empleados capaces son echados antes que premiados, simplemente porque la organización debe mostrar que el mercado es capaz de cambiar". Al reemplazar "negocio" por "identidad", "empleados capaces" por "posesiones y compañeros" y "organización" por "uno mismo", se obtiene una fiel versión de la condiciones que definen al homo eligens.

¿Cuál es su análisis en relación a los episodios de xenofobia que se suceden a nivel mundial? Ejemplo: incendios en Francia.

No hay nada nuevo aquí. De hecho la mayoría de las novedades parecen inéditas por la brevedad de nuestra memoria colectiva. Los actores han cambiado, pero no las acciones.

Hace casi un siglo, el gran sociólogo Georg Simmel, sugirió que la lucha, a menudo violenta, es ante todo un trámite preliminar para la integración. Demostró que los faccionarios habían aceptado (ya sea de manera entusiasta o desanimada) los valores dominantes de la época y deseaban unírseles a aquellos que practicaban (sin éxito) dichos valores. Los disturbios callejeros del siglo XIX y el "good deal" del siglo XX pueden ser explicados como las manifestaciones de las clases bajas golpeando tan fuerte como podían las puertas de la sociedad que se les cerraban en las narices. Sus violentas protestas desencadenaban reacciones también violentas. Los "establecidos" no deseaban que los "marginados" fueran admitidos.

Las "revueltas raciales" parecen ser el resultado de que aún no se ha disuelto la jerarquía de antiguos valores. Cien años atrás se tenía como asumido que Europa era la expresión más sobresaliente de la evolución humana; el resto de la gente, que quería ser tratada como europea, debía renunciar a cualquier rasgo de identidad que los alejara de los estándares europeos. Se esperaba que los aspirantes asimilaran e imitaran cada detalle del estilo de vida europeo. Sin embargo, uno de los efectos actuales de la globalización es que tenemos un mundo repleto de diásporas, territorios habitados por miembros de cualquier grupo étnico o religioso que constituyen reminiscencias más de archipiélagos que de continentes. Para muchos de los integrantes de esos grupos, la superioridad del estilo de vida europeo no es ninguna obviedad. De hecho son reacios a abandonar sus propias tradiciones, que consideran buenas o aún mejores que aquellas que encontraron en el nuevo país al que han emigrado. Su idea de integración no imposibilita el derecho a la diferencia. Y seamos francos: ¿no es ésta acaso una prueba de que ellos han asimilado y aceptado las ideas europeas? ¿Acaso no aplaudimos la variedad y juramos apoyar el derecho a la diferencia? En la práctica siempre nos referimos a nuestro derecho a la diferencia, no a la de ellos…

A pesar de su diagnóstico alarmante se vislumbra esperanza en todos sus ensayos. ¿En qué radica esa esperanza?

La gente optimista afirma que el mundo que tenemos es el mejor posible; los pesimistas son personas que desconfían que los optimistas tengan razón. Así que por lo tanto, no soy ni optimista ni pesimista porque creo firmemente en otra alternativa (y quizá mejor): de que un mundo mejor es posible para mis congéneres humanos, y que la posibilidad de lograrlo es real.

En el post scriptum de su obra magna, La Misére du Monde (La Miseria del mundo), el último Pierre Bordieu (hablando en nombre de los países europeos y las extensiones transoceánicas) señalaba que el número de personajes de la escena política que abarcaban y articulaban las expectativas y demandas de sus electores se está encogiendo rápidamente. El espacio de la política se está replegando sobre sí mismo y necesita ser abierto nuevamente; para ello es necesario traer los problemas privados y anhelos inarticulados y ponerlos en relación directa con el proceso político (y viceversa).

Esto es más fácil decirlo que hacerlo aunque el discurso público está inundado de las pre-nociones de Emilie Durkheim, presunciones raramente aclaradas y menos aún consideradas de manera crítica. La experiencia subjetiva es llevada a un nivel en el que el discurso público y cualquier tipo de problema privado es categorizado, reciclado en el discurso público y representado como tema público. Para servir a la humanidad, la sociología necesita empezar por aclarar cuál es su sitio. Las valoraciones críticas de estas pre-nociones deben conjugarse con un esfuerzo por hacer visible y audible aquellos aspectos de la experiencia que normalmente se quedan lejos de los horizontes individuales, o detrás de los umbrales de la conciencia individual.

Un momento de reflexión debe hacer consciente aquellos mecanismos que delinean una vida dolorosa e inconducente. Dibujar las contradicciones bajo un haz de luz no significa resolver las mismas. Un largo y tortuoso camino se expande entre el reconocimiento de las raíces de los problemas y su erradicación, y dar el primer paso no asegura que más adelante no se deba dar otros pasos. Sólo el mismo camino nos llevará hasta el fin. Y aún así no hay que negar la crucial importancia de la compleja cadena de eslabones que existe entre el dolor sufrido individualmente y las condiciones producidas colectivamente. En sociología, y aún más en la sociología que se ocupa de estar al día con sus tareas, el comienzo es más decisivo que ninguna otra parte. Siempre es el primer paso lo que designa y pavimenta el camino para la enmienda que de otro forma no existiría, dejando sólo anunciado tal sendero.

De hecho, necesitamos repetir después de Pierre Bordieu: "Aquellos que tienen la oportunidad de dedicar sus vidas al estudio del mundo social, no pueden permanecer neutrales e indiferentes, en frente de las luchas que tendrá que afrontar el mundo en el futuro".

Jean Pierre Dupuy describió la inevitable catástrofe. Mientras que Dupuy señalaba y profetizaba tal catástrofe, nosotros podemos hacer lo inevitable evitable y quizá así lo inevitable terminará por no acontecer. "Estamos condenados a la vigilancia perpetua", nos advierte. La falta de vigilancia es una condición necesaria para que tal catástrofe suceda. Proclamar su evitabilidad y pensar en la continuación de la presencia de la humanidad en la Tierra como una negación de la auto destrucción es, por un lado, una condición necesaria (y suficiente) para que esa catástrofe no suceda.

Los profetas delinearon su sentido de misión a través de las creencias de Dupuy, sobre la inminente catástrofe. Ellos insistieron sobre la inminencia de este Apocalipsis no porque soñaran con trofeos académicos (revindicaban tal visión) sino porque deseaban mostrar que estaban equivocados, ya que no veían otra forma de prevenir tal catástrofe.

A no ser que sea reprimida y domesticada, la globalización negativa convierte a la catástrofe en algo inevitable. Sólo cuando esta profecía sea considerada con seriedad, la humanidad podrá albergar albergar alguna expectativa de impedir la catástrofe. La única posibilidad es comenzar una terapia en contra de este creciente miedo, mirar a través de él, estudiar sus raíces… En definitiva: sólo enfrentando el miedo se lo podrá erradicar.

La llegada del nuevo siglo puede conducirnos a la catástrofe final. O puede ser el tiempo en el que se gestione un nuevo pacto entre los intelectuales y la gente. La elección entre estas dos alternativas aún se encuentra de nuestro lado. Yo creo que, en estas circunstancias, la pérdida de la esperanza es el mayor desastre que le puede acontecer a la humanidad. Tener esperanzas es nuestra obligación.

Traducción: Mariana Elizeche

Fuente: El Interpretador

domingo, mayo 23, 2010



"El racismo se inventó en el siglo XVIII sobre todo para legitimar la conquista, la esclavitud y el colonialismo"

El pasado 6 de enero, el connotado lingüista Dr. Teun van Dijk, catedrático de trayectoria internacional y que actualmente se desempeña en la Universidad Pompeu Fabra, España, visitó el País Mapuche. Fue distinguido por la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de La Frontera como Profesor Honorario. Entre sus áreas de investigación, destacan los estudios del discurso con respecto del racismo y la ideología. Sobre esto y más trata la siguiente entrevista.


por Cesar Colorado


El racismo, como ideología y práctica social sistemática, cuenta con sus manifestaciones más conocidas y elaboradas en la llamada “Edad Moderna”, en particular por parte de los pueblos de Europa: los “estatutos de limpieza de sangre” implementados por España para perseguir a los judíos en el siglo XIV, y luego para segregar a las personas que no eran de “raza pura” o “sangre azul” en las colonias españolas, es decir, mestizos, indígenas, negros y sus descendientes; el racismo biológico pseudocientífico que surge en el siglo XIX para justificar la superioridad de los europeos, como “raza blanca”, sobre el resto de los pueblos del mundo, y de este modo legitimar la dominación colonial, el nacionalismo y el genocidio sobre los pueblos conquistados.

En el siglo XX, el racismo nazi a través del movimiento nacional socialista que lideró Adolfo Hitler y que persiguió a judíos, a gitanos, y que asesinó a millones de personas en campos de concentración y exterminio; el racismo de “los blancos” contra la población negra e inmigrantes en los Estados Unidos; el apartheid en Sudáfrica promovido por colonizadores holandeses para mantener la supremacía blanca y el poder político, económico y social sobre el pueblo africano.

Éstas, y otras, son algunas de las muestras más conocidas del racismo en la actualidad; es un tipo de racismo explícito, evidente, palpable. Racismo despótico, cruel, con las manos manchadas de sangre. Para combatir el racismo, la ONU, la Organización de las Naciones Unidas, en 1965 adoptó la “Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial”, y estableció el 21 de marzo como Día Internacional de la Discriminación Racial. Sin embargo, a pesar de los diversos movimientos sociales antirracistas de los últimos años, el racismo persiste, disfrazado, oculto, con nuevas ropas; el racimo, hoy, sigue vivo, indeleble, eufemístico y transformista.

Para explicar algunas de las nuevas formas del racismo, presentamos la siguiente entrevista a Teun van Dijk, investigador del análisis del discurso y especialista de trayectoria internacional en estudios del racismo en los discursos dominantes de la sociedad contemporánea.

- El racismo designa un fenómeno de desigualdad social, de discriminación y abuso de poder que como tal existe a lo largo de la historia de la sociedad humana. Sin embargo, ¿en qué momento cobra auge la palabra “racismo”?

El racismo como forma de abuso de poder contra pueblos de apariencia o de cultura diferentes existe desde hace muchos siglos, como sabemos por ejemplo del término barbaroi usado por los griegos para referirse a los pueblos diferentes de ellos. El racismo con una base más ideológica y explícita nació en los siglos XVIII y XIX, como una forma de legitimar la superioridad de la “raza blanca”, también en trabajos que hoy llamaríamos de pseudo-ciencia, pero que en la época se tomaron muy en serio. Hasta por lo menos después la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, las ideas racistas en la ciencia tenían mucha influencia, y aplicaciones en el movimiento eugenístico, que también influenció las políticas de inmigración en América Latina.

- De acuerdo con tus investigaciones, ¿cuáles son las principales características que definen al racismo?


Como ya has indicado, la primera característica general del racismo es que se trata de un sistema social de abuso de poder, de dominación, igual como el sexismo. El sistema tiene dos componentes principales: (i) primero, las prácticas racistas que llamamos la discriminación o el “racismo cotidiano” de las interacciones en que gente ‘blanca’ problematiza, marginaliza, excluye y hasta extermina a los “Otros” y las “Otras” de otras culturas u otra apariencia; (ii) en segundo lugar, es un sistema de representaciones racistas compartidas por grupos, como las actitudes e ideologías que forman la base y la legitimación de las practicas racistas. El discurso forma el interfaz crucial del sistema: por un lado es una práctica social como otras, y por tanto puede ser discriminatoria; por otro lado las ideologías racistas se aprenden y se distribuyen en general por los discursos, sobre todo los discursos de la política o de los medios de comunicación. Crucial en este caso es el rol de las “élites simbólicas” de las tres P: Políticos, Periodistas y Profesores, porque ellos controlan o tienen acceso privilegiado al discurso público.

- ¿Qué función tiene el discurso en la reproducción del racismo hoy en día?, partiendo del presupuesto de que actualmente el racismo es “políticamente incorrecto”, es “mal visto” en la opinión pública.

El discurso puede ser una práctica racista por su contexto (quién habla a quien, cuándo y con qué objetivo, etc.) y por su ‘texto’: la manera sistemática de enfatizar lo bueno de Nosotros los Europeos-blancos y lo malo de Ellos No-Europeos, por ejemplo en la selección sesgada de temas, palabras, argumentos, narraciones, metáforas, etc. Ese discurso negativo puede tener una influencia negativa sobre los modelos mentales que la gente tiene sobre eventos en que participa Otra gente, y esos modelos mentales pueden generalizarse a actitudes e ideologías más fundamentales; que en su turno pueden aplicarse después en actos y otros discursos. Así se cierra el círculo vicioso de la reproducción del racismo. Lo que es “políticamente incorrecto” es solamente el racismo de la extrema derecha, pero no el racismo cotidiano más sutil o indirecto de nuestros propios políticos, periodistas o profesores; al que no quieren llamar racismo.

- ¿Cuáles son los discursos dominantes que repercuten en la reproducción del racismo?


Depende de la época y del contexto. Antes tal vez era el discurso de la iglesia, por ejemplo sobre los judíos o los indígenas y otros “paganos”. Hoy en día es el discurso de quienes tienen más acceso al discurso público, como el discurso político, de los medios de comunicación, de la educación y de la ciencia.

- ¿Cuáles son las principales estrategias discursivas en la reproducción del racismo, no sólo en los discursos dominantes, sino también en el lenguaje cotidiano?


Ya mencioné la estrategia ideológica de la polarización en que a los Otros se representa sistemáticamente con un sesgo negativo, en todos lo niveles del discurso. Muy importante es la repetición de temas negativos, como Ellos son delincuentes, agresivos, problemáticos, etc., o el uso de palabras como “ilegales” en vez de “gente sin papeles” o en “situación irregular”. Muy conocido es el uso de lo que se llaman disclaimers en inglés, como el notorio “No tengo nada contra inmigrantes, pero…”. Las metáforas que enfatizan lo negativo, como “olas” o “avalanchas” de grandes grupos de recién llegados también expresan una evaluación negativa, que puede reforzar la idea de “ahogarse” en la masa de inmigrantes.

- Has señalado que el racismo no es innato sino que se aprende a través del lenguaje. El niño aprende un prejuicio racista, y lo puede poner en práctica a través de su discurso. Probablemente no podemos evitar que los niños aprendan los prejuicios racistas, sin embargo, ¿cuáles serían las alternativas más eficaces para que aprendan a no tener actitudes racistas, es decir, a adquirir ideologías con respecto a la igualdad social, por ejemplo?


Los niños aprenden el racismo primero de sus padres quienes lo aprenden de los discursos dominantes que mencioné antes, y luego de sus compañeros que también lo aprenden de sus padres. Pero también el discurso de la educación es importante, como los profesores o los libros de texto, que muchas veces reproducen estereotipos sobre inmigrantes o minorías. Finalmente, por supuesto, la televisión y sus películas y programas tienen un rol muy importante. En suma, es una influencia muy compleja de varios tipos de texto en muchos contextos diferentes. Obviamente, de la misma manera los niños y las niñas pueden aprender a ser antirracistas si tienen acceso a discurso y gente antirracista; lo que por desgracia es una minoría de la gente del grupo dominante. Son las experiencias y las interacciones en la adolescencia y como estudiantes, sin embargo, que establecen las ideologías terminantes de la gente para su vida adulta. Muchos niños crecen con textos y en contextos racistas sin desarrollar una ideología racista; por ejemplo por el efecto de la relación con una abuela o amigo queridos.

- Tú has analizado la reproducción del racismo fundamentalmente en la prensa comercial, así como en el discurso político parlamentario, en lugares como Holanda, Inglaterra y España. ¿Cuáles son los principales grupos sociales que son objeto de actitudes racistas?


En Europa son sobre todo los inmigrantes que llegaron de África, de Asia y de América Latina, como los turcos (en Alemania y Holanda), los marroquíes (en Holanda, Francia e España), los latinoamericanos (y sobre todo de apariencia más indígena), y los chinos.

- En general se habla de prensa y de políticos de “izquierda” y de “derecha”. Según tus estudios, ¿qué diferencias y semejanzas observas en la reproducción del racismo entre los discursos de “izquierda” y de “derecha”?


Las diferencias en general son más de estilo y de grado que de contenido. En general los gobiernos de izquierda no aplican una política de inmigración mucho más tolerante que los de derechas. Y la prensa de izquierda puede hablar de una manera menos negativa sobre inmigrantes, pero igual expresa y confirma los estereotipos, la delincuencia, las costumbres religiosas, y en general lo “problemático” de los Otros. Y todos, de izquierda y de derecha, ignoran, disminuyen o niegan el racismo de las élites.

- ¿Tú has hecho investigaciones y conoces estudios de la reproducción del racismo tanto en Europa como en América (en particular Latinoamérica), notas diferencias entre la reproducción del racismo discursivo en ambos continentes?


El racismo siempre depende del contexto, los racismos en América Latina por supuesto se manifiestan de una manera diferente que en Europa. Sin embargo, el racismo latinoamericano es un racismo importado de Europa por los colonizadores e inmigrantes europeos, y reproducidos por las generaciones de euro-descendientes e incluso los mestizos después. Diferente es, primero, que el racismo americano es anti-indígena, y perpetrado por invasores, y no como en Europa por los pueblos originarios. Segundo, en las Américas el racismo dominante es anti-africano como consecuencia de la posición de los afro-latinos como esclavos, y después como clases más pobres. Desde siglos, la vida común entre blancos, indígenas y afro-latinos ha sido mucho más de interacciones diarias frecuentes, donde los últimos en general eran los sirvientes de los primeros.

- ¿De qué modo ha evolucionado la ideología capitalista con la ideología racista?


Es como Rigoberta Menchú dice: el racismo se inventó en el siglo XVIII sobre todo para legitimar la conquista, la esclavitud y el colonialismo. Después servía para fortalecer y reproducir la hegemonía blanca, como todavía es el caso en Europa; capitalismo y racismo han caminado históricamente de la mano.

- Tus primeros estudios fueron de teoría literaria (de poesía francesa), luego de lingüística, estudios muy formales, ¿en qué momento surge la preocupación y el interés por estudiar el racismo?


Eso ocurrió más o menos en 1980, fortalecido por una estancia de meses en México, donde por primera vez miré la miseria y el trato contra los indígenas. En Holanda, mi interés en temas sociales creció por la observación de la ignorancia y la negación del racismo, y la falta de interés en la lingüística y los estudios del discurso para esas formas de abuso de poder.

- En general, ¿cuánta atención tiene el estudio del racismo en el marco de los Estudios Críticos del Discurso y qué crees que aún falta por investigar?

Hay muchísimas cosas que todavía tenemos que estudiar, por ejemplo: (i) los discursos más difícilmente accesibles de las élites simbólicas, las reuniones de los gobiernos, de la redacción de los medios de comunicación, de las conversaciones de profesores, jueces, burócratas, policías, etc.; (ii) hay que analizar todavía muchos periódicos, programas de televisión, debates parlamentarios, o libros de texto, sobre todo en España; (iii) se necesita examinar más aspectos de los discursos, incluso de las imágenes, y en general de los discurso multimodales, también en Internet. Y por supuesto, también hace falta estudiar los antidiscursos y discursos de resistencia de los inmigrantes o grupos antirracistas.


Fuente: Azkintuwe

jueves, mayo 20, 2010



Armand Mattelart: "es fundamental la lucha contra la concentración de los medios"


Armand Mattelart es uno de los más renombrados sociólogos y un afamado experto internacional de la comunicación. En entrevista con Radio Nederland expone su perspectiva sobre la lucha por la democratización de los medios en América Latina.

A partir de 1967 comenzó a trabajar para las Naciones Unidas como experto en desarrollo social y se dedicó al estudio de los medios de comunicación de masas. Con tal propósito, constituyó un grupo de investigación con Michèle Mattelart y Mabel Piccini en el Centro de estudios de la realidad nacional (Ceren), recién creado en la Universidad Católica de Chile.

Con el triunfo electoral de Salvador Allende, se dedicó al desarrollo de políticas de comunicación en ese país. Luego del golpe de estado, se marchó a Francia.

Ha co-dirigido La Spirale (La espiral), una película documental de largo metraje sobre el periodo de la Unidad Popular que fue exhibida en el Festival de Cannes en 1976 en la sección “Perspectives”.

Fue Profesor catedrático en Ciencias de la Información y de la Comunicación en la Universidad de Paris VIII (Vincennes-Saint Denis). Ha mantenido estrechos contactos con varios centros sociales y universidades de Latinoamérica adonde viaja frecuentemente. La mayoría de sus libros ha sido traducidos al español.

Mattelart estuvo en la ciudad de Utrecht para participar de un seminario organizado por el Instituto Cervantes y Radio Nederland, bajo el título “Comunicación, diversidad cultural y mundialización: una perspectiva histórica”, junto a la Directora General del Instituto Cervantes Carmen Caffarel, y la profesora peruana Teresa Quiroz, quien participó, desde Lima, a través de una video conferencia. La moderación estuvo a cargo de José Zepeda, Director del Departamento Latinoamericano de Radio Nederland. Los pormenores del seminario también estarán disponibles, muy pronto, en la página de Internet de Radio Nederland.


Fuente: El Ciudadano


martes, mayo 18, 2010




DECLARACIÓN PÚBLICA sobre situación de diario LA NACIÓN


Ante la situación que afecta al diario La Nación y el debate que se ha producido en torno a él, la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso ha emitido la siguiente declaración pública.


El cuerpo académico de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) manifiesta su rechazo a cualquier acción que signifique la desaparición del diario La Nación , pues considera que se trata de un medio que diversifica y ayuda a democratizar el espacio público nacional. Si dejara de existir se correría el riesgo de fortalecer y restringir aún más el actual escenario de la prensa escrita nacional, con la acción comunicativa prácticamente exclusiva de un duopolio de grandes consorcios

"La Nación", como medio amparado en el Estado, ha podido expresar, en distintos períodos y bajo distintas modalidades, temas y contenidos que el mercado no propicia o que no forman parte de la agenda de otros medios, ya sea por opciones ideológicas o compromisos editoriales diversos generados, principalmente, por motivos de tipo económico. Su relación con los gobiernos de turno, si bien en general ha sido de cercanía y apoyo, como fue el caso de su antecesor el Cronista en tiempos de dictadura, también ha generado casos de valioso periodismo independiente con elevados índices de lectoría como ha sido el de "La Nación Domingo", con repercusiones y comentarios en la semana.

Es que "La Nación", desde que fuera fundada en 1917, siempre ha sido un medio con identidad que ha evidenciado un compromiso con desnudar las falencias de nuestra sociedad. Al respecto, el escritor Alfonso Calderón se preguntó en 1993 por qué Joaquín Edwards Bello había permanecido tanto tiempo en "La Nación", teniendo la posibilidad de desarrollarse en otros medios y en otras actividades. Su respuesta fue simplemente porque trató de cambiar los hábitos de este país, denunciando la viveza criolla, los acomodos, los negociados, la presencia de los gestores, la tipología de los venales y a cuántos, en vez de amar a su patria, la mamaban sin tregua .

A "La Nación" se la ha acusado de ser un diario de trinchera , calificativo con que se la ha pretendido denostar, cuando esa función política alguna vez todos los medios la han cumplido. Lo que sucede es que otros actúan desde una pretendida objetividad o tratamiento ponderado de las informaciones, cuando lo que hacen es encubrir sus opciones y preferidos.

Al contrario, el diario estatal hizo antes del Gobierno actual porque hay que distinguir que Estado y Gobierno no son sinónimos- una declaración explícita de su línea editorial con el fin de evidenciar el marco de sus planteamientos y puntos de vista. Con eso se pretendió hacer un ejercicio de sinceramiento renovador del espacio público, para no incurrir en la estratagema clásica de invisibilizar las opciones propias en una falsa apariencia de neutralidad, con tal de captar a lectores no avisados o simplemente ingenuos.

Todo medio cuenta con una opción editorial, a pesar de que haya algunos que no la expongan en una página específica.

"La Nación", además, se ha convertido con el tiempo en un importante medio de referencia, con altos niveles de lectoría en papel los fines de semana y más aún con una elevada cantidad de visitas en su sitio web, las que se empinan por sobre las 180 mil únicas sólo en los domingos. Eso da cuenta de un proyecto editorial que establece sintonía con los lectores, que relativiza los juicios sobre su baja incidencia y que da cuenta de una vigencia en distintos soportes.

De allí que la permanencia de "La Nación" sea una aspiración intransable, al igual que su independencia del Gobierno de turno. Podrá discutirse si se la transforma en una empresa estatal autónoma o de otro tipo, pero no puede dejársela al arbitrio sólo del mercado, sobre todo cuando se ha visto que éste no ofrece los resguardos para un abanico amplio de opciones editoriales.

El Estado debe cumplir su rol subsidiario en un área que sufre fuertes distorsiones y que ha provocado la desaparición de proyectos importantes, como La Epoca , por ejemplo. También de este modo se puede hacer una opción por descentralizar el espacio público nacional y propiciar la existencia de nuevos medios en regiones.

Finalmente, hacemos presente nuestra solidaridad con los periodistas de "La Nación", cuya opinión creemos- debe ser consultada e invitamos a los profesionales de la prensa y a los docentes de otras Escuelas de Periodismo a pronunciarse sobre este importante tema.

Cuerpo Académico

Escuela de Periodismo PUCV

Curauma, Valparaíso, 18 de mayo de 2010


Viñeta: Arranz

lunes, mayo 17, 2010



Cortina de albahaca


por Silvio Rodríguez Domínguez


Este texto fue enviado al director de El País el 15 de mayo, a las 11:37 de la mañana, con petición de ser publicado. El periódico madrileño no lo tuvo en consideración.


Un grupo de artistas y escritores españoles ha lanzado una plataforma para democratizar a Cuba. Y cuando un cubano opina diferente, decretan que sus argumentos son cortinas de humo de la dictadura que padece y lo comparan con los franquistas. Pero los dioses parecen haberles castigado. Porque, precisamente por haberse atrevido a investigar los crímenes del franquismo, el Consejo General del Poder Judicial acaba de suspender al juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional de España. Esta sentencia es un golpe durísimo a una democracia desde la que se pretende juzgar o mandar a juzgar los supuestos defectos ajenos, pero ojo con quien toque a los propios.

El veto a Garzón, considerado un héroe, ocurre en el mismo país que hace pocos años dio al mundo una verdadera lección de democracia, al votar contra el partido gobernante que los metió en una guerra injusta, haciendo oídos sordos a enormes manifestaciones populares. Personalmente no me explico cómo estas personalidades han llegado a la conclusión de que la política hacia Cuba debe ser la del aislamiento y el bloqueo. Es como si desconocieran que hace medio siglo esa misma política no ha logrado mover ni un milímetro la determinación de la mayoría de los cubanos.

Por otra parte, los cubanos también queremos cambios, pero consensuados por nosotros. Esas transformaciones ocurrirán más temprano o más tarde y la única política capaz de acelerarlas es el fin del bloqueo. Todo lo que se nos haga con asedio y presiones no podremos considerarlo a nuestro favor, sino como un insulto a nuestra autodeterminación, una injerencia inadmisible en nuestras vidas. Tantas agresiones y amenazas nos han enseñado que la supervivencia pasa por una sociedad orgánica, íntegra, indivisible. Así hemos salido airosos de embates artificiales y naturales. Pero sabemos que somos el resultado de un apremio, por vivir acosados. No creemos en un gobierno centralizado para siempre. Más bien solemos verlo como un concepto de emergencia, un mal necesario que el camino de la emancipación nacional nos ha impuesto para sobrevivir. El fin del bloqueo nos despejará profundamente, creando condiciones para que avancemos también en el concepto democrático. Subrayo que no quiero decir que sólo sin el bloqueo seremos más democráticos, sino que estoy seguro de que así lo conseguiremos más pronto.

La flamante plataforma propone aislar aún más a Cuba y agravar nuestra ya precaria economía. Pretende convencer al mundo de que la asfixia resolverá nuestros problemas. Su hipotético éxito significaría mucho más sufrimiento para nuestro pueblo, que lleva medio siglo enfrentando todo tipo de dificultades. Nuestra larga experiencia en “propuestas” foráneas nos dice que esta acción no es más que un nuevo artilugio para obligarnos a hacer lo que otros consideran que debemos hacer. Partiendo de que se trata de personas bien intencionadas, no sé cómo no entienden la ofensa de pretender que nos volvamos como ellos, con las reservas que despiertan esas democracias de banqueros ladrones y ejércitos ocupantes. Para colmo, cuando respondemos que no estamos de acuerdo, pretenden negarnos el derecho a que se nos escuche, porque todo lo que no razone como ellos ―dicen― viene contaminado de dictadura.

Capitaneados por un gran escritor peruano con un largo historial reaccionario, ciertos intelectuales españoles han decidido gastar más horas elucubrando cómo hacernos daño que investigando hasta qué punto viven en una democracia. Algunos parecen más preocupados por Orlando Zapata ―un hombre que tuvo el valor de escoger su propia muerte y enfrentarla―, que de los más de cien mil españoles asesinados en la era de Franco. Es triste ver lo poco que les interesa profundizar en la realidad cubana, cuando sus conclusiones son las mismas que las de los peores enemigos de nuestra dignidad. Por eso acabo admitiendo que esta página efectivamente es una cortina, no de humo pero sí de albahaca, contra la fetidez de su pretendida salvación.


Fuente: Rebelion

sábado, mayo 15, 2010



Viglietti recuerda a Benedetti



En mayo se cumple un año desde que falleciera a la edad de 88 años, el destacado escritor uruguayo Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, conocido como el poeta del amor y lo cotidiano y autor de más de 80 libros. Para conmemorarlo, su amigo y compañero, el cantautor Daniel Viglietti, ofreció este viernes 14, un recital gratuito en el Aula Magna de la Universidad de Santiago de Chile.

Daniel Viglietti recuerda a Mario Benedetti” es un recital unipersonal en que el músico actúa como solista en canto, guitarra y palabra, alternando canciones relacionadas con Mario Benedetti, poemas suyos, testimonios del poeta, lecturas de sus poemas por él mismo, todo esto en diferentes secuencias de sonido y/o imagen. Se intercalan evocaciones de trabajos compartidos, anécdotas, etc. Y también se retoman franjas de los recitales “A dos voces”, en este caso en versiones a una voz.

Cuánta falta nos hace su persona luminosa, su pluma tierna y fuerte a la vez, su conciencia crítica, su compromiso con la verdad y su ejemplar humildad”. Y agrega: “A Mario no le gustaría que el único modo de recordarlo sea nostalgiarlo. Por eso he decidido recordarlo de modo vital, recrear momentos compartidos, rodear su obra, repartir la semilla de su ejemplo. Así me ha surgido este encuentro de palabra, música e imagen que se titula Daniel Viglietti recuerda a Mario Benedetti, en que el verbo recordar alude también a su antiguo significado: despertar. Despertar la imagen de Mario, abrazar obra suya, traerlo con cariño y con imaginación para que virtualmente esté entre nosotros”- concluye el cantante.

Daniel presentó recientemente por primera vez este concierto-abrazo en la Ciudad de México, en la Sala Nezahualcóytl, donde el escritor y el músico estrenaran el recital A dos voces en 1978. Con ese trabajo a dúo, Mario con sus poemas, Daniel con sus canciones, ambos recorrieron muchos mapas en tres décadas y publicaron el cedé titulado justamente A dos voces. Hace poco, Viglietti realizó este recital-homenaje a Benedetti en España, en la Universidad de Alicante, donde funciona el Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti, y también lo viene a presentar en Santiago, en la Universidad de Santiago de Chile.

A un año de la muerte del poeta, Daniel recordará a Mario, aquí, en este Chile donde tantos ojos han recorrido sus poemas, sus cuentos, sus novelas. Este recital donde el canto y la guitarra conviven con la palabra y la imagen de uno de los escritores más leídos de la lengua castellana. Nos acercaremos a la creación poética, pero también a testimonios poco conocidos de diferentes etapas en la vida del escritor, y a algunas emocionantes lecturas. Se incluyen secuencias elaboradas por el cineasta argentino Jorge Denti.

Viñeta: Palomo

Fuente: El Ciudadano



miércoles, mayo 12, 2010



Roque Dalton


por Eduardo Galeano


Hace treinta y cinco años, Roque fue asesinado mientras dormía.

Yo soy uno de sus muchos dolientes.

Fui su amigo, y lo sigo siendo.

Su asesinato me dolió, y me sigue doliendo.

La impunidad me indignó, y me sigue indignando.

La impunidad estimula a los criminales, y los militantes que matan para castigar la discrepancia no son menos criminales que los militares que matan para perpetuar la injusticia.

Aquí va mi abrazo, de muchos brazos, a los familiares de Roque, a sus amigos, a sus compañeros, y a las muchas y muchos que no lo conocieron pero lo aman amando las palabras que nos dejó.


Fuente: La Jornada

domingo, mayo 09, 2010


Dea Nutrix


The milk belongs to thee, which is in the breasts of thy mother, Isis.

Thy mother is the great black cow, she with the white crown and the royal head-dress,

She with the long feathers, she with the two hanging breasts, the nurse of the souls of Heliopolis,

She will nurse thee, she will not wean thee.

Mother of Osiris, pass thy breast over his mouth,

Give thy breast to him that he may suck therewith.

“My son,” so said she, “take to thee my breast that thou mayest suck it, that thou mayest live.”

Take the breast of thy sister in thy mouth.

Her milk is white and light and sweet.

The great Isis gives her arms to thee, she of the long horn, she of the protruding breast,

She will nurse thee, she will not wean thee.

Thy mouth is like that of a suckling calf on the day of its birth.

Suck her milk, which is white and light and sweet, that thou will never thirst.

-- from the Pyramid Texts (24th - 22nd c. BCE, Egypt [excerpts]


Imagen: Mother and Child, Gustav Klimt

sábado, mayo 08, 2010




Los efectos del lenguaje del chat en los jóvenes



Se eliminan acentos, se suprimen vocales que se sobreentienden, se aprovecha el sonido completo de las consonantes, se verbaliza los “emoticones” del chat. Esa es la realidad de los jóvenes chilenos. Zulema Vivanco, directora de la Escuela de Fonoaudiología de la U. Andrés Bello, y Alicia Jofré, psicopedagoga de esta misma casa de estudios, entregan algunas recomendaciones.


El lenguaje de chat y msm puede producir retrasos en el habla y en la comprensión lectora si los profesores y los padres no saben enfrentarlo, aseguran algunos estudios. Es decir, los jóvenes pueden convertirse en “víctimas” en el lenguaje escrito al chatear constantemente por Internet o mandar mensajes de texto por el celular.

Ese riesgo se traduce, por ejemplo, en un pésimo rendimiento ortográfico. El “te quiero”, en el lenguaje juvenil y virtual es “t k ro”, lo que produce desesperación de los profesores de lenguaje y comunicación, advierte Zulema Vivanco, directora de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello.

Un estudio realizado por la Universidad de Alberta (EE.UU.) detectó algunas diferencias ente ambos sexos: Las mujeres usaban más a jerga del chat que los hombres, que preferían expresarse mediante el uso de los emoticones.

“Expresar las ideas en forma clara es una cualidad deseable en cualquier persona, sin distinción de edad, actividad o nivel socioeconómico. El lenguaje tiene hitos esperables para cada etapa de la vida, pero hoy parecen ser los jóvenes y adolescentes los que más optan por este tipo de forma para comunicarse”, subraya Zulema Vivanco, quien agrega que padres, profesores y medios de comunicación deben constituirse en un modelo digno de imitar.

Reglas ortográficas

Es cierto que esta forma de comunicación es parte de la identidad de los jóvenes e incluso en otros que no los son tanto, pero ¿hasta qué punto no produce un deterioro en la escritura de un texto formal? “Es ahí cuando se están en juego todos los dilemas ortográficos, ya que las reglas que propone la Real Academia Española en cuanto a ortografía son desconocidas o no están internalizadas en ellos”, asegura la fonoaudióloga.

Según explica Alicia Jofré, picopedagoga y académica de la U. Andrés Bello, el fenómeno del lenguaje del chat se ha masificado en los últimos cinco años. “Hemos detectado que tanto los escolares como los universitarios tienen este hábito. En muchas ocasiones en trabajos formales escriben con lenguaje de chat lo cual es preocupante. Pero, además, tienen el hábito del “garabato” y muchas veces, sin darse cuenta, aparecen en conversaciones más formales”.

La psicopedagoga advierte que la jerga del chat o msn encubre problemas de aprendizaje y disimula, por ejemplo, si un niño o joven tiene mala ortografía. Por eso la profesional subraya la necesidad de que los profesores conversen con los alumnos y padres sobre la importancia de la buena utilización del lenguaje tanto oral como escrito. “El lenguaje es sinónimo de pensamiento y se está empobreciendo”, concluye Alicia Jofré.


Fuente: Terra

miércoles, mayo 05, 2010


Neuronas espejo



Desde cómo aprendemos a hablar, a escribir o a conducir, hasta por qué se revuelve nuestro interior cuando vemos el sufrimiento de otra persona… siempre están detrás las neuronas espejo, uno de los grandes descubrimientos de las últimas dos décadas. Podríamos verlas como una red invisible que une a todos los seres humanos entre ellos y con sus predecesores, al permitir la conexión entre las mentes y la transmisión de conocimiento y cultura mediante el aprendizaje. Junto al neurocientífico Marco Iacoboni, de la Universidad de California, Eduardo Punset repasa los fantásticos poderes de las neuronas espejo.

Eduard Punset:


Otro campo en el que las neuronas espejo entran en juego es el lenguaje. Mencionas el área de Broca que, al parecer, es la región principal para el lenguaje, ¿no? ¿Qué sucede con eso? ¿Hasta qué punto han sido útiles las neuronas espejo para que los humanos aprendieran a hablar?

Marco Iacoboni:

En primer lugar, cuando hablamos siempre utilizamos las manos. La gesticulación con las manos es muy importante para la comunicación. Sabemos que las neuronas espejo son importantes para controlar las manos y descodificar los movimientos de las manos de los demás. Así que, cuando te veo mover las manos mientras hablas conmigo, utilizo las neuronas espejo para interpretar lo que haces con las manos. La idea es que, incluso antes de que los seres humanos pudieran hablar, estas neuronas servían para la comunicación no verbal. Porque los gestos se utilizan en la comunicación y, de nuevo, estas neuronas se activan cuando hago ciertas cosas, pero también cuando te veo hacerlas, así que crean una paridad, un canal de comunicación entre tú y yo. El caso es que evolucionaron y ayudaron incluso en el habla. De hecho, hicimos experimentos en el laboratorio que demuestran que las regiones cerebrales que se activan al hablar, en el lóbulo frontal, también se activan al escuchar a otras personas que hablan. Así que incluso estas regiones modernas que controlan la lengua y los labios al hablar entran en juego cuando te escucho hablar y yo no hablo: las regiones que controlan la lengua y los labios están tan activas como si estuviera hablando yo mismo.


Fuente: Redes 56 "Mentes conectadas sin brujería".

Imagen: Neurocien.com

domingo, mayo 02, 2010


El papel del trabajo en la transformación del hombre en mono


por Marcelo Colussi


En el año 1876 Federico Engels presentaba su ensayo “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”. Explicaba ahí cómo el trabajo cumple la histórica misión de ir creando un ser cualitativamente nuevo a partir de una especie anterior. Es decir: el trabajo como actividad creadora comenzaba a transformar la naturaleza y abría un capítulo novedoso en la historia.

Nunca hasta ese entonces –dos millones y medio de años atrás según lo que hoy día las ciencias arqueológicas pueden establecer– un animal había modificado consciente y productivamente su entorno. La actividad de las hormigas, de las abejas o de los castores, grandes “ingenieros” por cierto, no puede ser considerada una acción laboral en sentido estricto. Todas estas especies repiten desde tiempos inmemoriales su carga genética, no inventan nada nuevo, no se “desarrollan” y jamás, desde hace millones de años, evolucionaron en la forma de realizar su producción (los hormigueros o los panales son iguales desde siempre).

Fue cuando nuestros ancestros descendieron de los árboles y comenzaron a tallar la primera piedra cuando puede decirse que hay “trabajo” en sentido humano, como actividad creadora, como práctica que transforma el mundo natural y va transformando al mismo tiempo a quien la lleva a cabo. Y desde que arrancó esa primera actividad con el primer homo habilis –en África, en lo que hoy es el norte de Tanzania– la evolución ha sido continua y a velocidades cada vez más aceleradas. En esa perspectiva, entonces, el papel del trabajo –como lo afirmara Engels– ha sido fundamental: fue la instancia que “creó” al ser humano. Pasamos de monos a seres humanos por el trabajo.

Es en esa lógica que tiene sentido entonces lo dicho por Hegel: “el trabajo es la esencia del ser humano”. Gracias al trabajo dejamos de ser monos, nos civilizamos, dejamos atrás el mundo animal y fuimos construyendo un ámbito enteramente simbólico: fue quedando superado el instinto reemplazándose por la cultura.

La historia del ser humano, en definitiva, es la historia en torno a cómo fue organizándose ese acto tan especial, tan fundamental y definitorio que es el trabajo. Desde que nuestra especie pudo producir más de lo que necesitaba para sobrevivir, desde que hubo excedente, empezaron los problemas. Alguien –el más fuerte, el más listo, el más sinvergüenza, no importa– se apropió del excedente y surgieron las diferencias de clase social. Y así venimos hace ya varios milenios, a los tropezones, entre luchas a muerte entre poseedores y desposeídos, entre guerras y violencia (“la violencia es la partera de la historia” dijo Marx).

Los que quedaron como propietarios en esta lucha de clases –sean amos esclavistas, casta sacerdotal, señores feudales, o más recientemente burguesía industrial, accionistas, banqueros, etc.– no ceden ni un milímetro de sus privilegios. Por otro lado, las grandes mayorías perjudicadas, que son los verdaderos productores de la riqueza social, los auténticos trabajadores –esclavos, campesinos pobres, obreros industriales, asalariados de toda laya (inclúyanse ahí los trabajadores intelectuales), etc.– arrancan beneficios y mejoras en sus condiciones de vida sólo a través de una lucha denodada contra sus opresores. Esa es la dinámica de la vida social.

Si el trabajo es la esencia de nuestra existencia, tal como están las cosas lo menos que puede decirse es que sea placentero para las enormes mayorías trabajadoras. Mientras el trabajo siga siendo explotado por alguien –enajenado, para decirlo con el término de los clásicos, alienado– seguirá siendo una pesada carga para quien lo hace.

Esa es la historia de los trabajadores a través de estos 12.000 años desde que podemos reconstruir medianamente la historia: quien realmente produce, quien trabaja y crea la riqueza de las sociedades, está excluido de su aprovechamiento. Parece mentira que pequeñas minorías sean las que se apropian del producto del trabajo de enormes mayorías, pero esa es nuestra historia como especie.

Hasta ahora no parece muy cierta esa máxima de “el trabajo hace libre”, perversamente instalada en el campo de concentración de Auschwitz donde miles y miles de judíos fueron forzados a trabajar como esclavos hasta su muerte por los nazis. En estas condiciones de sociedad con clases sociales, ¿de qué nos libera el trabajo?

El mundo moderno basado en la industria que inaugura el capitalismo hace ya más de dos siglos ha traído cuantiosas mejoras en el desarrollo de la humanidad. La revolución científico-técnica instaurada y sus avances prácticos no dejan ninguna duda al respecto. Si bien es cierto que en los albores de la industria moderna las condiciones de trabajo fueron calamitosas, no es menos cierto también que el capitalismo rápidamente encontró una masa de trabajadores que se organiza para defender sus derechos y garantizar un ambiente digno, tanto en lo laboral como en la vida cotidiana. El esclavismo, la servidumbre, la voluntad omnímoda del amo van quedando así de lado. Los proletarios asalariados también son esclavos, si queremos decirlo así, pero ya no hay látigos.

Ya a mediados del siglo XIX surgen y se afianzan los sindicatos, logrando una cantidad de conquistas que hoy, desde hace décadas, son patrimonio del avance civilizatorio de todos los pueblos: jornadas de trabajo de ocho horas diarias, salario mínimo, vacaciones pagas, cajas jubilatorias, seguros de salud, regímenes de pensiones, seguros de desempleo, derecho de huelga.

A tal punto que para 1948 –no ya desde un incendiario discurso de la Internacional Comunista decimonónica o desde encendidas declaraciones gremiales– la tibia Asamblea General de las Naciones Unidas proclama en su Declaración de los Derechos Humanos que “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure una existencia conforme a la dignidad humana. Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.” Es decir: se consagran los derechos laborales como una irrenunciable potestad connatural a la vida social.

Vemos así que hacia las últimas décadas del pasado siglo esos derechos ya centenarios podían ser tomados como puntos de no retorno en el progreso humano, tanto como cualquiera de los inventos del mundo moderno: el avión, el televisor o la computadora. Por cierto estos avances sociales no son sólo patrimonio socialista: las conquistas laborales son ya mejoras de la humanidad toda. Pero las cosas cambiaron últimamente. Cambiaron en forma demasiado drástica, a gran velocidad. Y cambiaron a favor de las pequeñas minorías que manejan el mundo perjudicando a la mayoría de la población mundial, al amplio campo de los trabajadores.

Con la caída del bloque soviético hacia fines del siglo XX el gran capital se vio triunfador. En realidad no fue que terminó la historia ni las ideologías: ganaron las fuerzas del capital sobre las de los trabajadores, lo cual no es lo mismo. Ganaron, y a partir de ese triunfo comenzaron a establecer las nuevas reglas de juego. Reglas, por lo demás, que significan un enorme retroceso en los avances sociales que mencionábamos.

Los ganadores del histórico y estructural conflicto –las luchas de clases no han desaparecido, aunque no esté de moda hablar de ellas– imponen hoy más que nunca las condiciones, las cuales se establecen en términos de mayor explotación, de pérdidas de conquistas por parte del mundo de los trabajadores. En otros términos, a fines del siglo XX y comienzos del XXI se llegó a condiciones de vida como en el XIX. La manifestación más evidente de este retroceso es la precariedad laboral que vivimos, la que se presenta disfrazadamente con el oprobioso eufemismo de “flexibilización” laboral.

Todos los trabajadores del mundo, desde una obrera de maquila latinoamericana o un jornalero africano hasta un consultor de Naciones Unidas, graduados universitarios con maestrías y doctorados o personal doméstico semi analfabeto, todos y todas atraviesan hoy el calvario de la precariedad laboral (“flexibilización”, para usar el término de moda).

Aumento imparable de contratos-basura (contrataciones por períodos limitados, sin beneficios sociales ni amparos legales, arbitrariedad sin límites de parte de las patronales), incremento de empresas de trabajo temporal, abaratamiento del despido, crecimiento de la siniestralidad laboral, sobreexplotación de la mano de obra, reducción real de la inversión en fuerza de trabajo, son algunas de las consecuencias más visibles de la derrota sufrida en el campo popular.

El fantasma de la desocupación campea continuamente; la consigna de hoy, distinto a las luchas obreras y campesinas de décadas pasadas, es “conservar el puesto de trabajo”. A tal grado de retroceso hemos llegado, que tener un trabajo, aunque sea en estas infames condiciones precarias, es vivido ya como ganancia. Y por supuesto, ante la precariedad, hay interminables filas de desocupados a la espera de la migaja que sea, dispuestos a aceptar lo que sea, en las condiciones más desventajosas. Así las cosas, no se ve por ningún lado que el trabajo “nos haga libres”.

Según datos de Naciones Unidas 1.300 millones de personas en el mundo viven con menos de un dólar diario (950 en Asia, 220 en África, y 110 en América Latina y el Caribe); hay 1.000 millones de analfabetos; 1.200 millones viven sin agua potable. En la sociedad de la información, la mitad de la población mundial está a no menos de una hora de marcha del teléfono más cercano. Hay alrededor de 200 millones de desempleados y ocho de cada diez trabajadores no gozan de protección adecuada y suficiente.

Lacras como la esclavitud (¡esclavitud!, en pleno siglo XXI: la Organización Internacional del Trabajo reporta cerca de 30 millones), la explotación infantil o el turismo sexual continúan siendo algo frecuente. El derecho sindical ha pasado a ser rémora del pasado. La situación de las mujeres trabajadoras es peor aún: además de todas las explotaciones mencionadas sufren más aún por su condición de género, siempre expuestas al acoso sexual, con más carga laboral (jornadas fuera y dentro de sus casas), eternamente desvalorizadas.

Según esos datos, también se revela que el patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares –que pueden caber en un Boeing 747– supera el ingreso anual combinado de países en los que vive el 45% de la población mundial. Trabajar, pareciera, no libera de mucho. Por eso, ante ese trasfondo patético, resalta como una más que apetecible salida ser deportista profesional, o narcotraficante. Ser mafioso ya no queda tan mal; se gana bien y no se trabaja…

En definitiva: en las condiciones en que el gran capital ha comenzado este nuevo milenio con un triunfo a escala planetaria que lo hace sentir imbatible, el trabajo, en todo caso, más bien nos transforma en monos, nos torna más animales. Y ante ello se ofrece como una salida infinitamente más atractiva para cualquier trabajador el negocio del narcotráfico: se gana mucho más trabajando muchísimo menos.

PERO LA HISTORIA NO ESTÁ TERMINADA

Estas últimas décadas fueron de retroceso para los trabajadores, ello es evidente. Pero la lucha sigue. Nadie dijo que la lucha fuera fácil. Si miramos la historia queda claro que sólo con enormes sacrificios se van cambiando las cosas. Y sin dudas, aunque hoy pareciera que nos acercamos más al mono debido a estos retrocesos sufridos, de nosotros, de nuestras luchas depende recuperar el terreno perdido y seguir avanzando más aún como trabajadores, y como especie en definitiva. Recordemos las palabras de Neruda: “podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera”.


Fuente: Argenpress

sábado, mayo 01, 2010


Carta de Elena Varela a la Comunidad Nacional e Internacional


A LOS COMPAÑEROS DE SIEMPRE, A LOS AMIGOS DEL ALMA, A TODOS LOS ARTISTAS, A LOS DOCUMENTALISTAS DE AMERICA LATINA, A LAS ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS, SOCIALES Y POLITICAS, A LOS ESTUDIANTES, A LAS COMUNIDADES MAPUCHE Y SUS DIRIGENTES, A LOS QUE LUCHAN Y CREEN QUE LOS SUEÑOS SIGUEN VIVOS, HASTA SIEMPRE.

Desde mi corazón aguerrido quiero expresar a todos ustedes mi más profunda gratitud en la lucha por mi libertad. Ha sido una lucha larga y dolorosa, pero llena de amor de los que amo y de todos ustedes que han puesto un grano de arena para vencer. Cada día han estado uno de ustedes con sus acciones, pensamiento, cariño y actitudes acompañando los fríos pasos de este proceso. No quiero que nadie quede afuera de esta declaración. Quiero que estas palabras atraviesen las fronteras y lleguen donde muchas voces levantadas por la verdad y la libertad y se queden en sus ojos y corazones para seguir luchando, pues todo lo que hemos dado no es solo para uno sino para todos.

Que quede en la historia mis más añorados sueños de justicia y dignidad, no como una frase sino como una acción de lucha del presente intolerable de injusticias y se levante una vez más para gritar basta.

¡ ABRAZOS PARA TODOS ¡


ELENA VARELA

RED DE COMUNICADORES INDEPENDIENTES

PABLO MARMOL

FAMILIA VARELA LOPEZ


Fuente: Generacion80